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MAURO ENTRIALGO | dibujante y artista multidisciplinar

«Políticos y deportistas producen mucho más gasto de tinta del que merecen»

Todos los objetos que nos rodean han tenido primero que ser dibujados para poder fabricarse. Pero es que, además, todo lo que nos podamos imaginar también se puede dibujar. El estudio de Mauro Entrialgo bien podría ser un quirofano, ya que es un lugar donde nacen todo tipo de seres, objetos e historias, siempre con una nota de humor y el detalle de las pequeñas cosas.

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Maider IANTZI | DONOSTIA

Historietas, ilustraciones, arte plástico, pasión rockera, vídeo, cine, teatro... Mauro Entrialgo (Gasteiz, 1965) no puede ser un artista más multidisciplinar. El creador de los personajes míticos Ángel Sefija y Herminio Bolaextra tiene ahora mismo en imprenta un encargo del área de juventud del Principado de Asturias. Se trata de un tebeo a color de veinte páginas divulgativo. Intenta explicar el conflicto del Sahara a los jóvenes o a quien no sepa demasiado del asunto. Le ha llevado un año documentarse, escribir el guión y dibujarlo. Se titula «El conflicto del Sahara en menos de 3.000 palabras» y su formato en cuanto a tamaño, tipo de papel y extensión es el de un comicbook americano, un tebeo de superhéroes. Su intención es que resulte atractivo a los jóvenes pese a su carácter documental y para eso se aleja del aspecto oficial que suele echar un poco para atrás de las publicaciones institucionales.

Ha empezado a colaborar con una página de historieta todos los meses en la revista «Lonely planet». Cuéntenos cómo son estas historietas, cuáles son los personajes, los temas...

No tiene personajes fijos. La serie está contada en primera persona. Creo que podría definirse como una columna de opinión en forma de historieta sobre el universo de los viajes, que es el tema de la revista. El primer mes he hablado sobre el diseño de los botecitos de los geles que ponen en los hoteles, el siguiente irá sobre los aeropuertos que no tienen avisos sonoros.

¿Qué podemos encontrar en «El dibujosaurio» (Diábolo Ed.)?

Es un volumen extraño que no tiene muchos precedentes, algo así como una autobiografía gráfica profesional, que funciona como catálogo de obra pero un poco, también, de vida. Mis historietas para distintos medios se han ido recopilando periódicamente en libros, pero mis dibujos de otro tipo estaban por ahí perdidos en el limbo de los impresos efímeros. La idea original del libro era simplemente recopilar todos mis trabajos como ilustrador de encargo. Pero nada más comenzar a juntarlos para confeccionar el volumen me di cuenta de que era necesario contextualizar muchas de aquellas imágenes, y los contextos llamaron a los datos técnicos y los datos técnicos a los comentarios personales y los comentarios a las anécdotas... Y al final el resultado es algo bastante inusual que ilustra no solo mi trayectoria de treinta años sino también un poco la profesión y la época.

«De postre», por su parte, es un libro de humor gráfico para todos los públicos, nacido de las colaboraciones que realizó para «Zazpika» (el dibujo que ilustra esta entrevista corresponde a esta serie).

Mi intención cuando empecé a colaborar con «Zazpika» era utilizar humor para todos los públicos. Sin embargo, a las pocas semanas, varios amigos que leían la serie me dijeron que les gustaba mucho a sus hijos. El tipo de dibujo con muchos detallitos y con colores acuarelados es cierto que los podía hacer particularmente atractivos para los niños, pero no había caído en ello cuando empecé. Ahora, la edición del libro con la editorial Fulgencio Pimentel de Logroño sí que la hemos enfocado conscientemente a los chavales y tiene algunos extras dirigidos a ellos como un índice temático que funciona como un pasatiempo visual o un breve listado de recomendaciones de buenas obras de otros medios como videojuegos, literatura, historieta o cine especialmente indicadas para críos.

El primer libro de «Plétoras de piñatas» también está en las tiendas. Este es el primero de tres tomos que recopilarán todas las tiras de esta serie (las 1.109 publicadas en el diario «Público» y una inédita censurada en su día).

Así es. Estuve durante casi tres años publicando una tira diaria en el periódico «Público» y en estos tres volúmenes que va a publicar Astiberri se recogerán todas. El primero acaba de salir ahora y cuenta con un prólogo de Rafa Reig.

Trabaja mucho con las recopilaciones. ¿Qué sentimientos se le despiertan al volver a ver las ilustraciones y dibujos de años atrás? ¿Cambian de significado o perduran en el tiempo?

Yo es que hago un poco trampa. Aunque la mayoría de mis series aparezcan primero en publicaciones periódicas siempre pienso desde un principio y en cada entrega en la obra completa final. Por ejemplo: nunca aludo a protagonistas o acontecimientos concretos de actualidad inmediata que pudieran quedar desfasados en el futuro. Hablo de la actualidad, pero pensando siempre en que todo lo que cuente debe ser entendible dentro de varios años. Reconozco que hago esto en parte por un deseo un tanto pretencioso de dar algo más de perdurabilidad a la obra, pero también por necesidad. Los autónomos no tenemos ni pagas extras ni vacaciones pagadas, pero los recopilatorios suponen un pequeño ingreso extra necesario para poder seguir viviendo de esto. Por otra parte, por supuesto, intento dar lo que yo mismo pido como lector. Y a mí me encanta tener bien editadas y juntas todas las obras de mis autores favoritos. Leer una serie que nos gusta toda seguida es la mejor forma de disfrutarla.

¿Su casa es como un museo?

Más bien como una biblioteca con una sección objetual dedicada a la memorabilia.

Dibujaba antes de aprender a leer, copiaba tebeos. ¿Cuáles eran las historias con las que disfrutaba más?

Antes de aprender a leer, pedía a mis padres y otros adultos que me leyeran lo que ponía en mis tebeos de Pumby, el capitán Trueno o el pato Donald. Mi revista de historietas favorita siempre fue «TBO».

En su trabajo tienen mucha influencia los dibujos animados que veía cuando era niño.

En mi dibujo confluyen todo tipo de influencias estéticas. De las vanguardias históricas artísticas a los dibujos animados y del arte bruto a la ilustración publicitaria. Los dibujantes de tebeos han sido solo un ingrediente más en el cóctel que ha devenido en mi estilo.

Ha solido decir que, básicamente, lo que hace es contar historias.

Así es. Dedico la mayor parte de mi tiempo a contar historias. A veces las cuento con dibujos, otras con canciones, otras con obras de teatro... Cuando me pagan por ello es mi trabajo, cuando no me pagan por ello es una afición.

Ha admitido que tiene una inclinación casi obsesiva por lo narrativo y el humor.

Sí. El humor es una forma de contar cosas que suaviza el roce de la existencia por mediación del distanciamiento. Y la narración es el medio con el que los humanos intentamos aprehender el paso del tiempo.

¿Cree que la gente busca que les contemos lo que ellos mismos ya opinan, pero explicado de una forma más concreta y fácil?

No siempre. Pero el humor gráfico de opinión se basa a menudo en verbalizar en un flash lúcido una opinión compleja y al lector que comparte esa opinión, claro está, le satisface verla expresada de esta forma.

¿El cómic tiene utilidad para contar algo más que historias de ficción?

El cómic es un medio de expresión que por su condición de híbrido es indicado no solo para la ficción sino para comunicar de forma atractiva opinión, divulgar conocimientos científicos o narrar hechos históricos. De hecho, las obras más destacadas de la historieta de las últimas décadas no son ficción y, por ejemplo, la autobiografía y el documental son dos de los géneros más exitosos de la novela gráfica contemporánea.

Habla de política, no de políticos. ¿No le inspiran?

Creo que hay dos profesiones que producen en los medios impresos mucho más gasto de tinta del que merecen: los deportistas y los políticos. Yo procuro no contribuir a esta tremenda desproporción con lo que no suelo mencionar personalidades destacadas de esas profesiones.

¿Qué vida tienen ahora sus personajes Ángel Sefija («El jueves») y Herminio Bolaextra («TMEO»)?

Las historietas de Sefija siguen publicándose todas las semanas en la revista «El Jueves» desde hace doce años y periódicamente se publican volúmenes recopilatorios. Van seis hasta el momento. La serie de Herminio sigue apareciendo en todos los números de «TMEO» desde hace 25 años y, paralelamente, han ido apareciendo también un puñado de libros. De entre todos ellos, el más exitoso ha sido «Cómo convertirse en un hijodeputa», que es además el libro más vendido de todos los tiempos de un personaje mío. Se han vendido más de 18.000 ejemplares.

Para conocer más sobre el autor:

www.mauroentrialgo.com


 

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