Aquí estamos, empezando 2012 y otra vez en el agujero. Recesión, caída de la recaudación, más recortes, menos derechos, una nueva reforma laboral... Los informativos nos pasean cada día entre la depresión y la angustia, y nos dicen que hablan de economía, materia farragosa para el común de los mortales y solo inteligible para técnicos y expertos. Pero no se engañen, esto es política. Pura y dura.

Así, las haciendas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa recaudaron el año pasado mil millones de euros menos de lo presupuestado, y nos dicen que el descuadre se debe a un error en las previsiones de 2010. Esto último, que dice mucho de los «previsores», no digo que no sea cierto, pero una cosa es no recaudar lo que se pensaba y otra no recaudar lo que se debe. Y si no se ha recaudado lo suficiente, ni el año pasado, ni el anterior, ni el anterior, es porque quienes han mandado en este país se han preocupado más de atraer a Rafa Nadal y otros mariachis que de articular un modelo tributario progresivo, justo y efectivo. Por no hablar del fraude fiscal, que merece un suplemento.

Total, que no hay dinero y hay que hacer recortes. Fácil. Que Lakua e Iruñea retiren del presupuesto las partidas destinadas al TAV y a otras grandes obras y se acabó el problema. No es demagogia, miren lo que se piensan gastar en estas infraestructuras y lo que pretenden ahorrar con los recortes, y saquen cuentas. Pero no, prefieren asaltar los servicios públicos, castigar a los funcionarios y limitar el acceso a la renta básica.

Hablando de renta básica, ahí está lo que le pagamos cada año a la Casa Real vía cupo. Igual que al Ejército, la Policía y otros servicios que galantemente, pero no gratis, nos ofrece el Estado. Como comentaba Isidro Esnaola hace unos días, el cupo es el mayor peligro para nuestras finanzas. Sin embargo, algunos llevan décadas sacando pecho por el Concierto y el Convenio.

La economía, además de una ciencia social, es una herramienta para implementar determinadas políticas. Que banqueros, especuladores y grandes empresarios actúan como los golfos apandadores lo sabemos de sobra, pero quienes les han permitido hacerlo son políticos. El problema es político, los responsables son políticos y la solución también lo será. Economía es lo que hacemos cuando vamos al súper a finales de mes.