Girona afianza sus pasos en la apuesta por la insumisión fiscal
El pleno del Ayuntamiento de Girona se convirtió el pasado lunes en la primera capital catalana en aprobar una moción a favor de la insumisión fiscal, en la que se reconoce el espolio fiscal al que es sometido Catalunya. De este modo, ofrece su apoyo a los ciudadanos que se declaren insumisos y apuesta por ingresar el dinero de los impuestos en la Agencia Tributaria Catalana.
Beñat ZALDUA | BARCELONA
Siguiendo los pasos de otros municipios catalanes como Manresa, Berga o Arenys de Munt, Girona aprobó el pasado lunes una moción a favor de la insumisión fiscal presentada por las Candidatures d'Unitat Popular (CUP). Girona, que también forma parte de la Associació de Municipis per la Independència, se convierte de esta manera en la primera capital de provincia en defender la desobediencia fiscal.
En concreto, la propuesta fue aprobada con los votos de los tres concejales independentistas y los dos de ICV-EUiA; y gracias a la abstención de los diez concejales de CiU y los siete del PSC. Los tres representantes del PP fueron los únicos en votar en contra.
La decisión del pleno de Girona consiguió también que el tema de la insumisión fiscal llegase por primera vez al Congreso de los Diputados, donde el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, aseguró que «si hay un contribuyente que no paga, la Agencia Tributaria le exigirá que lo haga». Rajoy respondía de esta manera a la intervención de la portavoz de UPyD, Rosa Díez, que anteriormente había asegurado que no contribuye a la confianza «que un Ayuntamiento decida ejercer la insumisión fiscal con el consentimiento de partidos del Gobierno».
Más allá del ruido parlamentario, uno de los concejales de las CUP en Girona, Jordi Navarro, explica que la moción aprobada tiene dos vertientes: «Por un lado, asesorar y ponerse al lado de aquellos ciudadanos y ciudadanas que decidan hacer insumisión fiscal» Por otro lado, pretende que «el propio Ayuntamiento se declare insumiso fiscalmente y que no ingrese al Estado español los impuestos recaudados en concepto de IVA e IRPF».
En este segundo punto, sin embargo, Navarro explica que hoy por hoy los ayuntamientos no tienen las herramientas necesarias para hacer efectiva esta insumisión, por lo que emplazan a la Generalitat a que «habilite los mecanismos necesarios para que eso sea posible». «La Generalitat debe dar un paso adelante», sentencia.
CiU, cómoda en la ambigüedad
Pero no parece que, de momento, el Govern esté por la labor de dar pasos hacia la insumisión fiscal. Como el propio Navarro indica, la abstención de CiU es el mejor reflejo de la ambigüedad en la que está instalada la federación nacionalista: «con una mano levanta la bandera del independentismo y con la otra levanta la del unionismo; así llevan muchos años y eso les sirve para captar electores cuando les interesa», interpreta el concejal de las CUP.
De hecho, el déficit fiscal es utilizado por CiU como el principal motivo para reclamar un pacto fiscal con el Estado, pero, al mismo tiempo, en Girona evitan votar a favor de la moción sobre la insumisión fiscal y desde la Generalitat aseguran que no secundarán a los ciudadanos que se declaren insumisos.
Ante esta falta de colaboración de la Generalitat, Navarro defiende que el mundo local y el movimiento municipalista «deben dar apoyo a estas iniciativas». Como ejemplo, relata el caso de unos pequeños productores de cerveza artesana de Girona, que ya han anunciado que en el mes de abril, que es cuando toca, no piensan realizar los pagos del IVA y el IRPF a la Agencia Tributaria española.
Respecto a la estrategia de la insumisión, Navarro lo tiene claro: «Nosotros lo hacemos porque creemos en la insumisión y en la desobediencia civil, en clave nacional y en clave social».
Sobre esta clave social, el concejal insiste en que también denuncian «el fraude fiscal que hay en los Països Catalans, con todos sus delincuentes fiscales», pero matiza que esta moción hay que leerla en clave nacional: «hay unas diferencias exageradas fiscalmente entre lo que aporta Catalunya y lo que recibe».
Estas diferencias en la balanza fiscal son tema de debate habitual en Catalunya. Un estudio encargado recientemente por la Generalitat a un grupo de expertos cifraba en una media del 8% el déficit fiscal de Catalunya respecto al Estado durante los últimos 24 años.
Algo que en el año 2009, último año del que se disponen los datos, se tradujo en un saldo negativo de 16.409 millones de euros entre lo que Catalunya aporta a las arcas españolas y lo que recibe de ellas.
A finales del año pasado, dos jóvenes de Siurana (Tarragona), Andreu Bartolomé y Maria Casademunt, fueron los encargados de encender la mecha de la insumisión fiscal, anunciando que este abril dejarían de pagar a la Hacienda española el dinero recaudado en su negocio en concepto de IVA. Junto a su anuncio, los dos pequeños empresarios comenzaron la campaña «Diem Prou» (Digamos Basta), que los ha llevado a explicar su iniciativa por diferentes puntos del Principat, recibiendo el apoyo de varios partidos políticos y movimientos como la Asamblea Nacional Catalana.
En declaraciones a Gara, Bartolomé explica que su iniciativa tiene como objetivo pasar de la reivindicación a la acción: «No dejamos de pagar estos impuestos, queremos cumplir la ley y que la Generalitat nos facilite un número de cuenta donde poder abonar el importe, para que sea el Govern el que gestione su uso».
La respuesta de la Generalitat, sin embargo, «deja mucho que desear», en palabras de Bartolomé, que anuncia que el próximo 13 de abril se hará efectiva la insumisión. «El Govern, de momento, no está por la labor, pero esperamos que durante este mes que queda asuma la responsabilidad que le corresponde», explica el joven de Siurana, que aprovecha para avisar: «Nosotros somos trabajadores que pagamos los impuestos como cualquier otro ciudadano, por lo que, si nuestra acción tiene represalias, querrá decir que estamos en una democracia muy justa, en la que habría que revisar muchas cosas». B.Z.