Una concurrida rueda de prensa en la Plaza del Arriaga, en Bilbo, sirvió ayer para dar a conocer cómo desde la sociedad vasca se pretende responder al nuevo juicio político que comenzará el 30 de abril en la Audiencia Nacional española contra trece hombres y mujeres por impulsar las ofertas de D3M y Askatasuna en las elecciones del 1 de marzo de 2009 a la Cámara de Gasteiz. La movilización general en pueblos y ciudades confluirá el 5 de mayo en la misma capital vizcaina en una marcha nacional bajo el lema ``Epaiketa politikorik ez! Eskubide guztiak proiektu guztientzat!'', que partirá a las 17.30 desde La Casilla.

Txerra Bolinaga, en nombre del movimiento por los derechos civiles y políticos Eleak, incidió en que los imputados se enfrentan a penas de cárcel de nueve y siete años -109 años de petición en total- «por impulsar un espacio independentista, desde un punto de vista de izquierdas. Serán juzgadas -insistió- por defender un proyecto cuyo objetivo era cubrir el vacío político e institucional creado por las ilegalizaciones y dar una opción de voto a una parte de la sociedad vasca que así lo quería. En definitiva, serán juzgadas por ejercer sus derechos».

Arantza Urkaregi, una de las personas que se sentarán en el banquillo del tribunal especial español, confesó que ella y sus compañeros se sintieron doloridos por esta «nueva agresión legal», pero en vez de buscar individualmente una respuesta a este ataque del Estado español, «apostamos de nuevo por construir un vientre colectivo, un vientre matrioska». Y es que esa muñeca tradicional rusa es el símbolo de esta nueva dinámica que surge en Euskal Herria, con la que se pretende arropar a los afectados como ya se hizo en el caso del gasteiztarra Ekaitz Samaniego o los 19 vecinos de Aiara juzgados por reivindicar el derecho a hacer política, a elegir y poder ser elegido.

La razón para construir esa «matrioska colectiva» en el caso de D3M y Askatasuna es que, tal y como explicaron en la comparecencia, «no es justo que trece personas vayan a ser juzgadas por su actividad política, que se mande a la basura el aval de 47.000 personas que dieron su apoyo a la candidatura o que decenas de miles de personas se vieran privadas del voto a su opción política, como no lo es que haya personas presas por ejercer sus derechos y otras muchas en espere de juicio». Abundando en esta idea, aclararon que no existe ley ni juzgado ni sentencia que les vaya a impedir salir a la calle a movilizarse de nuevo y «gritar basta ya! ante cada sufrimiento, ante cada injusticia».

Tras recordar que los derechos, «hoy débiles e incapaces de valerse por sí mismos», se alimentaron gracias a compromisos anteriores de la ciudadanía, auguraron que «se irán fortaleciendo y cogiendo cuerpo» con nuevos gestos como los que se reclaman al conjunto de la sociedad vasca. «La práctica diaria de nuestros derechos -precisaron- hará imposible cualquier ataque contra ellos. Ese día, los arrogantes de hoy ocultarán sus uniformes y togas, porque sabrán que lo que hoy les resulta demasiado gratuito les sería demasiado costoso».

«Los derechos se conquistan»

De ahí la importancia del auzolan en la defensa de los derechos más básicos. Una invitación que calificaron de reto, «porque es responsabilidad de todas defender lo que es de todas, y ejercer la suficiente presión social para que este triste presente pase a ser triste pasado. La historia nos ha demostrado que los derechos se conquistan, reconquistemos lo que nunca debimos haber perdido».

De ahí se llamaran a la constitución de asambleas locales abiertas y diversas «que visibilicen esa agresión, que transmitan calor a las personas imputadas, que trabajen a favor de nuestros derechos civiles y políticos». Puntualizaron que esas asambleas o matrioskas no se deben limitar a los pueblos y barrios donde residen los imputados, también en todo lugar donde haya personas que entiendan que este juicio no es un problema particular de las personas que van a ser juzgadas.

«Porque Madrid -apuntaron- no solo va a juzgar a trece0 personas, se van a juzgar también los derechos civiles y políticos de nuestra sociedad en su conjunto, y porque quedan aún muchos juicios y agresiones». Los primeros ejemplos de esta dinámica son, por ejemplo, la plataforma en solidaridad con Fernando Antia en Kanpezu, y en los próximos días anunciaron nuevas asambleas abiertas en Bilbo, Gasteiz, Donostia, Usurbil, Sestao, Erandio y Getxo.

Insistieron en la importancia del trabajo local y la activación de los entornos de todos aquellos vascos concienciados.