El único soldado de EEUU detenido por haber matado a 16 civiles en Kandahar hace una semana, identificado como Robert Bales, llegó ayer a la base de Fort Leavenworth, en Kansas. Su abogado, John Henry Browne, insistió en la crisis nerviosa que sufrió la víspera de la masacre al ser testigo del ataque a un compañero y dijo no entender por qué «le volvieron a mandar a Afganistán» tras el accidente que sufrió en Irak.

El presidente afgano, Hamid Karzai, denunció que el equipo de investigación sobre la matanza no ha logrado interrogar a Bales. Además, la comisión parlamentaria encargada de investigarla ha implicado este viernes a un total de «entre 15 y 20» soldados estadounidenses en el ataque, contraviniendo así la versión de EEUU y la OTAN.