Dos atentados vuelven a sacudir Damasco provocando 27 muertos
Dos atentados contra una sede de la Policía y un centro de los servicios secretos, atribuidos por las autoridades sirias a «terroristas» y por la oposición al propio régimen, dejaron al menos 27 muertos y 140 heridos ayer en Damasco, al día siguiente de que el emisario de Naciones Unidas y de la Liga Árabe Kofi Annan tildara de «decepcionantes» la respuesta siria a las propuestas de mediación y apelara a la cautela para evitar que el conflicto se extienda.
GARA | DAMASCO
Dos edificios de las fuerzas de seguridad en Damasco fueron ayer objetivo de sendos atentados con coches bomba que dejaron al menos 27 muertos y 140 heridos, la mayoría civiles, según el Gobierno. La televisión estatal siria, que mostró imágenes de cadáveres, vehículos calcinados e importantes daños en edificios, informó de que las explosiones se produjeron con escasos minutos de diferencia junto a un complejo de los servicios de Inteligencia de la Fuerza Aérea en el barrio de Al-Qasaa y un edificio de la Policía Criminal en el barrio de Duar al-Jamarik.
Estos atentados con coche-bomba, según las primeras investigaciones, volvieron a provocar el miedo entre los resi- dentes de la capital, que desde el inicio de la revuelta ha vivido en relativa calma y ha sido escenario de masivas marchas a favor de Bashar al-Assad. No obstante, la seguridad del núcleo de la capital siria se ha visto últimamente afectada por varios atentados.
El Ministerio sirio de Interior afirmó que los atentados fueron obra de kamikazes y que hay civiles y miembros de seguridad entre las víctimas mortales. Estos ataques «forman parte de los objetivos contra la seguridad y la estabilidad del pueblo», apuntó en un comunicado el Gobierno, que consideró que existe una escalada de la violencia fomentada por los supuestos deseos de algunos países de enviar armamento a Siria.
Los medios oficiales calificaron los ataques de «terroristas», en línea con la postura del régimen, que culpa a grupos armados de estar detrás de la revuelta del último año.
El líder del opositor Consejo Nacional Sirio (CNS), Burhan Ghalioun, señaló a Efe que «esos atentados están fabricados por el régimen sirio» y explicó que los ataques tuvieron lugar en zonas de seguridad de difícil acceso, donde sólo pueden moverse con facilidad las fuerzas gubernamentales.
Varios analistas invitados en el plató de la televisión siria acusaron a Arabia Saudí y a Qatar -quienes se han pronunciado a favor de armar al rebelde Ejército Libre Sirio (ELS)- de tener una responsabilidad «política, jurídica y religiosa» en estos ataques. Una fuente diplomática árabe indicó el sábado a AFP que Riad envía precisamente material militar para los rebeldes a través de Jordania.
«Material militar saudí es enviado a Jordania para equipar al ESL», dijo la fuente que pidió el anonimato. Ese envío forma parte de «una iniciativa de Arabia Saudí destinada a poner fin a las matanzas en Siria», agregó.
Irak por su parte informó ayer al Gobierno iraní que «no permitirá el empleo de su espacio aéreo o de su territorio para el tránsito de todo cargamento de armas hacia Siria», según un comunicado del portavoz del Ejecutivo, Alí al-Dabbagh.
Arabia Saudí envía, vía Jordania, material militar para equipar al Ejército Libre Sirio (ELS), integrado por soldados y oficiales disidentes, y «poner fin a las matanzas», aseguró a AFP un diplomático árabe.
Rusia teme que la desintegración del modelo actual del Estado sirio pueda marcar el inicio de un amplio conflicto religioso entre las dos principales confesiones del mundo islámico, la suní y la chií, susceptible de extenderse a Irán e Irak. «Si se rompe el carácter multiétnico y multiconfesional en el complejo modelo del Estado sirio, las consecuencias podrían ser imprevisibles. Es obvio que el modelo actual no ha funcionado», lamentó el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa teme que es precisamente en Siria «donde puede explotar la crisis entre chiíes y suníes en el mundo islámico. Si el actual modelo se derrumba la situación puede cambiar no sólo en Irán sino también en Irak, donde los suníes se sienten obviados».
«Por eso cualquier decisión sobre Siria puede desencadenar procesos muy serios. Y todos los que pueden influir de alguna manera en estos procesos deben ser conscientes de todo el alcance de su responsabilidad», advirtió Lavrov en una entrevista a la cadena Rossiya.
Tras el apoyo que dio Rusia el viernes en el Consejo de Seguridad a la misión mediadora en Siria del ex secretario general de la ONU Kofi Annan, Lavrov reiteró ayer que Moscú apoyará cualquier acuerdo sobre los dirigentes sirios siempre que se den en el marco de un diálogo entre las partes en conflicto. GARA