La izquierda abertzale ha definido y compartido con su militancia la línea de actuación que va a desarrollar durante este año, y del documento se desprende, en primer lugar, que hace un balance positivo de los movimientos que se han producido a raíz del debate habido en su seno hace dos años. Los importantes cambios ocurridos en este tiempo, buena parte de ellos plasmados en el pasado ejercicio, y la velocidad a los que se han desarrollado, llevan a este movimiento político y social a felicitarse por su trabajo pero, sobre todo, a profundizar en el camino emprendido. Porque el elemento principal de este documento es la apuesta por ampliar las bases que han cimentado este nuevo escenario y acelerar el proceso hacia un marco de paz y democracia para este país.

La izquierda abertzale sabe también que sus adversarios pretenden frenar ese proceso, entorpecerlo, y precisamente por ello busca darle velocidad. Porque no quiere que aquellos tengan tiempo de parapetarse, de levantar nuevos muros y construir trampas que atrapen la voluntad de la ciudadanía vasca. Y para lograrlo, apuesta decididamente por tejer nuevas alianzas y adoptar decisiones comprometidas, sin complejos ni miedo respecto a dónde le puedan llevar, ya que el peor enemigo es el inmovilismo y el bloqueo.

Frente a unos estados sin proyecto, la izquierda abertzale tiene clara su oferta, no solo para la resolución del conflicto, sino también para construir el país, y al contrario que Madrid y París, que tienen en la represión y el sufrimiento de los prisioneros y sus familiares su principal arma, la izquierda abertzale es consciente de que la unión de fuerzas y la profundización democrática son su gran baza. Cuando decidió cambiar de paradigma y empezar un nuevo camino, lo hizo porque sabía que así sus posiciones políticas iban a salir fortalecidas, que la correlación de fuerzas se iba a modificar y que los estados quedarían desnudos en su intransigencia antidemocrática. El tiempo y los hechos le están dando la razón, y por eso ha decidido seguir avanzando, más rápido si cabe, hacia una meta que ya comparte la gran mayoría del pueblo vasco.