Al Assad propone acabar con el monopolio del partido Baath
En medio de la revuelta siria, el Gobierno de Bashar al Assad une el uso de la fuerza y el proceso de reformas, y ayer anunció la convocatoria de un referéndum sobre el proyecto de nueva Constitución para el próximo 26 de febrero. El texto propuesto abre la puerta a la participación de partidos políticos poniendo así fin al monopolio del Baath durante cincuenta años.
GARA | DAMASCO
«El sistema político se basará en el principio del pluralismo político y el poder será ejercido democráticamente a través de elecciones» indica el texto del proyecto de Constitución siria.
La actual Constitución, adoptada en 1973, dispone en su artículo 8 que el partido Baath, en el poder desde 1963, es «el dirigente del Estado y la sociedad». El nuevo texto, que se someterá a referéndum el próximo 26 de febrero, suprime este punto y añade que «los partidos políticos contribuirán a la vida política», y prohíbe «crear partidos de bases religiosas, confesionales o raciales».
Otro de los puntos principales es la limitación del mandato del jefe del Estado: éste será elegido por siete años y podrá concurrir solo una vez más de forma consecutiva, aunque queda excluido el actual mandato de Al Assad. Según la nueva Constitución, Siria es un «estado democrático y civil» en el que se garantizan y respetan todas las religiones, pero mantiene que la religión del presidente es el islam y la fuente principal de la legislación es la jurisprudencia musulmana. El texto también determina un estado «con soberanía total, por lo que es inaceptable dividirlo y no puede renunciar a ninguno de sus territorios».
Entre los derechos recogidos, figuran la libertad de expresión y opinión, el derecho a la huelga y la prohibición de practicar detenciones sin orden judicial o torturas.
La supresión del artículo 8 de la actual Constitución era una de las reivindicaciones esenciales de los opositores desde el inicio de la revuelta, pero ahora la exigencia es simplemente que Al Assad se marche. Para Ahmed Ramadan, dirigente del Consejo Nacional Sirio, principal órgano de la oposición en el exilio, Al Assad ha planteado una Constitución «a su medida» para ganar tiempo.
Rusia, en cambio felicitó el planteamiento. «Esta idea es bienvenida y esperamos que se adopte la Constitución», declaró el ministro ruso de Asuntos Exteriores Sergei Lavrov. «Pensamos ciertamente que una nueva Constitución que va a poner fin al dominio de un solo partido en Siria es un paso adelante», añadió Lavrov, que mañana se reunirá con su homólogo francés, Alain Juppé, en Viena, para discutir la situación en Siria.
Por el contrario, la Casa Blanca tachó de «irrisoria» la convocatoria de un referéndum sobre la Constitución. «Es una burla a la revolución siria» afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, quien aseguró que desde el inicio de las «manifestaciones pacíficas» las promesas de Al Assad han precedido a «un incremento de la brutalidad» contra la población, sin que nunca lleguen a concretarse los cambios.
Las propuestas de intervención en Siria bajo diversas formas se suceden. El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé manifestó ayer su apoyo a que la ONU debata la creación de «corredores humanitarios» que permitan a las ONG atender las zonas que son objeto de «masacres absolutamente escandalosas». En el mismo sentido, Turquía también pidió a la ONU que convenza a las autoridades sirias para que permita que «la ayuda humanitaria» pueda llegar hasta los civiles afectados por la violencia. La Liga Árabe propuso el domingo la creación de una «fuerza de paz» con la ONU para intervenir en Siria, aunque ayer el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, descartó una intervención de la Alianza. Al mismo tiempo, Túnez prepara la «conferencia de amigos» de Siria para el próximo 24 de febrero, recogiendo las aspiraciones de París y Washington, en la que las potencias occidentales y varios países árabes buscan el consenso que no han podido lograr en la ONU. El ministro tunecino de Asuntos Exteriores, Rafik Abdesalem, señaló que espera lograr un «mensaje unificado a favor del cambio político». Rusia ha criticado estas iniciativas que buscan aislar al régimen de Al Asad, como «un error». El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, aseguró que el respaldo de la ONU a un cambio de régimen en Siria aumentaría la violencia en el país y «es un camino seguro para la guerra civil». En su lugar, optó por «sentar a todas las partes del conflicto sirio a una mesa de negociaciones» para buscar un acuerdo y evitar más víctimas. La misma idea es apoyada por China, que apeló a «un diálogo abierto a todos». GARA
El veto ruso y chino en el Consejo de Seguridad puede ser obviado hoy en la Asamblea General de Naciones Unidas, que debatirá una resolución de condena a Siria similar a la vetada en el Consejo.
Mientras el Gobierno sirio prepara el referéndum, sigue aumentando la lista de muertos. Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos ayer murieron 33 personas, entre ellas cinco soldados en Sarmina, en la provincia de Idleb por bombas colocadas por desertores. Entre los civiles, las víctimas se produjeron sobre todo en Homs, que sigue asediada y donde Gobierno y oposición se acusaron mutuamente del bombardeo de un oleoducto. Los ataques se han extendido a la ciudad de Hama, donde blindados y artillería bombardearon los barrios de Faraya, Olailat, Bashoura y Al Hamidiya. La oposición informó de que un gran contingente de las fuerzas de seguridad se desplegó, apoyado con blindados, en el barrio de Barzeh, en Damasco, para perseguir a activistas opositores y a miembros del Ejército Libre de Siria. GARA
