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RETIRADA

Momentos inolvidables sobre fondo rojo

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A.U.L.

El Kavala griego fue su último equipo, pero para el anuncio oficial de su despedida eligió Tajonar. No podía ser de otra manera. Javier López Vallejo ha puesto fin a una carrera profesional que se ha prolongado durante dos décadas y aunque más de la mitad ha transcurrido lejos de Iruñea, su casa siempre será Osasuna.

El club rojillo, de hecho, le impuso ayer la insignia de oro de manos de su vicepresidente Juan Pascual. También se sumaron al acto el Director deportivo rojillo Ángel Martín González y el Director del fútbol base Jesús Corera, además de Javier Calleja y Kike Sola, que coincidieron con el ya exguardameta en las filas de Villarreal y Levadiakos, respectivamente. Fueron dos de las etapas de una andadura profesional que arrancó en la temporada 93/94, con apenas 18 años. Defendió la portería de Osasuna hasta 1999, cuando fue traspasado al Villarreal, donde permaneció otras ocho campañas, aunque en la última defendió la portería del Recreativo, al que arribó como cedido. Llegaron después dos temporadas de gusto agridulce en el Zaragoza, desde donde se marchó a Grecia. Allí, en Levadiakos y Kavala, escribió los dos últimos capítulos de su carrera.

Aunque el epílogo llegó ayer en Tajonar, donde uno de los campos lleva su nombre y donde López Vallejo admitió que a los 36 años, y pese a encontrarse en unas condiciones físicas que le permitirían seguir jugando, le ha llegado el momento «de afrontar nuevos retos y nuevas vivencias». Como acabar la carrera de Psicología, para poder ejercer después la «psicología aplicada al deporte». Eso es el futuro. De los retos y vivencias ya pasados, el excancerbero subraya que componen 19 años repletos «de momentos inolvidables», que no le dejan «ninguna espina clavada» y sí muy satisfecho, como se debe estar «cuando uno da todo lo que tiene y se esfuerza todo lo que puede».

Casi dos décadas, que pese a haberle llevado a conocer gentes, equipos y lugares diversos, siempre se han movido sobre un fondo rojo, el rojo de Osasuna. De ahí el «agradecimiento especial» del navarro al club en el que no solo se hizo jugador o debutó en Primera, sino en el que le inculcaron «unos valores que me han acompañado toda mi carrera y me han ayudado a formarme como persona y a ser lo que soy hoy».

Salta a la vista qué bufanda ondeará López Vallejo a partir de ahora. «Seguiré el fútbol como un aficionado rojillo», confesó. Y en su nuevo rol de aficionado, no le falta optimismo. «Está haciendo una temporada muy buena y aunque el fútbol cambia mucho, Europa está en su mano».

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