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Los islamistas «shebab» pierden uno de sus principales feudos en Somalia

Los insurgentes islamistas «shebab» se retiraron ayer de uno de sus principales feudos al sur del Somalia, Baidoa, donde tropas gubernamentales y etíopes consiguieron entrar sin encontrar resistencia. Los shebab advirtieron, no obstante, que no podrán mantener su control.

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GARA | MOGADISCIO

Los insurgentes islamistas shebab sufrieron ayer su mayor retroceso desde su retirada de Mogadiscio en agosto, forzados, sin luchar, a abandonar su bastión de Baidoa ante el avance de las tropas etíopes y gubernamentales somalíes.

En la víspera de una conferencia internacional en Londres sobre el futuro de Somalia, las fuerzas somalíes anunciaron que habían tomado el control de esta estratégica ciudad junto a las tropas etíopes, que entraron en el país en noviembre.

«Una de las ciudades más importantes en el sur de Somalia, Baidoa, acaba de ser recapturado a Al Shebat», dijo en la capital británica el primer ministro somalí, Mohamed Abdiweli Ali.

Un poco antes, un responsable militar somalí, Muhidin Ali, precisó que las fuerzas gubernamentales habían avanzado «sin disparar un solo tiro» porque los shebab huyeron antes de que nuestro ejército alcanzara la ciudad, desierta».

Los islamistas confirmaron que huyeron de la localidad, ubicada a 250 kilómetros al noroeste de Mogadiscio. Pero, como ya habían hecho al abandonar puestos clave de la capital, invocaron razones tácticas.

«La conquista (de Baidoa no significa) que el enemigo pueda disfrutar de la ciudad», advirtió el jeque Mohamed Ibrahim, comandante shebab en el corredor de Afgoye, asegurando que las áreas conquistadas serán «la tumba de los invasores cristianos y sus milicias somalíes apóstatas».

Afgoye, a unos treinta kilómetros de Mogadiscio, es el lugar donde convergen ahora los soldados del gobierno de transición de Somalia (TFG), respaldados por la fuerza de la Unión Africana en Somalia (Amisom).

Golpeada por la hambruna de la década de 1990, Baidoa, en la provincia de Bay, que entonces fue llamada la «ciudad de la muerte», también es la última ciudad de Somalia que recibió a un presidente estadounidense, cuando George W. Bush visitó un orfanato en enero de 1993 y saludó a los soldados estadounidenses enviados a Somalia como parte de la Operación «Restaurar la Esperanza».

Entre 2006 y 2009, Baidoa fue sede del Parlamento somalí de transición antes de pasar a manos de los shebab en 2009. La ciudad se convirtió en el principal feudo rebelde en el sur de Somalia, junto al puerto de Kysmayo, pulmón económico de los insurgentes.

conferencia

Unos 40 países y organizaciones internacionales se dan cita hoy en Londres para debatir cómo pueden atajar las raíces de los problemas que convierten a Somalia en el Estado fallido por excelencia.

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