El viceministro de Exteriores de China, Zhai Jun, reclamó ayer en Siria «el fin inmediato de la violencia». Tras entrevistarse en Damasco con el presidente, Bashar al-Assad, reiteró la postura de su Ejecutivo, que el jueves rechazó junto a Rusia una resolución de la ONU en la que se condenaba al régimen de Al-Assad y se exigía su dimisión. Zhai emplazó «al Gobierno, a la oposición y a los grupos armados a que cesen de inmediato los actos de violencia». «Nuestro posicionamiento parte del interés del pueblo sirio», manifestó.

En este sentido, consideró «vital el regreso lo antes posible a la calma en beneficio del pueblo». Zhai reiteró el respaldo de Beijing «al camino de reformas emprendido en Siria y a los importantes pasos que se han dado en esa dirección. Deseamos que el referéndum sobre una nueva Constitución -convocado por el presidente para el día 26- así como las próximas elecciones parlamentarias transcurran con normalidad».

El enviado chino, que antes de viajar a Damasco reiteró que su país no aprobará «una intervención armada en Siria, ni la instauración por la fuerza de un supuesto cambio de régimen», también se reunió con varios destacados opositores, entre ellos Qadri Jamil, Louay Hussein y Hassan Abdulazim.

Aunque la Embajada no dio detalles de estos encuentros, Hussein indicó a Reuters que en ellos le trasladaron que «la mayoría de la oposición apoya el diálogo si se trata de un diálogo serio y responsable, lo que significa que las autoridades sirias implementarán lo acordado. El problema es que las autoridades han perdido credibilidad».

Por su parte, la televisión siria aprovechó la visita oficial de Zhai para subrayar que «la experiencia china demuestra que una nación no se puede desarrollar sin estabilidad».

Al-Assad afirmó «apreciar la posición de China» y dijo estar decidido a «avanzar en el proceso de reformas políticas conforme a un calendario preciso».

Aseguró que «lo que Siria afronta es fundamentalmente un esfuerzo para dividirla y afecta a su lugar geopolítico y a su papel histórico en la región».

La llegada a Damasco de Zhai y sus declaraciones enfurecieron al Consejo Nacional Sirio (CNS), cuyo líder en el exilio, Ahmed Ramadan, acusó a Beijing de haber «sacrificado los intereses del pueblo sirio y elegido defender los del régimen». Le instó a que ayude a promover corredores de seguridad para proteger a los civiles.

El coordinador de la Comisión Siria de Protección a los Civiles, Haizam Raham, fue más allá. En una rueda de prensa realizada en El Cairo, pidió suministros de armas para los opositores porque «la etapa pacífica de la revolución siria ha terminado».

En Damasco y Homs

Todo ello en un día en el que las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra una multitud reunida en el estratégico barrio de Maze, que alberga numerosas embajadas -entre ellas la de Irán-, edificios gubernamentales y de los servicios de seguridad. Las personas allí reunidas celebraban los funerales de tres jóvenes muertos el viernes al parecer por disparos de fuerzas gubernamentales. La marcha fúnebre, que partió de la Gran Mezquita, se convirtió en una manifestación contra Al-Assad a escaso un kilómetro del palacio presidencial, situado en una colina y desde donde se puede divisar este importante barrio.

Según relataron activistas a la cadena qatarí Al Jazeera, las fuerzas de seguridad comenzaron a acordonar las calles conforme la multitud se acercaba a la Embajada de Irán y otros edificios oficiales. Hubo cerca de 60 detenidos y, al menos, un muerto. «Ha habido disparos intensos. La gente se escondía donde buenamente podía», remarcó Mohamad Chami, portavoz de los activistas en la zona.

«Es la primera vez que hay manifestaciones tan concurridas en el centro de Damasco», destacó. Criticó también a la televisión pública por no cubrir los hechos pese a que «se desarrollaban a unos pasos».

Ghyat Shami, militante de los Comités Locales de Coordinación, explicó que «tras la procesión comenzamos a corear consignas exigiendo la dimisión del Gobierno. Si el presidente estaba en el palacio presidencial es muy posible que haya escuchado nuestros gritos».

Mientras eso ocurría en la capital siria, opositores denunciaron nuevos bombardeos sobre Homs, cubierta de nieve. «Las tropas han cercado el barrio de Baba Amro, en el sur, y lo están bombardeando ferozmente. Pero no sé si podrán asaltarlo mientras esté nevando. No hay electricidad ni comunicaciones por lo que no podemos dar una cifra de víctimas», indicó desde Homs Mohammad al-Homsi.