Por segundo día consecutivo las protestas y los disturbios se multiplicaron por territorio afgano para denunciar la quema en la noche del lunes al martes de dos ejemplares del Corán y otros libros religiosos por parte de militares estadounidenses de la base de la OTAN de Bagram, con el pretexto de que los prisioneros los utilizaban para pasarse mensajes. Al menos ocho personas murieron y varias decenas resultaron heridas como consecuencia de la intervención de las fuerzas de seguridad afganas para dispersar las protestas de los enfurecidos ciudadanos. Seis fallecieron en el norteño distrito de Shinwari, situado en la misma provincia de Parwan donde se encuentra la base de Bagram, otro en Jalalabad y uno más en Kabul.

Las protestas, en las que se gritaron consignas contra EEUU y a favor de Alá y del Islam, se intensificaron ayer a pesar de que el jefe de la misión de la OTAN en Afganistán, John Allen, se disculpó poco después de conocerse la profanación del Corán y de que las autoridades afgnas dijeran que tras la libera- ción de unos prisioneros, los responsables de la prisión vaciaron sus celdas de objetos que luego fueron quemados.

El presidente afgano, Hamid Karzai, hizo un llamamiento a la calma e instó a los ciudadanos a detener la violencia, al tiempo que declaró que «las fuerzas de seguridad afganas no deberían usar la violencia durante las protestas y deberían proteger las vidas y propiedades de los civiles». «El pueblo tiene derecho a protestar, pero pido a mis compatriotas que eviten la violencia», reclamó el presidente afgano, al que algunos de los manifestantes criticaron por permitir que las tropas extranjeras cometan este tipo de abusos y no respeten los principios del Islam.

Kabul ya ha ordenado una investigación para determinar si la Policía afgana o las fuerzas extranjeras atacaron a los manifestantes que han protestado en el país después del hallazgo de restos de ejemplares del Corán quemados en la basura de la base de Bagram.

Además, Karzai pidió a EEUU que transfiera lo más rápido posible a Kabul el control de la cárcel que depende de la base de Bagram. En enero dio un ultimátum, que no se ha cumplido, para esa transferencia.

«Cuanto antes se lleve a cabo la transferencia de la prisión, habrá menos problemas e incidentes desafortunados», señaló Karzai al Ashton Carter, vicesecretario de Estado de Defensa estadounidense.

La cárcel de Bagram es para los afganos un símbolo de la ocupación estadounidense al que muchas veces llaman el «Guantánamo afgano.