Rajoy estrena «hoja de ruta» pero no discurso
Ayer se produjo el primer rifirrafe entre el diputado de Amaiur Xabier Mikel Errekondo y el presidente español, Mariano Rajoy, y ocurrió justo tras el acuerdo alcanzado entre el PP, PSOE y PNV sobre el «final de ETA», que ha dado al inquilino de la Moncloa el oxígeno que él no concedió al anterior Ejecutivo y que le permite afrontar el nuevo ciclo con la tranquilidad de saberse respaldado por un pacto de Estado. Desde algunos medios se hizo hincapié en que la imagen que se produjo en el Congreso habría sido inimaginable hace unos años, y así es, pero a nadie se le escapa que en esta legislatura se van a producir unas cuantas situaciones parecidas. Por ese motivo, y teniendo como tiene el aval de casi toda la Cámara, el mandatario español debería aprovechar próximos debates para ir más allá de los tópicos y frases socorridas que esgrimió ante el diputado abertzale. Porque eso es lo que se espera de un jefe de gobierno y lo que, se supone, esperan de él los grupos que consensuaron un documento para encarar el nuevo tiempo.
Más allá de la lógica del propio debate, es comprensible que Rajoy diga en el Congreso que él no le debe nada a ETA. Pero sí tiene una responsabilidad frente a una sociedad que demanda soluciones. Que le pide pasos efectivos y que se comporte como un líder serio y adulto. Que utilice esa «hora de ruta» para avanzar.