CRíTICA cine
«La mujer de negro» Fantasmas del pasado
Mikel INSAUSTI
Hay un punto de partida revelador en el enfoque que da el realizador James Watkins al subgénero terrorífico de las casas encantadas, y que serviría para explicar de una vez por todas porque los protagonistas de estas historias de fantasmas se empeñan, contra toda lógica, en permanecer en la mansión ocupada por presencias del más allá. La motivación oculta estaría en la necesidad de contacto con el otro mundo, lo que en el caso del personaje interpretado por Daniel Radcliffe en “La mujer de negro” se cumple al dedillo, puesto que es un joven que acaba de enviudar y necesita la cercanía de su mujer para cerciorarse de que ella se encuentra bien en su nueva situación. El final es consecuente con tal premisa y hace prevalecer la idea del reencuentro, como única manera de eliminar la barrera física que separa a los vivos de los muertos. Sin embargo, lo que cuenta la película nunca deja de ser un cuento gótico alejado de las emociones del espectador contemporáneo, y la impresión es la de quien contempla un viejo cuadro en un museo.
El mayor problema de “La mujer de negro” es que no asusta, y no lo hace debido a que su argumento nunca sorprende, a que todo cuanto sucede en su previsible desarrollo está muy visto. En ese sentido decepciona como título que lleva la marca inglesa Hammer, aunque es en lo formal donde sí hace honor a la prestigiosa productora. Visualmente es de un clasicismo impecable, por no decir que su tratamiento estético es deliberadamente anacrónico. El modo en que crea una atmósfera fantástica de tonos sombríos es muy artesanal y contrario a los actuales recursos digitales, a la vez que también el ritmo narrativo resulta más pausado y está trabajado sobre los pequeños detalles percibidos poco a poco. La interpretación de Daniel Radcliffe sigue esa línea contemplativa y refleja una actitud pasiva, cuando el dinamismo interno de la acción debería haberse volcado más en la figura del abogado de la ciudad que se enfrenta a las leyendas rurales decimonónicas.