Ida de los octavos de final de la Champions League
El Real Madrid se estrena ante un CSKA corto de ritmo
Las frías temperaturas y el césped artificial son las principales preocupaciones del equipo de Mourinho. El Chelsea quiere despertar al Nápoles de su sueño.
EFE | MOSCÚ
El CSKA recibe al Real Madrid (TVE 1-18.00) y el Nápoles al Chelsea (Gol Televisión-20.45) en los dos enfrentamientos previstos para hoy de la ida de los octavos de final de la Champions League. Los merengues afrontan un duelo en Moscú marcado por las condiciones extremas, bajo una más que posible nevada y temperaturas de -5 grados como máxima, ante un CSKA corto de ritmo tras dos meses de parón invernal.
Con la Liga encarrilada regresa el gran reto del Real Madrid, que sueña con levantar su décima Copa de Europa. El equipo de José Mourinho afronta un duro examen en el césped artificial del estadio olímpico Luzhnikí, que registrará un lleno absoluto con 78.000 espectadores en sus gradas desafiando al intenso frío de la capital rusa.
Obligado a combatir las bajas temperaturas en un terreno de juego al que no está acostumbrado, el Madrid buscará un buen resultado en su primer enfrentamiento en la historia ante el CSKA en Champions, para sentenciar la eliminatoria en la vuelta del Santiago Bernabéu.
José Mourinho pierde para la cita a Di María por un nuevo percance muscular y recupera a Arbeloa para el lateral derecho, mientras Sergio Ramos volverá al centro de la defensa. La fuerza defensiva la aumentará con la presencia de Khedira en la medular. Todo indica a que repetirá Mourinho su apuesta por la pareja Özil y Kaká. Sin ninguna duda en el ataque con Cristiano Ronaldo y Karim Benzema. El anfitrión, cuartofinalista en esta competición hace dos temporadas, retorna tras más de dos meses de receso invernal.
Durante el parón, el CSKA ha buscado el ritmo de competición con seis amistosos durante la concentración en España y Turquía, de los que ganó cuatro y perdió dos. Durante este tiempo ha podido recuperar a varios de sus lesionados, aunque hoy no podrá contar con su portero titular, el internacional Ígor Akinféev. También es baja segura el chileno Mark González, que ha recaído de sus problemas en la cadera mientras el japonés Honda parece no haberse superado del todo de sus molestias en la rodilla.
Su delantero centro, el marfileño Doumbia, máximo artillero de la liga rusa (24) y que ha marcado cinco goles en Champions, se reintegró en el equipo hace unos días tras disputar la Copa de África. Formará pareja en la delantera con el nuevo fichaje, el nigeriano Musa. El centro del campo incluirá al joven Dzagóev, el mejor jugador del CSKA, y al sueco Wernbloom, que fue fichado recientemente del Alkmaar holandés. La duda radica en si el técnico ruso, Leonid Slutski, optará por un 4-3-3 con tres medios centros o por un 4-2-3-1, de lo que dependerá que el zurdo serbio Tosic, procedente del Manchester United, salga de inicio.
La línea más débil es la defensa, que incluye a los internacionales Ignashévich y a los hermanos Berezutsky, jugadores de gran envergadura que tienen dificultades para marcar a futbolistas habilidosos y rápidos.
El Chelsea, en apuros
El Chelsea, que encadena cuatro partidos sin ganar, visita al Nápoles en el San Paolo con la intención de despertar del sueño europeo al conjunto italiano, que intentará hacer de su estadio un fortín para conseguir un puesto en los cuartos de final.
El equipo londinense confía en la vuelta de Didier Drogba, que ha estado varias semanas en la Copa de África. El delantero marfileño revolucionó el sábado el encuentro de la Copa de Inglaterra que los blues empataron frente a un segunda división, el Birmingham City, el último de una serie de partidos grises que comenzó a mediados de enero. El Nápoles pretende convertir San Paolo en una jaula de leones, aunque el técnico Mazzarri no podrá estar en el banquillo pues fue sancionado con dos partidos.
Los medios ingleses coinciden en aventurar que el Nápoles-Chelsea puede suponer la última oportunidad para que el técnico portugués, de 34 años, conserve el apoyo del dueño del Chelsea, el magnate ruso Roman Abramovich.