Un estricto control por parte de la «troika». Esta es la conclusión principal de la reunión del Eurogrupo tras trece largas horas de negociación sobre el segundo rescate a Grecia. A cambio de los 130.000 millones de euros y del compromiso del sector privado de asumir más pérdidas sobre los bonos helenos en su balance, Grecia perderá gran parte de su soberanía financiera y deberá someterse continuamente al examen de la UE.

La subordinación al control de Europa fue ratificada la madrugada de ayer, sin embargo, la población griega, cada vez más hundida por la crisis, ya venía advirtiendo sobre ello. Por contra, tanto los socios Europeos como el propio Gobierno griego, se muestran satisfechos con el acuerdo.

Las negociaciones en Bruselas concluyeron con varías medidas que limitan la libertad financiera de Grecia. Los ministros de Economía de los Veintisiete aprobaron dar nuevos poderes a la CE para que pueda someter a «vigilancia reforzada» a los países en crisis que amenacen la estabilidad financiera de la eurozona, y ahora mismo, esa amenaza se sitúa en Grecia. De este modo, la CE tendrá un margen de maniobra total mientras el país heleno tiene las manos atadas.

El acuerdo concreta que Bruselas realizará un seguimiento trimestral de los países sometidos a este tipo de vigilancia reforzada y podrá obligar a la realización de «tests de estrés». Cabe destacar que la imposición de este tipo de medidas no es algo nuevo. Ya que, aunque este tipo de vigilancia reforzada no estaba prevista en la legislación de la UE, ya se aplicó por primera vez en noviembre pasado en Italia, cuando el agravamiento de la crisis de deuda forzó la dimisión de Silvio Berlusconi.

El Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin) aprobó además una segunda norma para «mejorar la coordinación presupuestaria entre los países de la eurozona». Ésta obliga a todos los estados miembro a presentar a Bruselas, como muy tarde el 15 de octubre de cada año, un proyecto de plan presupuestario para el ejercicio siguiente.

Para seguir alargando la lista de los controles establecidos por la CE, el dinero del rescate se ingresará en una cuenta bloqueada, tal y como se venía exigiendo en semanas anteriores. Además, el Gobierno de Atenas deberá poner en práctica una serie de «medidas previas» previstas en su plan de ajuste antes de que acabe el mes de febrero.

El sector privado cede

Para aprobar definitivamente el rescate a Grecia, fue necesario algo más que el compromiso de Atenas de obedecer lo prometido, ya que la participación del sector privado era otra de las claves y finalmente aceptó asumir más pérdidas sobre los bonos helenos en su balance, de hasta el 53,5% del valor nominal en lugar del 50% que se había pactado inicialmente.

Ello significa que el sector privado perdonará a Grecia alrededor de 106.000 millones de euros. La quita real pasa así del 70% al 75%, según los cálculos de los analistas.

La tragedia, para Grecia

«Esto, por supuesto, es trágico para Grecia pero ya no es un gran problema para el resto de Europa y eso es positivo», afirmó ayer el ministro de Finanzas sueco, Anders Borg. De este modo se refirió al acuerdo alcanzado en Bruselas, que calificó de «un avance importante».

Muestra de que la gran mayoría respiraron tranquilos tras cerrar el acuerdo son las declaraciones posteriores a una larga sesión de debate. Así, el ministro de Finanzas británico, George Osborne, y el vicepresidente de la CE y responsable de asuntos económicos, Olli Rehn, elogiaron el acuerdo alcanzado. Rehn apuntó que se trata de una «decisión esencial» para superar la crisis.

No obstante, fuentes europeas, pintaron negro el futuro de Grecia y afirmaron que su economía no volverá a la senda del crecimiento hasta 2014 después de una recesión de cuatro años.