Merkel presenta como candidato a presidente al mismo que rechazó en 2010
El anticomunista Joachim Gauck será el futuro presidente de Alemania. Ha sido designado por todos los partidos, a excepción del socialista Die Linke, como el «candidato del consenso». Aún así, el bipartito de Angela Merkel ha entrado en una nueva crisis.Ingo NIEBEL
El domingo por la tarde, la canciller, Angela Merkel, echó el freno a un nuevo debate sobre la sucesión del presidente Christian Wulff presentando como el «candidato del consenso» al pastor protestante Joachim Gauck. El paso sorprendió porque la presidenta de la Unión Democrata Cristiana (CDU) rechazó en 2010 a su compatriota de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), porque era el rival, propuesto por socialdemócratas (SPD) y Verdes, que competía con su candidato Wulff por la Jefatura del Estado alemán.
El nuevo debate se ha convertido en una nueva crisis del bipartito, liderado por Merkel, porque su socio minoritario, el Partido Liberal Demócrata (FDP), impuso a Gauck cerrándose en banda a las propuestas de la CDU. La jefa de Gobierno cedió al chantaje para salvar el Ejecutivo, por el momento, porque los más importantes medios de comunicación estaban promoviendo al elocuente teólogo que durante diez años dirigió el Archivo de la Stasi. SPD y Verdes secundan la elección. S0lo el partido socialista Die Linke quedó excluido de las consultas multipartitas.
Los medios de comunicación hablan de una doble derrota de la canciller y ensalzan la figura de Gauck como «el presidente de los corazones», aunque jamás será votado directamente por los alemanes.
El 18 de marzo se reunirá la exclusiva Asamblea Federal, integrada por los diputados del Bundestag y el mismo número de representantes de los 16 estados federales, para eligir al candidato, de 72 años, que obtendrá un respaldo mayoritario seguramente en la primera vuelta.
Gauck tiene cierto aire de «progresista» y de «defensor de los derechos humanos» por haber sido «disidente» en la RDA y porque desde hace décadas este padre de cuatro hijos vive junto a su actual compañera, separado, pero no divorciado, de su esposa. Él debe reparar el daño causado por los supuestos delitos de corrupción cometidos por Wulff.
La fecha de su elección es doblemente significativa porque ese mismo día, en 1990, se celebraron las primera elecciones en la RDA después de la Caída del Muro y, en 1848, la burguesía se rebeló contra la aristocracia en defensa de sus derechos civiles. Ambas cuestiones son importantes para el nuevo patriotismo alemán que encarna Gauck.
El hecho de que Alemania lidere política y económicamente la Unión Europea (UE) se debe a ciertas realidades y a los intereses de los poderes fácticos. Sin embargo, este liderazgo real carece de una base ideológica. A los griegos les importará muy poco si los recortes dictados y controlados desde Berlín son producto de la «supremacía» de la casta política germana o resultado de una determinada ideología. No obstante, en Alemania la situación es diferente, porque si existe un interés de que Alemania lidere la UE habrá que explicar a los alemanes por qué han de asumir este rol de líder. Para ello, el arte consiste en crear una nueva corriente ideológica que se desmarque claramente del nazismo y que al mismo tiempo supere la negación de ser alemán, una actitud muy habitual en el ámbito liberal y progresista de la sociedad alemana.
Patriotismo vs nacionalismo
Gauck parece ser, para algunos, la persona más adecuada para lograrlo porque da por concluida la fase de negación de la nación alemana por los crímenes que se cometieron en su nombre durante el nazismo y porque se ha presentado como artífice de un nuevo patriotismo, donde el «ciudadano» asume el protagonismo político. Por eso, el presidente debería ser votado por el pueblo, en su opinión. La definición que emplea es la siguiente: «Podemos ser patriotas, pues el patriota ama a su patria. El nacionalista en cambio odia a las patrias de los otros. El nacionalismo de derecha necesita la enemistad hacia otros países. Nosotros, quienes queremos a nuestra patria, no necesitamos eso».
Hasta aquí, quizás su interpretación de patriotismo no suena muy diferente a las definiciones que se manejan en otros lugares. Sin embargo, hace falta preguntarse: ¿De qué patria alemana está hablando Gauck?
El pastor protestante es un ferviente anti-comunista y como buen cristiano se comporta como un misionero en esta tarea. Para él, la RDA era una «dictadura». De ahí se explica porqué el «patriota iluminado» es uno de los firmantes de la «declaración sobre los crímenes del comunismo», promovida por la derecha checa en 2001. Ahí consta: «Tal y como ocurrió con los crímenes del nazismo en el Proceso de Nuremberg han de ser juzgados ante un tribunal internacional los crímenes comunistas contra la Humanidad».
Su aversión al bloque socialista radica en el hecho de que su padre, un exoficial de la Marina de Guerra nazi, fuese detenido por los soviéticos en 1947 después de haber recibido una carta de un compañero suyo que supuestamente colaboró con el servicio secreto francés.
Además, el autodenominado «conservador liberal de izquierda» defiende a capa y espada el modelo del capitalismo alemán, conocido como la «economía social de mercado». Por eso, rechaza formas de protesta como el movimiento Occupy, que cuestiona hasta cierto punto el capitalismo, y su rechazo hacia el Die Linke es total. En el debate sobre las tesis contra inmigrantes del exbanquero del Bundesbank Thilo Sarrazin Gauck le respaldó por haber tenido «el valor» de poner el dedo en la llaga. Tampoco tiene mayores problemas en ubicarse en una zona intelectual que se sitúa entre el ala derechista de la CDU y la extrema derecha.
Dado que el «vijero profesor de política» defiende también las intervenciones militares alemanas en el extranjero no es extraño que pertenezca a la «Atlantik-Brücke», una influyente asociación que reúne a políticos y empresarios alemanes y estadounidenses.
Hasta ahora solo el Partido Pirata ha anunciado que va a presentar a otro candidato.