Los partidos políticos navarros se muestran reacios a otorgar un «trato de favor» a Osasuna en forma de aplazamiento de su deuda con Hacienda, que en 2009 rondaba los veinte millones de euros, o de beneficios fiscales, por entender la mayoría que hay otras «prioridades» en tiempos de crisis y que sería un «agravio» comparativo respecto a otras empresas.

Las reacciones llegan tras la petición del club rojillo al Gobierno de Nafarroa de la necesidad de establecer un plan de rescate que asegure su estabilidad económica en el futuro. Ese plan pasaría por recibir un trato de favor en el ámbito fiscal, reduciendo la cotización actual del IRPF en los sueldos de la plantilla, que actualmente es del 48%, y revisando incluso el IVA de sus ingresos.

La portavoz de Bildu, Bakartxo Ruiz, advirtió al respecto que «sería hiriente que se diera un trato de favor a Osasuna» en un momento en el que hay que funcionar con «prioridades», como son a su juicio los 50.000 desempleados o los recortes en prestaciones como la renta básica de toda la ciudadanía.

Su opinión no es muy diferente del resto de grupos, que valoraron ayer esta opción tras la Junta de Portavoces semanal. El portavoz de Nafarroa Bai, Patxi Zabaleta, coincidió en observar que el de Osasuna «es un tema querido por todos», pero «debe tener otro tratamiento», ya que «ningún trato de favor es lícito en materia fiscal» y «la Administración no puede ni debe hacer favores».

Aunque en un tono más comedido, también Carlos García Adanero, de UPN, reconoció que se trata de un «tema muy complejo» que «habrá que estudiar con mucho detenimiento», pero se mostró esquivo en general, aunque sí admitió que «todos los equipos de Primera División tienen algún tipo de tratamiento de apoyo» en sus respectivas comunidades autónomas, a las que dijo que «aportan» activos de alguna manera.

Juan José Lizarbe, por su parte, anunció que el PSN estudiará «con cariño, receptividad y sensibilidad» la postura de Osasuna, pero advirtió de que «las cosas no son sencillas en el actual contexto económico» y añadió su negativa a «crear agravios» con otros clubes deportivos.

La portavoz del PP, Ana Beltrán, mostró su «tristeza» por la situación de una «entidad querida por todos», aunque planteó que «ninguna sociedad debe tener privilegios frente a otras», por lo que apoya la «igualdad» de trato para todas.

Finalmente, por I-E José Miguel Nuin fue rotundo al posicionarse «en contra de cualquier trato de favor en materia fiscal» a Osasuna, para la que se muestra dispuesto a estudiar la aplicación de medidas como las que se han adoptado para otras empresas con dificultades: «No podemos seguir inflando burbujas, ni pagar sueldos de lujo para a continuación pedir que esos sueldos no tributen».

A vueltas con los terrenos

El debate llegaba al Parlamento navarro después de que «Diario de Navarra» hiciera saltar la liebre el domingo filtrando un plan de la actual Junta Directiva, presidida por Pachi Izco, de intentar recalificar los terrenos que posee el club en El Sadar para hacer vivienda y utilizar las plusvalías para hacer un nuevo campo en el área de Tajonar.

Este plan ha ido perdiendo verosimilitud con el paso de los días; a las dificultades que conllevaría embarcar al Gobierno navarro se suma la dudosa rentabilidad de construir un nuevo campo. Y lo que ha quedado en el primer plano es el fondo real de la cuestión: Osasuna se siente discriminado por las administraciones navarras en relación con lo que ocurre en otras comunidades con sus equipos, y busca una mayor aportación que sanee sus arcas.

Sin embargo, parece evidente que Patxi Izco no dispone de un escenario idóneo para conseguir una respuesta institucional positiva, en un momento en que los recortes son la norma incluso en áreas básicas como la sanidad y la educación. Para encontrar explicación al momento elegido seguramente hay que mirar hacia el oeste, en dirección a Bizkaia, donde empieza la construcción de San Mamés Barria, sufragado en tres cuartas partes por las instituciones.