El golazo al Manchester United seguirá siendo, al menos por unos días, la última imagen de Fernando Llorente sobre el césped. El delantero, que llevaba días trabajando a medio gas como consecuencia de sus problemas en la cadera y apenas disputó un tiempo frente a Osasuna y menos minutos aún en la cita europea, ha llegado al límite de sus esfuerzos. Hoy seguirá el encuentro desde la grada.

Peaje de una temporada cargadísima para los rojiblancos, especialmente para algunos, pero que además coincide con la ausencia de Gaizka Toquero, que vio su quinta cartulina amarilla en El Sadar. Un problema considerable, teniendo en cuenta que en las nueve ocasiones en las que Llorente no ha podido jugar o ha salido desde el banquillo, el gasteiztarra ha ocupado su lugar sobre el campo. A Marcelo Bielsa le toca buscar una alternativa diferente que, por lo visto ayer en Lezama, puede pasar por centrar la posición de Markel Susaeta, con Iker Muniain e Iñigo Pérez escoltándole por los lados. Aunque tampoco hay que descartar por completo la entrada de Ibai en el once.

Una alineación, de cualquier manera, novedosa. Como también lo es la convocatoria, en la que entran Koikili, Jonas Ramalho -que disputó ayer los noventa minutos con el Bilbao Athletic en Zubieta- e Igor Gabilondo, ya recuperado, y que no se ha vestido de corto desde que jugara en el Parque de los Príncipes el pasado 14 de diciembre, en sustitución de Llorente, Toquero y el también sancionado Fernando Amorebieta.

Oportunidad

Todo ello de cara a un encuentro que también ejerce de peaje, en este caso en el camino hacia Europa. Y es que el Athletic tiene asegurado el regreso a plaza de Europa League sin consigue la victoria, después de que Osasuna tropezara ayer en La Romareda. Pero es que, además, reduciría a solo cuatro puntos su desventaja con el propio Valencia. Algo que no resulta descabellado, pese a las circunstancias, teniendo en cuenta que también el equipo de Unai Emery paga sus excesos continentales -también llega a la cita con media docena de bajas- y que en los últimos tiempos se muestra bastante más irregular que de costumbre, pese a lo que se mantiene como el mejor en la Liga terrenal.

Claro que si se trata de números, el Athletic no tiene motivos para acomplejarse. Sobre todo cuando el escenario es San Mamés donde, desde que cayeran contra el Granada, el pasado 27 de noviembre, los rojiblancos no han dejado de sumar. Once victorias -con pleno en Copa y Europa League- y solo dos empates en los últimos tres meses y medio. Y si parte de la responsabilidad de esa trayectoria corresponde al aliento de la afición, tampoco parece que vaya a haber, a la espera de la respuesta de los socios, problemas esta vez porque las taquillas de la Catedral colgaron anteayer el «no hay billetes».