En Antena 3, los miércoles, encadenan «Con el culo al aire» y «Modern Family», en horario de máxima audiencia. La primera es una serie de producción española, con un título de esos vergonzantes pero eficaz, y que representa el modelo de serie que funciona porque se tarta de un estilo, un registro muy propio y en el que funcionan los actores, los guionistas, y todo el engranaje general de una producción. Personajes carpetovetónicos, que tienen sus tics reconocibles, que hablan como las clases populares y que se meten en líos normales, con soluciones normales, aunque todo suceda en un lugar poco extraño: un camping.

No es que un camping sea un lugar extraño, lo raro es que se elija como lugar para desarrollar la serie un camping teóricamente situado a las puertas de Madrid, y que en las escenas exteriores, que son muchas, siempre aparecen de fondo las cuatro torres madrileñas que forman su skyline. Allí es donde viven de manera habitual casi todos los personajes centrales de las tramas. Es una comunidad reducida, pero que se extiende y que reproduce en sus comportamientos a toda una clase social, a todo un segmento de la sociedad. Los personajes están bien elegidos, y el reparto parece muy apropiado, destacando Paco Tous, el famosos actor que dio vida a un famoso policía chapuzas que tenía a «sus hombres» y que aquí utiliza los mismos resortes interpretativos, acompañado por otro equipo de actores que al ser elegidos para personajes que les van bien, lo bordan, se encuentran cómodos y en algún caso, brillantes.

Ello hace que los diálogos que van configurando las intenciones y características de los protagonistas y personajes funcionen, que el guión se sustente bien, y que la tramas y los asuntos tratados vayan descubriendo no solamente una manera de humor, sino una suerte de dibujo social cercano al sainete, con una disposición estética cercana a grandes públicos. Lo bueno, es que una vez acabado la entrega de esta serie se pueden revisitar las repeticiones de la cáustica serie americana «Modern family», una manera de confrontar las edades televisivas que conviven en un mismo canal. Las diferentes opciones estéticas y narrativas.