NUEVO TIEMPO EN EUSKAL HERRIA
La izquierda abertzale reforzará sus alianzas y acelerará el proceso
La línea fijada para 2012 y compartida con las bases apuesta por seguir acumulando fuerzas –buscará un acuerdo estratégico también con AB y Aralar– y dar pasos decididos sin temores
Ramón SOLA | DONOSTIA
Dos años después del debate interno que cambió la estrategia de la izquierda abertzale, 2011 ha sido el año en que se ha revelado toda su potencialidad, tanto por los resultados electorales como especialmente por la decisión de ETA de dejar definitivamente la lucha armada, abriendo un terreno de juego inédito. ¿Qué toca ahora? La izquierda abertzale ha definido su línea política para 2012 y la ha contrastado ya con las bases, en un documento al que ha tenido acceso GARA.
El texto remarca de entrada que los cambios han adquirido gran profundidad y velocidad, «algunos incluso más rápido de lo que habíamos previsto en nuestros cálculos políticos, pudiendo llegar a dejar obsoletas algunas de nuestras planificaciones». Saluda sobre todo que «nuestras dinámicas e iniciativas continúan marcando las agendas» y que «es evidente que poco a poco estamos poniendo a nuestro favor la correlación de fuerzas entre Euskal Herria y los estados. No se trata únicamente de los resultados electorales, ni mucho menos; en Euskal Herria, aferrarse a las posiciones políticas del Estado sale cada vez más caro, resulta cada vez más incomprensible», subraya el análisis.
La evolución de los acontecimientos muestra a la izquierda abertzale que «la lectura política que hacíamos en `Zutik Euskal Herria' es correcta; ellos no se encuentran cómodos en este terreno de juego». Y cita como ejemplo el hecho de que el Estado español ya se esté posicionando en contra de reconocer a una posible Escocia independiente, lo que refleja «una posición muy débil» y «cobarde».
Sacar partido del bloqueo
Este inmovilismo estatal no lleva a la izquierda abertzale al desestimiento, sino todo lo contrario: «Vamos a convertir todas las situaciones de bloqueo en puntos fuertes para nosotros», anuncia. Y para ello apunta que «no tenemos que actuar mirando a los estados. Debemos seguir actuando de cara a nuestro pueblo. Nuestro único termómetro es la sociedad vasca».
«Dada la falta de voluntad de los estados, tenemos que interiorizar que el carril político del proceso también debemos alimentarlo mediante la activación popular -sigue el texto debatido en asambleas locales, de herrialde y nacional-. Para ello, tenemos que apoyar e impulsar las iniciativas populares y reales que ya están en marcha, trabajando con gente que no es de la izquierda abertzale». Se ejemplifica en dos iniciativas pujantes: la de Gernika Batzordea, que está organizando el 75 aniversario del bombardeo, y la de Nafarroa 1512-2012, en torno al quinto centenario de la conquista.
El fortalecimiento y ampliación de la política de alianzas aparece como un compromiso clave en este 2012. Después de ``Lortu Arte'' (suscrita con EA en junio de 2010) y de ``Euskal Herria ezkerretik'' (también con Alternatiba, en enero de 2011) se plantea ahora «seguir ampliando el espacio soberanista de izquierdas de Euskal Herria y, a la vez, comenzar a organizarlo mejor. Para ello se hace necesario un nuevo acuerdo estratégico, entre EA, Alternatiba, Aralar, AB y la izquierda abertzale». Se trata, por tanto, de un acuerdo de alcance nacional y que incluirá compromisos conjuntos junto a líneas de trabajo a desarrollar «a cada lado de la muga».
«El espacio soberanista de izquierdas se está convirtiendo en una alternativa real para los sectores populares, al igual que ha sucedido con los frentes amplios de otros países», constata la izquierda abertzale. Pero en este punto introduce un aviso: «De momento, la mayoría de la gente premia los pasos valientes dados por la izquierda abertzale en el terreno de la resolución del conflicto y su apuesta por aunar fuerzas, pero dentro de poco eso no será suficiente, y tenemos que lograr que la gente premie los pasos que vamos a dar en la dirección del proyecto estratégico, es decir, que premie esa otra manera de hacer y entender la política». Esto se plasma, por ejemplo, en que «tenemos que dar nuevos pasos en el desarrollo del estilo de trabajo que nos diferencia de otros, fundamentalmente en la línea de darle la palabra y la decisión al pueblo», con fórmulas como los presupuestos participativos.
Víctimas: «Sin complejo»
En las asambleas de la izquierda abertzale se ha remarcado por tanto la idea de seguir avanzando con decisión, y de hacerlo además con rapidez en lo que respecta al ámbito de la resolución del conflicto. El documento considera probado ya que «a los estados les interesa que el proceso se desarrolle lentamente, e intentarán alargar lo más posible todos los plazos. Con ello, el proceso se desvirtúa, reduciéndose a una salida meramente técnica».
En paralelo, se subraya que «hoy día los agentes políticos principales no tienen oferta estratégica para Euskal Herria, ni tampoco estrategia para la resolución del conficto. No podemos permitir que les dé tiempo a plantear seudofertas -entiende la izquierda abertzale-. Tenemos que intentar acelerar el proceso. Tenemos que desactivar la estrategia de bloqueo».
Esta convicción tiene reflejo claro en la posición respecto a las consecuencias del conflicto. En el tema de los presos, la izquierda abertzale subraya que tras el hito histórico del 7 de enero y la entrada de la cuestión en la agenda política de todos, «ahora es el momento de activar toda la presión popular». Y por lo que respecta a las víctimas del conflicto, se avanza que «pretendemos desarmar ese terreno, para que en lugar de alimentar el conflicto, las víctimas se conviertan en un activo para la solución».
«Además de mostrar sin ningún tipo de complejo lo que la izquierda abertzale ha hecho y no ha hecho mientras ha durado la confrontación armada, obligaremos al Estado a reconocer todo el sufrimiento que ha provocado y no quiere admitir», añade el texto.
Junto a estos dos aspectos (presos y víctimas), en la hoja de ruta de 2012 se sitúa la necesidad de activar presión popular para que los estados empiecen a dar pasos hacia la retirada de fuerzas policiales y militares, «como por ejemplo terminar con los controles y acosos». Y se incluye también que hay que seguir reivindicando los derechos civiles y políticos.
Obviamente, sobre las asambleas ha planeado también la posibilidad de que a lo largo de este año la izquierda abertzale pueda contar con una formación política legal, si el Tribunal Constitucional admite el recurso de Sortu.
La izquierda abertzale alerta a sus bases de que «nuestro motor tenía la fuerza suficiente para actuar en otra fase política, pero en la fase actual necesitamos un motor de mucha más potencia». Y es que debe atender tanto las instituciones como la calle.
También es factible que las elecciones al Parlamento de Gasteiz se celebren a lo largo de este 2012. Sin desarrollar más por ahora esta idea, el texto sí avanza que «lo más lógico sería que la izquierda abertzale opte por presentarse en alianza».
«Tenemos que impulsar las iniciativas populares reales y amplias que ya están en marcha, trabajando con gente que no es de la izquierda abertzale»
«Pretendemos desarmar el terreno de las víctimas; que en lugar de alimentar el conflicto, se conviertan en activo para la solución»
El análisis de la izquierda abertzale es autocrítico en el capítulo socioeconómico, donde se destaca que en puertas de una nueva recesión sigue faltando respuesta y siguen faltando, además, soluciones. Y es aquí donde se remarca que «el espacio soberanista que estamos articulando junto con Alternatiba, EA y Aralar tiene que hacerle a la sociedad vasca una propuesta concreta para salir de la crisis, una propuesta de izquierdas por supuesto. En el camino de la soberanía, y por encima de las medidas que nos quiere imponer el neoliberalismo, tenemos que lograr un acuerdo entre todos los sectores de nuestra economía. No nos podemos quedar esperando a los sectores que no tienen ninguna oferta, es el momento de agitar el debate político general y hacer propuestas concretas», añade.
El esquema para 2012 se divide por tanto en dos fases. La primera es la de la respuesta, «desde la calle y desde las instituciones. Además de apoyar todas las iniciativas que promuevan los sindicatos y agentes sociales, también tenemos que desarrollar las nuestras propias», entre las que se citan las manifestaciones que tuvieron lugar ya el 11 de febrero.
Pero habrá otra segunda fase, que es la de «proponer nuestra alternativa». «Tenemos que hacer a la sociedad vasca una propuesta concreta para salir de la crisis -admite la izquierda abertzale-. No hablamos de una declaración de principios, ni mucho menos. Queremos conformar una alternativa que recoja medidas concretas que puedan influir en el desarrollo de nuestra economía».
En las primeras páginas del texto, en el diagnóstico de la situación, la izquierda abertzale hace hincapié en que «el capitalismo no ofrece ningún futuro ni a la clase trabajadora ni a las economías nacionales ni a los pueblos». El análisis no descarta que la crisis provoque un hundimiento total de la economía del Estado español y, sea así o no, vaticina que «agudizará la crisis del modelo territorial del Estado, es decir, la crisis del modelo de las autonomías». R.S.
La línea marcada en el documento para este año tendrá plasmación, lógicamente, en el acto convocado para el domingo en el Kursaal de Donostia y en el que la izquierda abertzale anuncia otra aportación para el proceso de soluciones.