Jabi LUACES Entrenador de fútbol
Las tres «ces» de mi ideario del Athletic
Llorente no responderá igual si siente el apoyo de la grada, de sus compañeros o si lleva marcados seis goles, mientras que Gurpegi logrará rendir al mismo nivel sienta o no esos apoyos. Tenemos ahora jugadores muy jóvenes que necesitan esos «imputs» para dar lo mejor de ellos La exigencia del mister es importante, pero más lo es para el jugador sentirse partícipe del grupo, de los objetivos y del valor que tiene estar en un equipo donde todos se autoexigen y en el cual si alguno se descarrila, estará el «Gurpe» de turno para meterle en vereda
Tras los últimos resultados del Athletic surgían ciertas dudas y no sin justificación, dudas que se disipan como no puede ser de otra forma en el fútbol, con resultados. Los goles y puntos del domingo ante el Málaga nos devuelven la confianza en las capacidades de este grupo; el Athletic hizo una mala primera parte y una segunda bastante buena. No obstante, y sabiendo que el resultado y cómo lo consigues es la principal baza, los entrenadores tenemos que gestionar muchos mas parámetros, y dentro de muchos, para mí tres son fundamentales dentro de cualquier equipo, y mucho más en el Athletic.
Yo, con mis equipos, siempre pongo las tres «ces» encima de la mesa: Cabeza, el pensar; percepción, adaptación, creación. Confianza, el sentir; autoestima, estar a gusto, confiar en tu compañero. Compromiso, el querer; motivación, decisión, pertenencia al grupo,
Estos valores para mí son fundamentales en cualquier equipo, pero en el Athletic y dada su forma global de competir en este fútbol globalizado y en el que afloran cada vez más las carteras de gente del petróleo o industrias varias, mas todavía.
Entiendo que el Athletic es un equipo bien trabajado y bien dirigido, es un equipo dotado de herramientas suficientes para trabajar y ganar un partido y en el cual entran en acción, al igual que en el resto de equipos, la forma individual, el jugador, que hacen crecer la forma global, el equipo. Y aquí, para mí, entran de llenos las tres «ces».
La Cabeza, que es para mí la gran diferencia en el fútbol moderno, la diferencia entre jugar a un nivel o a otro, la diferencia entre ganar o perder. La inteligencia de un jugador, independientemente de las consignas del mister, se manifiesta activamente en la competición de forma eficaz cuando soluciona problemas, cuando percibe las diferentes situaciones tanto defensivas como ofensivas del juego, toma decisiones rápidas y ofrece soluciones positivas a sus compañeros de equipo, se adapta y se anticipa a los distintos lances del juego para que no te pase lo que nos ha pasado en los minutos finales de partidos, en los que hemos perdido puntos o en los que hemos dado vida a un equipo que teníamos contra las cuerdas sea el minuto que sea.
Con el paso de los años, la veteranía no vendrá dada porque sí, sino por la intensidad con la que cada jugador haya sabido vivirlos inteligentemente y el uso que haga de los aciertos y desaciertos en la toma de sus decisiones en el campo.
La toma de decisiones individual de nuestros jugadores hará que el Athletic siga creciendo o se estanque, y este jueves más que nunca tendremos que tener mucha cabeza.
Confianza. ¿Piensan nuestros jugadores igual cuando van ganando y cuando van perdiendo? ¿piensan igual si sienten la presión ambiental como factor negativo o lo sienten como apoyo?
Llorente, por ejemplo, no responderá de igual forma si siente el apoyo de sus compañeros, la grada o si lleva 6 goles seguidos, pero Gurpegi, probablemente, sí consiga competir al mismo nivel sienta o no este apoyo. Él ha superado problemas muy duros y tiene una fe ciega en lo que hace. Tenemos jugadores muy jóvenes que necesitan `imputs' positivos para dar lo mejor de sí; la confianza y la forma de gestionarla por parte de Bielsa y la grada de San Mamés son óptimas para nuestro equipo, para nuestra filosofía y para que los mas jóvenes crezcan. Itu, Susa, De Marcos, Iñigo Pérez, Jon... son jugadores que rozan un nivel que muchos no creíamos que podrían alcanzar, están con una confianza terrible, y en su entorno existe fe en ellos; hace falta que ahora ellos mantengan la fe que otros tienen sobre sus habilidades y capacidades y seguirán creciendo de forma exponencial en beneficio del grupo.
Que nadie te diga que eres malo, piensa que si te lo dice esta loco o se equivoca. Este jueves yo tengo total confianza en vosotros y en que eliminaremos al Lokomotiv.
Compromiso. Un entrenador que sepa transmitir a su equipo serenidad, aplomo, cordura, interés, compromiso y responsabilidad ya está poniendo la primera piedra para un equipo comprometido. La exigencia del mister es importante, pero más importante para el jugador es el sentirse partícipe del grupo, de los objetivos y del valor que tiene estar en un equipo donde todos se autoexigen y en el cual, si alguno se descarrila, estará el `Gurpe' de turno para meterte en vereda.
En el norte, los entrenadores y jugadores siempre han sido comprometidos, en el Athletic ese compromiso es total y se mama desde joven, ya que la mayoría llevan años en el club.
En como corremos por todo el campo, en como presionamos como equipo e individualmente, en la celebración del pase a la final y en el 100% de nuestros actos para con el equipo, tiene que haber compromiso; en este Athletic lo hay y por eso soy optimista y tengo confianza en alcanzar grandes retos, por compromiso y por que queremos.