El Ejército sirio toma el control de Baba Amr tras la retirada rebelde
El mismo día en que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución de condena contra el régimen sirio de Al-Assad, su Ejército tomaba el control del emblemático barrio de Baba Amr, en Homs, bastión de la revuelta, después de varias semanas de asedio, dos días de ofensiva terrestre y de la «retirada táctica» del denominado Ejército Libre Sirio. Damasco ha autorizado la entrada hoy de la Cruz Roja.
GARA |
Después de casi un mes de bombardeos y dos días de ofensiva terrestre, el régimen sirio anunció ayer la recuperación del control del barrio de Baba Amr en Homs, aunque el Ejército Libre Sirio (ELS), compuesto en su mayoría por desertores, alegó «una retirada táctica».
Las autoridades sirias aseguraron haber «limpiado la zona de grupos armados», a los que el régimen de Bashar al-Assad acusa de estar detrás de la revuelta, que comenzó hace más de once meses y ha causado más de 7.500 muertos, según la ONU, tras haber revisado cada calle, túnel y casa. «Homs ha vuelto a ser territorio seguro», subrayó una fuente de seguridad a Efe.
Baba Amr, asediado desde principios de febrero, fue blanco el miércoles de una gran ofensiva terrestre del Ejército sirio, que libró fuertes combates con los desertores.
El ELS señaló que efectuó una «retirada táctica» de sus posiciones este barrio, emblema de la revuelta y bastión de los rebeldes, tras una fuerte resistencia frente a las tropas sirias que, según el subcomandante en jefe del ELS, coronel Malik Kurdi, bombardearon intensamente varios barrios de Homs con misiles de largo alcance.
El jefe del ELS, coronel Riad al-Asaad, explicó en declaraciones a Al-Jazeera que la retirada del ELS se hizo para «proteger la vida de los civiles y no conceder al régimen un pretexto para seguir bombardeando».
Según fuentes de la oposición, veinte personas fallecieron ayer en Baba Amr y 39 en todo el país.
La toma del control de Baba Amr por parte del Ejército sirio coincidió con la aprobación en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU de una resolución condenatoria contra el régimen de Al-Assad que reclama el cese de las violaciones de los derechos humanos y los ataques contra los civiles y la entrada de las agencias humanitarias.
El Consejo de Seguridad de la ONU pidió también ayer a Siria que permita el acceso «inmediato y sin obstáculos» a la subsecretaria general del organismo para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, y deploró «el rápido deterioro» de la situación humanitaria que vive el país árabe.
Comité militar de defensa
Ayer se anunciaron también nuevos pasos en la organización de las fuerzas insurgentes, que volvieron a evidenciar su división, con el anuncio del presidente del opositor Consejo Nacional Sirio (CNS), Burhan Ghalioum, de la creación de un comité militar de defensa cuyo objetivo será definir la misión de la resistencia, centrada en «proteger la revolución pacífica y no en favorecer una guerra civil», y controlar la entrega de armas al ELS, después de que algunos países se hayan mostrado dispuestos a armar a este grupo. Sin embargo, el anuncio fue rechazado Riad al-Asaad, quien afirmó que por el momento no cooperarán con el mismo porque desconocen su estrategia y aseguró que sus hombres son los que deberían recibir el citado armamento porque son «la única fuerza que combate sobre el terreno para liberar Siria».
Horas después de la retirada de los insurgentes de Baba Amr, las autoridades sirias accedieron a que el Creciente Rojo sirio y el Comité Internacional de la Cruz Roja puedan entrar hoy en Baba Amr para llevar alimentos y medicinas y realizar tareas de evacuación.
Cruz Roja añadió que las autoridades dieron «indicios positivos» respecto a la petición del 21 de febrero de una tregua diaria de dos horas para poder hacer llegar ayuda a los civiles.
A pesar de la autorización de Damasco, el CNS instó a la llamada comunidad internacional y a los países árabes e islámicos a «intervenir inmediatamente» para prevenir una «even- tual masacre en las próximas horas contra decenas de miles de niños, mujeres y ancianos».
El secretario general de la Liga Árabe, Nabil Elaraby, advirtió ayer de los riesgos de «usar la violencia» como forma de resolver la crisis en Siria y se desmarcó de los alegatos lanzados desde algunos países de la región en defensa de la entrega de armas a los rebeldes que combaten contra el Gobierno de Bashar al-Assad.
«Soy contrario al uso de la violencia y la Liga Árabe no tiene relación con el envío de armas», declaró Elaraby en una rueda de prensa en El Cairo.
El bloque aprobó en febrero una resolución por la que alentó a los países árabes a «proporcionar todo tipo de apoyo político y material» a la oposición, lo que fue interpretado como un respaldo implícito a la entrega de armamento.
Arabia Saudí y Qatar han liderado la campaña de aislamiento de Siria, en un escenario en el que conviven posturas beligerantes como la de Kuwait, cuyo Parlamento se mostró ayer partidario de armar a la oposición siria, con la de otros países, como Egipto, Argelia o Irak, que se han mostrado más cautos.
Un asesor del líder del opositor Consejo Nacional Sirio (CNS), Burhan Ghalioum, reconoció ayer ante la prensa en París que varios países, incluida Arabia Saudí, han ofrecido suministrar armas a los insurgentes. «Las armas ya se están introduciendo de contrabando nos guste o no, así que nuestro papel es organizar el proceso y asegurarnos de que no caen en las manos equivocadas», explicó
La Liga Árabe acogerá en dos semanas una cumbre con representantes de los distintos grupos de oposición sirios, en un intento por estrechar lazos entre ellos y poner fin a la división. GARA
Las autoridades sirias han dado al Comité Internacional de Cruz Roja «luz verde» para entrar hoy en el barrio de Baba Amr, cuyo control recuperó ayer, para que pueda repartir ayuda y evacuar a las personas atrapadas por el conflicto.