OBITUARIO | NATXO BIRITXINAGA
Las manos que afilaban las uñas a los «leones»
GARA
Hizo una cosa en las dos finales que nos vino muy bien para romper la tensión. En una se disfrazó de Eva Nasarre, y en la otra de Petete, el del `libro gordo', y nos apareció así, de repente, cuando íbamos a saltar al campo», recuerda Endika Guarrotxena en ``Días de Gabarra y gloria''. Era el masajista Natxo Biritxinaga, quien lo fuera durante 42 años de la primera plantilla del Athletic, y que trabajó mano a mano con Manolo Delgado y Javier Clemente para tener a punto las piernas del histórico equipo campeón que ganó las dos ligas de las temporadas 82-83 y 83-84 y la Copa del 84.
Más que un masajista, un padre. Su vida estuvo ligada al club bilbaíno desde el mismo momento de su nacimiento, en una vivienda que había en una tribuna de San Mamés. Su difunto padre fue el primer masajista del Athletic y su primo también se dedicaba a esta labor. «Yo, oficialmente, empecé en el Athletic el 1 de abril de 1955, pero antes ya ayudaba, atendía a los futbolistas en casa y el club me daba una pequeña propina», recordaba. Biritxi ha dicho adiós, como lo dirá pronto el viejo San Mamés, el que le vió nacer. «Natxo era el Athletic», resumió ayer cualquier elogio quien fuera el último capitán rojiblanco en levantar un trofeo, Dani. Goian bego, Natxo. Hoy, San Mamés le recordará.