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Los sirios votan la nueva Constitución en una nueva jornada de violencia

Los sirios acudieron ayer a las urnas para votar en referendo una reforma constitucional que abrirá el país al pluripartidismo, en una cita boicoteada por la oposición y celebrada en medio de una nueva jornada de violencia que dejó más de cincuenta muertos. El Ministerio de Interior admitió que en las zonas más castigadas no se deban las condiciones para llevar a cabo la votación. Los resultados podrían conocerse hoy.

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GARA | DAMASCO

Los sirios votaron ayer una nueva Constitución en un referendo rechazado y boicoteado por la oposición y en medio de la violencia en el oeste del país, que dejó al menos 57 personas muertos, 34 civiles y 23 miembros de las fuerzas de seguridad, según informó el Observatorio sirio de los Derechos Humanos (OSDH), quien manifestó que la consulta fue un éxito solo «en los medios de comunicación del Gobierno».

Sin embargo, decenas de miles de sirios acudieron a las urnas convencidos de que la solución para acabar con la grave crisis política que vive el país vendrá a través de las reformas, que, entre otras cuestiones, permitirán la celebración de elecciones multipartidistas en tres meses, lo que pondrá fin a la hegemonía del partido Baaz del presidente, Bashar al-Assad, pero reserva amplios poderes al Jefe de la Estado y permite a Al-Assad mantenerse en el poder otros 16 años.

El recuento comenzó nada más cerrar los colegios electorales y los resultados de la consulta podrían conocerse hoy mismo.

El Ministerio sirio del Interior informó de que cerca de 14,4 millones de sirios mayores de 18 años fueron llamados a participar para votar «sí» o «no» a las enmiendas constitucionales, presentadas por el régimen como fruto del proceso de reformas emprendido por Al-Assad.

El propio presidente acudió junto a su mujer, Asma, a depositar su papeleta en la sede de la televisión estatal, cerca de la plaza de los Omeyas, donde una multitud lo recibió con cánticos y consignas de apoyo.

«En el terreno somos más fuertes. Hay medios de comunicación que arremeten contra nosotros, (...) pero nosotros queremos ganar sobre el terreno y el espacio juntos», subrayó Al-Assad, que culpa de la revuelta a grupos «terroristas» e intereses extranjeros.

En la capital, Damasco, las banderas sirias ondeaban en vehículos repletos de personas, en su mayoría jóvenes, mientras se veían carteles colgados a favor de la consulta popular.

Activistas de la oposición, que exigen principalmente la salida del presidente sirio, llamaron boicotear la consulta, tildada de «broma» por Washington.

En las regiones más castigadas por la violencia, no obstante, el Ministerio sirio de Interior reconoció que no se daban las condiciones de seguridad para llevar a cabo la votación. «El referendo se está desarrollando con normalidad y se ha registrado una masiva participación en la mayoría de las provincias, excepto en algunas áreas», apuntó el Ministerio en un comunicado.

«Un ejemplo a seguir»

«He venido para decir `sí' a las reformas que el presidente Al-Assad está llevando a cabo. Creo que el borrador de Constitución es único, moderno y un ejemplo que deberían seguir los países de Oriente Medio», aseguró a Efe Amar, uno de los congregados en una de las principales plazas de Damasco para saludar la convocatoria del plebiscito.

«Yo voto porque es el resultado de las reformas del presidente y si se consigue, habrá una democracia», declaró a AFP Kahila Balsam, de 32 años, que trabaja en el Ministerio de Hacienda.

Hadi Abdullah, un activista antigubernamental de Homs, afirmó haber visitado varios distritos, controlador por el Ejército Sirio Libre, integrado por desertores, y aseguró que no vio a «nadie en las calles y ni una sola oficina de votación».

«Esta es la nueva Constitución. El que pide la libertad es bombardeado», señalan activistas de Baba Amro, el barrio de Homs más castigado por las bombas, en un vídeo difundido por internet que muestra la destrucción de la zona.

La nueva Carta Magna incluye como principal cambio la supresión del artículo 8, que estipula que el gobernante partido Baaz, en el poder desde 1963, es «el líder del estado y la sociedad».

Con el nuevo texto, redactado por una comisión de 29 miembros, otros partidos tendrán el derecho a designar a sus candidatos para la Presidencia, que queda limitada a un máximo de dos mandatos de siete años cada uno.

Esta enmienda entrará en vigor a partir de las próximas presidenciales, previstas para 2014, lo que permite que Al-Assad -que ya lleva 12 años al frente del país tras tres décadas de gobierno de su padre, Hafez- pueda seguir en el cargo durante 16 años más, hasta 2028.

La comisión constitucional mantuvo también el artículo que estipula que el presidente, que conserva amplias prerrogativas, debe de tener al menos 40 años y ser musulmán, lo que ha puesto en pie de guerra a la importante comunidad cristiana y a los musulmanes laicos.

El referendo de ayer es el tercero que se celebra en Siria desde que Al-Assad accedió al poder: el primero fue en 2000, cuando un 97,29 % de los electores apoyó su nombramiento como presidente; y el segundo en 2007, cuando un 97,62 % votó a favor de su reelección.

La consulta llegó dos días después de que la conferencia de los llamados «Amigos de Siria» reuniese en Túnez a representantes de 70 países, que condenaron al régimen pero no adoptaron ninguna medida concreta.

El Frente Nacional Progresista, una coalición de diez partidos encabezada por el Baaz, reclamó a sus miembros el voto afirmativo en el referendo, al igual que otras formaciones recientes.

Mientras, la oposición interna tolerada por el régimen consideró que ahora no se dan las circunstancias para participar en el plebiscito.

Hassan Abdulazim, coordinador del Consejo de Coordinación Nacional (CCN), que agrupa a una decena de grupos socialistas, marxistas, liberales y kurdos, señaló en un comunicado que su bloque no participaría en la consulta. «La prioridad es ahora poner fin a la violencia, antes que una constitución redactada por las autoridades», sostuvo Abdulazim, quien instó al Gobierno a devolver al ejército a los cuarteles y a liberar a todos los detenidos antes de organizar un referendo.

Más violencia

La celebración del plebiscito no impidió que, un día más, la violencia se cobrase decenas de víctimas en diferentes puntos del país, principalmente en la ciudad central de Homs, según los grupos de oposición, que cifran en más de 8.500 los muertos desde el inicio de las protestas en marzo pasado, una cifra que Naciones Unidas rebaja a alrededor de 7.000.

Coincidiendo con la apertura de los colegios electorales, varios proyectiles cayeron en Baba Amro, un distrito de Homs, bastión de la oposición asediado desde hace más de tres semanas y bombardeado casi a diario.

«Hay explosiones por todas partes. Francotiradores que disparan a todo lo que se mueve», señaló un activista de Baba Amro Abu Bakr a AFP, haciendo una vez más hincapié en la grave situación humanitaria en la que se encuentran sus habitantes.

Desde el comienzo de de las protestas contra el régimen, que se prolongan ya más de 11 meses, las autoridades ha anunciado en repetidas ocasiones una serie de reformas, pero la violencia de los insurgentes y la represión contra los opositores se ha intensificado en este tiempo.

Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la mayoría de los fallecidos son civiles abatidos por las fuerzas gubernamentales o las milicias leales a Al-Assad, aunque también ha aumentado el número de combatientes muertos en enfrentamientos entre el Ejército y los desertores.

De acuerdo a la red Comités de Coordinación Local, al menos 29 personas murieron en todo el país: 17 de ellas perdieron la vida en Homs, ocho los hicieron en Halfaya (provincia de Hama), y otro más, respectivamente en Maaret Numan (provincia de Idleb), Elma, Om Walad y Nawa (provincia de Deraa).

Mientras, la agencia oficial Sana informó de las exequias por la muerte de siete militares de las Fuerzas Armadas sirias en Homs, Deraa y Rif Damasco, «asesinados por grupos terroristas armados».

La oposición tiende la mano a la minoría alauí

El Consejo Nacional Sirio (CNS), el principal grupo opositor al régimen de Damasco en el exilio, tendió ayer la mano a la minoría alauí, a la que pertenece el presidente Bashar al-Assad, frente a cualquier tipo de violencia sectaria.

En un comunicado recogido por Efe, consideró que los alauíes son una «parte esencial» del pueblo sirio y «seguirán gozando de los derechos que gozan todos los habitantes de Siria, tanto cristianos como musulmanes».

Los opositores señalaron que el régimen ha intentado dividir a la sociedad e incita a la violencia sectaria para ganar apoyos. «Después del inicio de la revolución, el régimen ha querido provocar el miedo recíproco entre las sectas (suní y alauí) y con esa finalidad ha asesinado a gente inocente de ambas comunidades», según el CNS.

Asimismo, destacó que pese a que «la mayoría de los alauíes han creído el criminal juego del régimen, que ha emitido vídeos de supuestas masacres de alauíes, muchos activistas de esa comunidad se han unido a la revolución».

Así, el CNS abogó por mantener la unidad nacional frente a los intentos del régimen «de llevarlos a luchar los unos contra los otros», por lo que el primer paso para terminar con la pugna sectaria -agregó- requeriría la caída del régimen.

Al-Asad pertenece a la secta de los alauíes, una rama del chiísmo que representa un 10% de la población siria, mientras que un 80% son musulmanes suníes. GARA

sin respuesta

El régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, no ha respondido a la petición formal de alto el fuego planteada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para facilitar la evacuación de los heridos del barrio de Baba Amro, en Homs, según informó una portavoz del CICR, Carla Haddad.

rechazo

El Gobierno sirio considera que el respaldo a los grupos armados irregulares y a sus acciones violentas es un apoyo directo al «terrorismo», expresando así su rechazo a las conclusiones de la cumbre de los «Amigos de Siria», celebrada el viernes en Túnez

permisos

Los permisos de residencia a decenas de sirios que viven en los Emiratos Árabes Unidos han sido cancelados debido a su participación, en Dubai, en manifestaciones contra el régimen de Damasco, lo que les ha obligado a abandonar el país, según activistas sirios de la oposición.

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