Un comando vinculado a Boko Haram mata 30 personas en Nigeria
Un comando vinculado al grupo islamista Boko Haram mató ayer a, al menos, 30 personas en un mercado del norte de Nigeria. Un grupo de hombres armados abrió fuego contra comerciantes y compradores antes de hacer detonar varios explosivos.
GARA | NÍGER
Al menos 30 personas murieron ayer en un mercado de Maiduguri, al noroeste de Nigeria, después de que un comando armado abriera fuego y lanzara explosivos contra la multitud. Una enfermera del hospital de Maiduguri, cuna del grupo islamista Boko Haram, indicó a AFP que, al menos, había 30 muertos. «Alrededor de las 13.30, un grupo formado por seis hombres armados sospechosos de pertenecer a Boko Haram comenzaron a disparar contra los civiles», explicó el teniente coronel Hassan Mohamed.
Según relataron comerciantes de la zona, decenas de personas perdieron la vida mientras hacían la compra en los puestos de pescado. «Entre los fallecidos hay mujeres y niños. Dispararon a matar. Tras los disparos se escucharon varias explosiones. Vi tres camiones militares repletos de cuerpos abandonar el mercado», señaló uno de los vendedores. Comentó que antes de comenzar a disparar, los milicianos acusaron a los comerciantes de colaborar con la Policía y el Ejército para detener a miembros de Boko Haram. Se da la circunstancia de que la semana pasada redujeron a un hombre armado sospechoso de pertenecer al grupo armado.
Un portavoz militar aseguró que la Fuerza de Tarea Conjunta (JTF), que «llegó inmediatamente al lugar», mató a ocho supuestos milicianos. El pasado día 13, murieron otros doce milicianos en un enfrentamiento con el Ejército.
Boko Harman pretende reinstaurar el califato e imponer la sharia en Nigeria, el país más poblado de África con 160 millones de habitantes. En las últimas semanas ha intensificado sus ataques. El más mortífero fue el del 20 de enero en Kano, la segunda ciudad más grande del país y la mayor del norte, dejando un saldo de 185 muertos,
Al menos 400 niños habrían muerto en 2010 trabajando en minas de oro en el estado de Zamfara o por contacto con trabajadores, en lo que HRW describió como la «peor epidemia de envenenamiento por plomo de la historia».