DOS MODELOS DE DESARROLLO SE ENFRENTAN EN BUSTURIALDEA
La llegada de Bildu a muchos consistorios de Busturialdea ha dejado al descubierto dos modelos de desarrollo contrapuestos y enfrentados. El que defiende la coalición soberanista apuesta por el relanzamiento de la actividad económica mientras el representado por el PNV se aferra a la política del ladrillo y nuevas carreteras de alta capacidad.Agustín GOIKOETXEA
Muchos vecinos de Busturialdea no ocultan su estupor por la campaña mediática desatada por el PNV contra los cambios que Bildu trata de introducir en las líneas estratégicas de una comarca anquilosada por la apuesta jeltzale por el negocio inmobiliario. Los jelkides critican que los nuevos gestores quieren que «la Reserva de Urdaibai se convierta en un espacio natural de protección máxima», primando la protección sobre los intereses de su población.
A la coalición le sorprende que los jeltzales les acusen de «poner en jaque Urdaibai», cuando no han hecho sino comenzar a trazar algunas de las pautas con las que pretenden dar un vuelco a la «parálisis» en la que el partido que lidera Iñigo Urkullu ha sumido a la comarca, a pesar de que durante más de tres décadas han gobernado la mayoría de los ayuntamientos, la Diputación vizcaina y el Ejecutivo de Lakua.
La izquierda abertzale ha sido aún más contundente en su reflexión, al acusar a los jelkides de «bloquear el camino de desarrollo de la comarca, dejándola en caída libre». Denuncian que algunos de los militantes jeltzales «han sabido aprovechar el control institucional en su beneficio personal y, tal y como nosotros entendemos, esto sí que es bloquear la comarca en beneficio propio».
El PNV reacciona, acusando a Bildu de boicotear «continuamente» proyectos como «el polígono de Muxika, o la construcción de los túneles de Autzagane, la creación a futuro de un polígono para transformación de la madera en Mendata, o la creación de un ámbito cultural diferenciado en Urdaibai mediante un espacio museístico como Guggenheim Urdaibai,...».
Bildu reconoce que no será fácil, «por lo que nos han dejado de herencia». Los ataques más furibundos a los aires de cambio han llegado después de que el Pleno del Ayuntamiento de Muxika, con los votos de Bildu y Muxika Garbi, rechazase la tramitación del Plan Parcial de Busturialdeko Industrialdea. El Consistorio se opuso al Plan General rubricado por la Diputación en 2009, al estimar que condiciona el desarrollo del pueblo y la calidad de vida de sus vecinos.
Los propios residentes han llevado a cabo diferentes iniciativas para oponerse al nuevo polígono industrial, que contaría con una extensión de 70 hectáreas. Creen que el futuro «macropolígono» hipotecaría la expansión del núcleo urbano de Muxika, además de que se proyecta junto a una zona de viviendas y la escuela. Los afectados defienden que no hace falta más suelo industrial, sino emplear el que está infrautilizado.
Dieciséis años de obras
Bildu considera que la construcción del polígono de Muxika, así como el desvío de la línea férrea y la ejecución de un vial de acceso, supondrían 16 años de obras. La izquierda abertzale coincide con los vecinos en que no hace falta ocupar más suelo agrícola, recordando que en Gernika, a escasos kilómetros, «a pesar de la necesidad que había, el PNV no quiso construir un área industrial en Ibarra, aprovechando 20 hectáreas de suelo libre y calificado para esos usos».
Los acusados lo niegan: «EAJ-PNV no se opone a ninguna de las iniciativas para el impulso de la comarca que se plantean, no antepone el desarrollo de la Vega de Gernika a la del polígono de Muxika; es más, entiende que ambas actuaciones son compatibles y pueden y deben hacerse realidad».
La alternativa jelkide para esos terrenos era edificar vivienda, según sus detractores. «La apuesta del PNV en Gernika ha sido el negocio inmobiliario, y Gernika ha estado a punto de convertirse en una ciudad dormitorio. Sin embargo, hace cuatro años -al entrar en el gobierno municipal EA e izquierda abertzale-, empezamos a hacer una política diferente y para la muestra un botón, tenemos la compra de Astra y el suelo industrial que lo rodea para poder apoyar el desarrollo económico y sostenible de nuestra comarca», manifiestan.
Otro de los temas que enfrenta al PNV con los independentistas de izquierdas es Inama. Los jelkides ocultan que fueron ellos quienes gobernaban en Muxika cuando se vieron obligados en enero de 2011 a retirar la licencia. Los nuevos responsables locales defendieron la postura del Ayuntamiento ante los tribunales y el juez les ha dado la razón.
La izquierda abertzale considera que es una «maniobra» para enfrentar a los trabajadores con Bildu, cuando remarcan que han sido los responsables de que se haya mantenido una actividad industrial en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai «en contra de las normas».
«La empresa no ha cumplido con su obligación. Y cuando ha iniciado su declive y se han complicado las soluciones, el PNV ha culpabilizado a Bildu», explican. La coalición añade que «a Inama le han dejado hacer lo que ha querido, y al final ha perdido la Autorización Ambiental Integrada (AAI) a causa de su dejadez». La empresa, desvelan, disponía de una licencia de actividad concedida en pleno franquismo, en 1963.
«Cuando Inama pidió permiso para poder ampliar la empresa, alegando la necesidad de espacio para la colocación de los electrofiltros, la Diputación denegó dicho permiso. No entendemos la actitud del PNV, echando la culpa a unos y otros, si realmente sabía de antemano cuáles eran los problemas de la empresa», aseguran desde Bildu.
Ese modo de funcionar, según la izquierda abertzale, es el que sigue el PNV respecto a los polígonos industriales de Ajangiz y Mendata, de ahí su apuesta inequívoca por un desarrollo sostenible. Enfrente, en su opinión, se encuentran proyectos como el del Guggenheim Urdaibai, que los jeltzales parecen haber guardado en el cajón para una mejor ocasión.
La izquierda abertzale se muestra sorprendida por la defensa que hacen ahora desde el PNV de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, su plan y las herramientas legales que a él están asociadas. Aguardan que este cambio de planteamiento sirva para hacer una comarca más habitable, alejada de los intereses especulativos.