El PNV debe definir su papel en el proceso
El mismo día en que dos ciudadanos vascos eran detenidos e incomunicados por la Guardia Civil, en Madrid PP, PSOE y PNV consensuaban un documento para gestionar el escenario abierto tras el fin de la lucha armada de ETA. Al mismo se sumaron otros grupos como CiU e IU y formaciones menores, en lo que en principio era una enmienda a una moción de UPyD que pedía la ilegalización de Bildu y Amaiur, pero cuyo alcance político va mucho más allá. Podría decirse que lo acordado en el Congreso busca ser una especie de «hoja de ruta» del Estado español para el nuevo ciclo.
La existencia de un pacto de Estado para abordar este tiempo no es, per se, una mala noticia, al contrario, anteriores procesos se han visto lastrados por la pugna entre los principales partidos españoles y la búsqueda de réditos políticos. Y, partiendo de que se trata de un documento que fija la posición estatal, su contenido tampoco llama la atención e incluso podría ser peor. Siendo esto así, es difícil de comprender que el PNV lo asuma como propio, cuando la tesis que en él se contempla es básicamente la que siempre han mantenido las autoridades españolas. Afirmaba Josu Erkoreka que no creía que a Amaiur le gustara el texto, y acertó, pero lo que resulta extraño es que le guste a su partido. Desde luego, la gran mayoría de la sociedad vasca no se siente identificada con muchas de las cosas que se dicen en él y, sobre todo, desearía que se incluyeran muchas otras. En la «hoja de ruta» promovida por la formación jeltzale, tan diferente de la acordada en Aiete, no se hace mención de la política penitenciaria, ni del respeto a los derechos civiles y políticos, ni de otras demandas compartidas por la ciudadanía de este país.
El documento podrá servirle como punto de partida al Estado, pero el PNV debe decidir si actúa como representante del mismo o como un partido vasco, que además se dice abertzale, porque los intereses del Estado no son los de este pueblo, sino que son opuestos. Los jeltzales deben definir su papel en este proceso, porque el objetivo final del mismo no es igual para PP y PSOE que para quienes ansían la libertad de Euskal Herria.