Desmantelamiento de la sanidad pública en Nafarroa
La consejera falsea datos para tapar recortes en Osasunbidea
En solo dos años, la sanidad navarra pierde uno de cada diez euros, pasando de 1.036 millones a 914. Marta Vera prefiere destacar que está a la cabeza con un gasto de 1.528 euros por habitante, cuando en realidad son 1.419. Elude concretar el nuevo tijeretazo que ya ha vaticinado Barcina.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
En solo dos años, la sanidad navarra ha perdido más de uno de cada diez euros. Si en 2010 Osasunbidea gozaba de un presupuesto de 1.036 millones de euros, arrancó el presente año con un presupuesto de 914,6. Y, con la limitación del déficit autonómico que acaba de imponer Madrid, de nuevo la partida va a recortarse. Ayer, la consejera Marta Vera se enfrentó a la comisión parlamentaria para dar cuenta de en qué van a traducirse esas nuevas limitaciones, pero sorprendentemente negó que en su departamento se haya producido recorte alguno.
Vera aseguró que «Nafarroa, junto con el País Vasco, es la comunidad española con mayor gasto sanitario por habitante 1.528 euros». Esta cifra es falsa. En la memoria de los Presupuestos de este año se detalla que cada navarro aporta a la sanidad 1.419 euros. El dato esgrimido por la consejera se ha extraído de los presupuestos originales de 2011, pero estos nunca llegaron a ejecutarse en su totalidad por la batería de recortes de setiembre por valor de 190 millones, los proyectos previstos aparcados y el no desarrollo al cien por cien de varias de las partidas.
La situación económica de Osasunbidea no solo está afectada por esta merma constante de su financiación, sino que arrastra desinversiones como las que ha dejado el fracaso del Plan Navarra 2012. Este macroproyecto de inversiones se cerró con un nivel de ejecución del 41%, siendo las nuevas infraestructuras sanitarias las paganas de su incumplimiento. El retraso que acumulan la remodelación del Pabellón C, las zonas quirúrgicas de Virgen del Camino, la Clínica Ubarmin y las Áreas de Salud, así como el edificio de Urgencias del hospital y la renovación de Urgencias Materno Infantil, superan los 58 millones de euros. Todas estas infraestructuras deberían llevar funcionando, como mínimo, desde el pasado uno de enero.
A pesar de este retraso, la consejera únicamente se atrevió a incluir entre sus acciones de carácter prioritario el equipamiento de los quirófanos de Ubarmin, que supone una inversión de seis millones. Además, mientras anunciaba el desatasco de Ubarmin, Vera finalmente descartó otro de los compromisos que su partido había ofrecido a la ciudadanía, como es el Complejo Asistencial Médico Tecnológico de Nafarroa, un proyecto que empezó a trabajarse en 2008 y cuyo coste era de más de 17,6 millones de euros.
Así, cuatro años después, el Gobierno de UPN-PSN se ha dado cuenta que «no existía plan de viabilidad para el proyecto», en palabras de la consejera. Vera afirmó que «los planes y programas que pretendían acometerse en el nuevo Centro se realizarán en otras unidades de Complejo Hospitalario de Nafarroa». Sin embargo, la responsable omitió que en ese complejo su gobierno ha tirado a la basura más de un millón de euros antes de darse cuenta de que carecía de viabilidad, ya que, según consta en sus informes se invirtieron 459.000 euros en el Centro de la Imagen Médica y 700.000 en estudiar el complejo.
Puntos polémicos
Cabe remarcar que, con este dinero bastaría, por ejemplo, para dar continuidad durante once años al servicio de transporte intrahospitalario, en el que se traslada a los enfermos de cáncer de Erribera hasta el Complejo Hospitalario de Iruñea. Preguntada específicamente por el mantenimiento de este servicio (que el Ejecutivo solo se compromete a mantener hasta 2013) la consejera se cerró en banda: «La sanidad sólo está obligada a trasladar los pacientes de un centro de salud a otro cuando hay una prescripción médica, es decir, cuando se realizan en ambulancia», alegó.
Vera se mantuvo fría también al abordar dos de los temas más polémicos de su gestión: la privatización del servicio de cocinas del hospital de Iruñea y la centralización de los laboratorios. A juicio de la consejera, «con la privatización del servicio de cocinas ganamos todos, salvo un colectivo muy pequeño de trabajadores». En cuanto al laboratorio, aseguró que Osasunbidea podría ahorrar entre un 20% y un 30% de los costes, aunque sí que admitió que «a algunos les puede afectar, aunque solo sea a casos concretos».
Por otro lado, cabe destacar que el aminoramiento constante del dinero que se destina a Sanidad no es imputable a la crisis económica, tal y como ayer intentó defender la consejera. En términos relativos, el porcentaje del PIB que se destina a sanidad ha pasado del 5,6% en 2010 al 4,6% en los presupuestos de este año. Esto significa que existe una voluntariedad de achicar el coste de la Sanidad (ya que el impacto de la crisis se recoge en la reducción del PIB).
Las verdaderas listas de espera
La desinversión en Sanidad no sólo se traduce en la paralización de obras y en la eliminación de servicios. El grueso del dinero que maneja la consejería se va en los sueldos de los profesionales. Osasunbidea es la mayor «empresa» del herrialde y prácticamente duplica en personal a la Volkswagen. Los recortes en este ámbito se dirigen en un doble sentido: un menor índice de sustituciones y la no reposición de plazas de funcionarios que se jubilan. En ambos asuntos tienen una extrema gravedad. De cada diez sanitarios que están trabajando, cuatro lo hacen con un contrato temporal, con lo que una sustitución más estricta afecta al 40% de la plantilla. Por otro lado, según los datos de 2010, un 23% de los sanitarios fijos supera los 55 años en Nafarroa y la tasa de reposición de personas que se jubilan es inferior al 25%.
Esta doble reducción del personal se podía camuflar hasta hace poco aumentando las derivaciones gracias a la particular interpretación de la Ley de Garantías Sanitarias. Sin embargo, esta norma ha sido derogada y los informes de Comptos han denunciado la falta de criterios objetivos para muchas derivaciones. A la vista de estos hechos, el Defensor del Pueblo elaboró un informe que fue pre- sentado el mes pasado, que arremete, por incompleta, contra la versión de las listas de espera que se había dado hasta ahora.
El Gobierno navarro centraba sus informes, al igual que en la ley derogada, en la espera en primera consulta y en operaciones. En esos casos, el margen de espera se encuentra en los límites legales. Lo que consiguió el Defensor del Pueblo es el dato de la espera en revisiones, donde el ratio se dispara.
El caso más escandaloso se da en las revisiones «sucesivas normales» en asistencia especializada, donde la media de espera desde la fecha inicialmente prevista es de 427 días. Del año 2010 a 2011, esta espera se ha incrementado en unos cien días. Por ello, el Defensor insta al Gobierno de Nafarroa a tomar una serie de medidas, sobre todo cuando a consecuencia de dicha espera la salud del paciente puede empeorar. En concreto, su informe plantea una serie de recomendaciones que ayer, todos los partidos, quisieron trasladar vía moción a la consejera, pidiéndole, además, que en unos meses presentara una valoración del plan de choque.
La moción fue presentada por el PP y refrendada por el resto de la oposición, incluido Bildu. Pero UPN y PSN alegaron que la consejera lleva poco tiempo en el cargo y hay que darle margen de confianza.