Banca Cívica 84

No hay manera de evitar que la final de Copa la jueguen el Real Madrid y el Barcelona -hasta en la Minicopa se va a disputar esta final-. La de esta tarde, a partir de las 18.00, va a ser la tercera edición consecutiva en la que la «final futbolera» dirima el torneo del KO. Para ser una competición propensa en sorpresas, en las tres últimas veces han brillado por su ausencia, o casi.

El «casi» había sido el Banca Cívica de Sevilla, que lograba imponerse el viernes al Unicaja en cuartos de final y aspiraba a darle de la misma medicina al Real Madrid. Sin embargo, los de Pablo Laso, que no tuvieron que vivir ni la mitad de los agobios que ante el Fuenlabrada, apenas dejaron unos pocos minutos para que los hispalenses se lo creyeran. Un Palau Sant Jordi hostil con la escuadra merengue acabaría por rendirse a la evidencia y callarse -y en algunos casos, largarse- ante el triunfo madridista.

Con todo, el partido no se decidió hasta el tercer asalto, aunque el primero parecía que iba a ser bastante para que los de Joan Plaza capitularan. Con Sergio Llull capitaneando las acciones, los interiores blancos dominando el rebote -Paul Davis no podrá irse de esta Copa con la sensación del deber cumplido, entre las faltas y su escaso acierto- y con los exteriores machacando a triples al Banca Cívica, el final del primer cuarto, 27-14, hacía presagiar una «paliza unilateral» por parte merengue.

Por fortuna, no fue así. El Bancas Cívica se dejó sus habituales corsés anotadores en el banquillo y aceptó el reto triplista de su rival. Carl English y Luka Bogdanovic tomaron el toro por los cuernos, y con la colaboración de Tepic y Pancho Jasen, los hispalenses volvieron al encuentro dejando la renta madrileña en solo dos puntos, 46-44.

Otro estilo de ganar

Hay que reconocerle valentía a este Real Madrid de Pablo Laso. Lo haga bien o mal, se la juega al ataque y cuando están acertados, sinceramente, son un espectáculo. Hay muchas formas de ganar; veremos si esta tarde logran imponer el suyo al cerrojazo defensivo del Barcelona.

En ese tercer parcial, Nikola Mirotic y Carlos Suárez emergieron como auténticos titanes. El ala-pívot de Podgorica acertó de tres casi todo lo que venía fallando de dos, mientras que el alero de Aranjuez añadía sus triples «a lo Larry Bird» -con los brazos muy extendidos en vertical sobre su cabeza- a un gran trabajo reboteador. En esos minutos, los de Laso fueron un imparable huracán para el Banca Cívica.

Sin embargo, los sevillanos no se dieron por vencidos y dijeron que, de perdidos, al río. Urtasun, Triguero -gesticulante al «fondo Sioux», una de las peñas sevillanas- o Satoransky lideraron un parcial de 3-12 que volvió a meter a los de Joan Plaza en el partido.

Tras el tiempo muerto de rigor, Pablo Laso acertó al hacer coincidir en la cancha a Sergio Rodríguez y Llull. Gracias a su control del ritmo, el Real Madrid no pasó excesivos apuros para amarrar, al menos, el subcampeonato copero.