NUEVO TIEMPO EN EUSKAL HERRIA
Rajoy elude la demanda de Amaiur para que aporte en la resolución
El presidente español, Mariano Rajoy, sorteó el emplazamiento lanzado por Amaiur para aportar en la resolución del conflicto vasco. Su posición no se movió de dos ideas: cumplimiento de la ley y disolución de ETA. En su primera pregunta parlamentaria, Xabier Mikel Errekondo abogó por abordar las «causas» y las «consecuencias» del contencioso y defendió pasos concretos como la legalización de Sortu y un relato que asuma «la mayoría de ciudadanos vascos».
Alberto PRADILLA | MADRID
Al presidente español, Mariano Rajoy, le sobró casi la mitad del tiempo de su intervención para eludir el emplazamiento lanzado por Amaiur para la resolución del conflicto. El jefe del Ejecutivo, que hasta el momento ha delegado las principales declaraciones sobre el conflicto en otros colaboradores, se ciñó al mensaje básico: cumplimiento de la ley y disolución de ETA. «Ponga en juego toda su influencia, si es que la tiene, para que quienes sostienen esa amenaza armada se disuelvan inmediata, voluntariamente y sin ninguna condición», respondió a Xabier Mikel Errekondo, portavoz abertzale, que le había interrogado sobre su contribución a la resolución del conflicto vasco.
«Estamos ante una oportunidad histórica para atajar los ejes del conflicto: sus causas y sus consecuencias», certificó Errekondo. En su intervención, el diputado independentista aportó el contenido que la izquierda abertzale echaba en falta del texto presentado la víspera por PP, PSOE y PNV. Si en el documento del martes, considerado por el Gobierno español como «de gran valor político», eran escasas las referencias al diálogo y a medidas de distensión, Errekondo planteó pasos concretos para «un proceso de resolución integral».
«Antes de que existiera ETA ya había un conflicto político y ahora también sigue habiéndolo», recordó Errekondo, que señaló al «reconocimiento de Euskal Herria como nación» y el respeto al derecho a decidir como origen del contencioso.
Ya en el terreno de las consecuencias, el diputado abertzale instó al jefe del Ejecutivo español a dar pasos «de manera inmediata» para que se cumplan «todos los derechos humanos, civiles y políticos». En este punto, Errekondo sugirió actuaciones concretas. Por un lado, garantías de que todos los proyectos políticos puedan llevarse a la práctica, facilitando la legalización de Sortu. Por otro, pasos hacia la desmilitarización. En este punto, apeló a Rajoy a «establecer los aspectos técnicos para la entrega de las armas», así como para la planificación de la «salida de los cuerpos policiales y militares» de Euskal Herria. Según recordó Errekondo, Araba, Gipuzkoa, Bizkaia y Nafarroa constituyen «la zona con mayor densidad de cuerpos armados».
Relato compartido
Por último, el diputado abertzale hizo una alusión a víctimas y presos, para quienes reivindicó el «100% de memoria». En este punto, abogó por un relato que «sea compartido por la gran mayoría de la sociedad vasca» y que se contrapone a la retórica de vencedores y vencidos defendida por el documento aprobado la víspera. Para ello, Errekondo defendió una comisión de víctimas en la que «estén representadas todas las partes».
El presidente español, por su parte, respondió negando la existencia del conflicto y cargando en ETA toda la responsabilidad, insistiendo en que la organización armada «todavía no se ha disuelto». Sobre sus próximos pasos, Rajoy no se movió: «El Gobierno va a hacer lo que todo el mundo espera que haga, que es cumplir con la legislación vigente». En este sentido, señaló que sus acciones estarán encaminadas a buscar la «desaparición» de ETA y que «sus miembros, individualmente, respondan ante la Justicia», cerró Rajoy, con ovación de la bancada donde se ubica el PP.
Errekondo reivindicó el acercamiento de los presos políticos vascos y la libertad de aquellos que sufren enfermedades. No pudo continuar porque concluyó el tiempo asignado para la pregunta.
El portavoz de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria consideró «absolutamente insuficiente» el acuerdo alcanzado el martes en el Congreso de los Diputados porque «no plantea una hoja de ruta para una resolución política».
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, Etxeberria manifestó que este texto «viene a decir que la cuestión vasca o el problema vasco es un tema político y como tal, se le tiene que dar una resolución política. Ante un problema que es cuestión de Estado, la izquierda abertzale cree que un pronunciamiento como este es absolutamente insuficiente y no va a la raíz. Es decir, no plantea, no recoge una hoja de ruta que verdaderamente nos pueda ayudar a un proceso de soluciones».
Asimismo, lamentó que el PNV apoyase este texto, ya que no siguió la pauta marcada por Iñigo Urkullu de «no buscar acuerdos que excluyan a nadie». GARA
El portavoz del PP en el Congreso español, Alfonso Alonso, reiteró que «no hay prueba de cargo» para instar a una ilegalización de Bildu o Amaiur y consideró que una iniciativa de estas características supondría una «derrota» para el Estado.
Lokarri señaló que el proceso de reconciliación social requiere «una autocrítica unilateral sobre las actitudes y comportamientos mantenidos en el pasado», así como la inclusión de todos los sectores sociales y políticos presentes en la sociedad vasca y de «todos los sufrimientos injustos padecidos».
El coordinador de Lokarri, Paul Ríos, realizó estas afirmaciones en Donostia durante la presentación de la publicación «Diez retos para la reconciliación social», un documento que recoge las conclusiones del encuentro ciudadano que este colectivo celebró el pasado 17 de diciembre en el BEC de Barakaldo. GARA
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, apostó ayer por «trabajar por la convivencia ante el final de ETA pero sin permitir que se imponga el olvido e impidiendo que nadie reescriba la historia».
«Nunca dejaremos de honrar a las víctimas del terrorismo», manifestó Pérez Rubalcaba durante el homenaje que el PSE rindió ayer a Fernando Buesa y a su escolta, Jorge Díez, muertos en atentado hace doce años en Gasteiz.
Rubalcaba presidió el acto junto al lehendakari Patxi López y en el mismo estuvo presente una nutrida representación de partidos y familiares de Buesa y Díez, que colocaron rosas en el monolito levantado en el lugar del atentado.
El de ayer era el primer homenaje a Buesa y Díez que se celebraba desde el anuncio de cese de actividad armada por parte de ETA en octubre.
El líder del PSOE reconoció que esta nueva etapa es compleja y que «los demócratas seguirán necesitando perseverencia, inteligencia y determinación porque las huellas del terrorismo son profundas y llevará tiempo borrarlas».
«El cumplimiento estricto de la ley es el único camino para lograr la paz», añadió Rubalcaba, al tiempo que destacó que «el respeto a la legalidad no está reñido con un uso inteligente de las posibilidades del Estado de Derecho para que el anhelado fin de ETA se produzca cuanto antes».
Rubalcaba recordó asimismo que «hubo que asumir riesgos físicos y también políticos para llegar a este momento» y destacó los acuerdos que el PSOE supo generar «cuando otros los rechazaban abiertamente, para combinar firmeza y voluntad de diálogo para unir a todos los demócratas».
Por su parte, López indicó que «los terroristas han fracasado porque las voces que intentaron callar siguen vivas en las de todos los que decidieron coger el testigo».
López consideró que el acto de ayer no era uno más «porque se celebra sin la amenaza de la violencia, algo que cuesta creer», aunque añadió que «los demócratas no vamos a caer en la trampa de quienes tras años cobijados cómodamente a la sombra de los pistoleros o alimentándolos tratan de hacer creer que el mérito es suyo».
«No vamos a caer en su juego. Ni presos políticos ni víctimas de todos los lados», recalcó López.
El secretario general del PSE de Araba, Txarli Prieto, lamentó que «todavía hoy los asesinos puedan hacer ostentación de su mitología y simbología en rituales públicos. Es imposible cerrar la herida observando comportamientos chulescos». GARA
