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Agónica victoria sobre el Valladolid

Oleson salva los muebles

El escolta de Alaska logró casi sobre la bocina la canasta decisiva tras el empate del pucelano Diego García.

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CAJA LABORAL BASKONIA 67

VALLADOLID 65

 

Arnaitz GORRITI

Comencemos por el final, que resultó ser lo más divertido. A falta de 9,3 segundos y 64-62 en el luminoso, Pablo Prigioni anotaba uno de sus dos tiros libres. Tras el tiempo muerto del Valladolid, Pau Ribas se «comía» el bloqueo de Curtis Borchardt, de modo que su par, el argentino Diego García, podía lanzar sin mayor oposición, debido también a que Brad Oleson no saltó al cambio defensivo. Triplazo del escolta pucelano y, a falta de 6 segundos, empate a 65.

El Baskonia sacaba rápido para que Brad Oleson sprintara y se marcara un coast to coast a la desesperada. En su intento por frenarse y tirar, el escolta casi cometía pasos debido al involuntario estorbo de... su compañero de equipo Nemanja Bjelica. Aun así, el hispano-alaskeño logró lanzar el balón sin cometer ninguna violación del reglamento y antes de agotarse el tiempo. A tablero. Canasta. Fin del partido. Y victoria. Y gracias.

La canasta final de Brad Oleson salvó los muebles -en realidad, no se sabe si los salvó o no, ya que en la prórroga los de Ivanovic bien hubieran podido imponerse- ante un Valladolid que supo agarrarse al partido ante un Caja Laboral Baskonia algo flojo. Flojo, en primer término, debido a que su capitán, Mirza Teletovic, apenas disputó solo un minuto. Por culpa de unas molestias estomacales, el ala-pívot bosnio debió abandonar el partido pese a que saltara en el quinteto titular. Asimismo, el cuadro pucelano se encomendó al gran partido de Curtis Borchardt -13 puntos y 10 rebotes, para 20 de valoración- para mantenerse vivo en el marcador hasta el final.

Con la ausencia de Teletovic, jugadores como Oleson -15 puntos-, Ribas -11- y Nemanja Bjelica -9 puntos y 8 rebotes- dieron un paso adelante. Pero su aportación, amén de unos Prigioni y San Emeterio cumplidores pero nada más, no era lo suficiente para que su rival se descolgase.

Aparte de Borchardt, el ala-pívot Nacho Martín también colaboraba para que los pucelanos, que dominaron el juego interior, siguieran vivos.

Después de llegar por detrás al descanso, 31-32, los baskonistas reaccionaron hasta lograr una máxima renta de 7 puntos: 55-48. Sin embargo, los castellanos tiraron de orgullo hasta lograr forzar el empate a 65. Un empate que solo la cabalgada final de Brad Oleson conseguiría romper en favor de los entrenados por Dusko Ivanovic.

 

 

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