INVESTIGACIÓN SOBRE EL CAMPO DE PRISIONEROS DE BAIONA
Polo Beyris, la desconocida prisión de vascos, africanos y alemanes
La gran mayoría de la sociedad vasca desconoce la existencia del campo de prisioneros de Beyris. Se creó en un terreno de polo, entre 1938 y 1945. Al principio sirvió para «acoger» a los refugiados de la Guerra de 1936. Después los alemanes encerraron allí a los soldados franceses de procedencia africana, y más tarde fueron los perdedores alemanes y colaboradores los que lo ocuparon. Su historia se recupera ahora.
Idoia ERASO | BAIONA
«Conocemos esta parte de la historia a grandes trazos, pero queremos afinarlos y acercarnos lo más posible a la verdad. Es por ello que nos gustaría hacer un llamamiento a la sociedad. Buscamos todo lo que pueda aportar alguna información sobre Polo Beyris entre 1938 y 1946. Todo nos interesa: testimonios, documentos, fotogra- fías o dibujos», declaró ayer Jean Riotte en nombre del Colectivo por la Memoria del Campo de Beyris. Un nuevo trabajo que pone de relieve el desconocimiento actual sobre el campo de prisioneros que ocupó una parte importante de la ciudad de Baiona y parte de la de Angelu, y que resulta totalmente desconocido para la sociedad vasca en general, e incluso para los habitantes del barrio.
Este nuevo colectivo se creó a finales de 2011 con el objetivo de recuperar la memoria histórica. Para ello se han reunido varias asociaciones y personas a título individual, pero el desconocimiento es todavía muy patente. «Ayer por la noche descubrí en unos documentos que el campo se extendía a través de 8,5 hectáreas», reconoció Riotte.
Medio millón de ciudadanos del Estado español atravesaron la frontera durante la guerra de 1936. En Baiona las instalaciones de polo se requisaron a finales de 1938 para poder acoger a refugiados que venían principalmente del sur de Euskal Herria, Asturias y Catalunya. Ante la falta de estructuras de acogida, en un primer momento fueron encerrados allí. Se trataba de un campo vigilado por gendarmes y del que la salida no era libre.
Cientos de refugiados pasaron por este campo de Polo Beyris, pero sobre todo mujeres y niños. Los hombres fueron enviados a campos de trabajo más al norte o a Perpinyá, en el norte de Catalunya.
El 30 de septiembre de 1939, 247 de esos refugiados fueron reconducidos a la frontera y entregados al régimen de Franco. Juan Muñoz, de la Asociación de Guerreros Españoles, que forma parte de este colectivo, declara: «Yo he oído testimonios de mujeres que cuentan que les tiraron del pelo para hacerles subir al camión cuando iban a llevarlas a la frontera». En octubre, el campo fue cerrado.
Segunda Guerra Mundial
Sin embargo, poco después llegó la Segunda Guerra Mundial y cuando en mayo de 1940 territorio francés cayó en poder alemán, 70.000 soldados de las regiones de ultramar, principalmente africanos, fueron encerrados allí. Muchos de ellos fueron enviados primero a Alemania, pero después los encerraron en las llamadas Fronstalag, de entre las cuales la de Baiona era la 222.
Fueron encerrados en la capital labortana entre abril y mayo de 1941. La gran mayoría procedían de países del Magreb y el 25% eran subsaharianos, aunque se denominaban genéricamente como senegaleses, una pequeña parte era en realidad de colonias asiáticas como Indochina (actual Vietnam). En 1942, hasta 12.000 personas estuvieron encerradas en Frontstalag 222 de Baiona.
El número de norafricanos bajó rápidamente, hasta llegar a ser tan solo el 45% del total, ya que muchos de ellos fueron llevados a sus países de origen. El resto estuvieron encerrados allí hasta el 22 de agosto de 1944.
Las condiciones en el campo de prisioneros eran muy duras, tal y como explica Michelle Degors: «Según uno de los raros estudios universitarios que he podido consultar, se alimentaban de comida de mala calidad y además era muy poca. Al día recibían un café, 55 gramos de carne y 300 gramos de pan. Además, los hombres no estaban ociosos; los utilizaban para hacer trabajos forzados».
El baionarra Noel Damestoy fue testigo de dichos trabajos: «Cuando era pequeño vi a los senegaleses haciendo otro camino en el puente de acero de Baiona, y estaban secos como un dedo, se les veían todos los huesos. Pero aparte de eso, no les maltrataban».
Finalizada la guerra
Después de 1944, cuando Alemania perdió las tierras ocupadas en el Estado francés, Polo Beyris se convirtió en una cárcel para alemanes. Los que habían sido guardianes del centro se convirtieron en prisioneros, también se encerró allí a varios jóvenes alemanes y a algunas personas que fueron traídas del campo de concentración de Gurs, en Bearne.
También fueron encerrados en Beyris los colaboradores o sospechosos de colaboración con los alemanes, mientras se aclaraba su situación. Estuvieron presos allí varios alcaldes de Ipar Euskal Herria, entre ellos los de Biarritz, Donibane Lohitzune y Baiona.
Los soldados de los territorios de ultramar estuvieron encerrados en la Frontstalag 222, el campo de Polo, entre 1941 y 1944. La mayoría eran de procedencia magrebí y subsahariana, aunque a estos últimos se los denominaba genéricamente senegaleses.
El campo de prisioneros de Beyris era un club de polo que fue requisado para acoger a los refugiados llegados del sur tras el golpe franquista. En 1939, 247 mujeres e hijos de combatientes republicanos fueron entregados por la fuerza al régimen de Franco.
El Colectivo por la Memoria del Campo de Beyris está recabando información sobre el barrio en la época de entre 1939 y 1945. Se puede enviar información por mail al c_campbeyris@orange.fr o llamando al teléfono 0033 (0)559 23 10 23.