Las escuelas de negocio se están convirtiendo en los últimos años en una alternativa a la que cada vez acuden más profesionales con el objetivo de complementar su formación. Marketing y Finanzas, la escuela de negocios de Bilbo, es el centro pionero en Euskal Herria en preparar a profesionales a la hora de coger las riendas de una empresa. Desde que se creara en el año 1966, han pasado por sus aulas más de 10.000 alumnos.

Según nos explica su director, Xabier Morales, una escuela de negocios se dedica a formar «solucionadores de problemas». Dicho de otro modo, consiste en extraer la formación de la empresa para formar a profesionales en la gestión de un negocio. Para ello, se estudian los conceptos y las necesidades reales de la empresa mediante la formación práctica.

Morales explica que actualmente hay cierta tendencia a pensar que la mejor manera para complementar la formación es estudiando un máster, y que por norma general, se entiende que esa formación debe cursarse en otro país. «Muchas veces puede parecer que fuera está lo mejor y no miramos lo que tenemos en casa, pero ese no es nuestro concepto», añade.

Así, Morales rebate esos dos principios afirmando que pueden cursarse estudios superiores sin necesidad de viajar, valorando los profesionales que hay en Euskal Herria y acudiendo también a profesores de otros lugares. «Nosotros veíamos una necesidad de preparar gente pero no necesariamente había que emigrar para tener buenos profesionales. Por eso, buscamos a los mejores y los traemos aquí», relata Morales.

Asimismo, subraya que la gran mayoría de los profesores son profesionales en activo. Es decir, además de impartir clases en la escuela de negocios, trabajan en sus respectivas empresas. Esta característica es según Morales un valor añadido, ya que permite ofrecer una formación más cercana a la realidad.

Jordi Martí es profesor en la Universidad de Barcelona e imparte clases en la escuela de negocios de Bilbo, ya que ambas entidades han decidido asociarse. Martí explica que el prestigio de la escuela de negocios de Bilbo en la formación de directivos y de personas interesadas en la gestión de empresas fue lo que les llevó a decidir trabajar con ella.

Adaptación a la realidad

Tanto Martí como Morales coinciden al definir la característica fundamental de la escuela de negocios de Bilbo, la adaptación a las necesidades del alumno y la aplicación de las materias a una realidad concreta. Así, la práctica y la participación activa del alumno se convierten en el eje central de la metodología.

«No nos interesa que el alumno sepa cómo hacer, sino que lo haga», afirma Martí. Se trata de que el alumno sepa aplicar todos sus conocimientos teóricos y prácticos de manera adecuada para solucionar problemas y conseguir una gestión óptima. «La mayoría de los alumnos tienen una formación previa importante, de lo que se trata es de organizar todo ese conocimiento previo para que sea capaz de transformar la realidad en la que nos movemos», concreta. En definitiva, es la capacidad de realización lo que se evalúa, ya que, tal y como apunta Morales, «no se enseña para aprobar, se enseña para solucionar».

Desde el punto de vista del alumno, Pedro Gurrutxaga, director general de la empresa Ondoan, afirma que la experiencia en la escuela de negocios de Bilbo le ha servido para abrirse a una visión global y conjunta del proyecto a la hora de gestionar la empresa, «el director de proyectos no tiene que perder nunca esa visión», añade.

Como conclusión, añade que aunque no siempre es fácil aplicar la teoría, es importante que haya centros donde se enseñe a llevar las riendas de una empresa. «En nuestro caso, somos ingenieros y por lo tanto el tema de la gestión de empresas nos quedaba un poco lejos, por ello necesitábamos formación complementaria. Las escuelas de negocio pueden llenar ese vacío», afirma.