Unión Navarra Basket Obenasa recibe al Ciudad Ros Casares esta tarde a las 19.00 en Arrosadia. La entrada será gratuita y el anfitrión va necesitar todo el apoyo de la afición y algo más. El propio club reconoce en su web que necesitaría «algo más que un milagro» y temen, además, que la derrota en la final de la Copa del equipo valenciano les dé un motivo más para resarcirse de ese tropiezo retomando su impecable racha.

El partido aplazado correspondiente a la jornada 22 será una de las últimas opciones para UNB Obenasa Lacturale. Una victoria significaría volver a empatar con Hondarribia-Irun y alejarse un poco del abismo. Después del cruel final de partido ante Sóller, donde una prórroga a la que nunca se debió llegar decantó el duelo para las mallorquinas, las navarras no quieren tirar la toalla.

Las valencianas están paseando la mejor plantilla de su historia por la Liga doméstica pero también por Europa. El equipo funciona como un reloj, su plantilla y presencia física intimidan y castiga como nadie la irregularidad de su rival. Se trata de un conjunto tan compensado que es difícil destacar nombres. Son las que más anotan, las que menos reciben, las que mejor tiran de 2 y de 3, las que más rebotean o las que más asistencias reparten. Unas cifras descomunales. Sancho Lyttle, Ann Wauters, Laia Palau, Lauren Jackson, Maya Moore..., nombres habituales en los primeros puestos de los rankings.

Obenasa tendrá que mantenerse fuerte, esperar a que las de Roberto Íñiguez tengan un mal día y que el acierto desde la línea exterior acompañe. Será difícil que todo eso ocurra, pero deberán intentarlo porque el conjunto iruindarra puede perder la categoría si el sábado Hondarribia-Irun gana al Ibiza, ya descendido, en su desplazamiento a la isla o si las navarras pierden en Girona contra las terceras clasificadas.