La jornada electoral en Timor Lorosa'e (Timor Oriental) para elegir al presidente del país se desarrolló ayer con normalidad y con la duda de si alguno de los doce candidatos logrará la mayoría que evite una segunda vuelta, probablemente en abril. Solo tres tiene posibilidades de ganar: las leyendas de la lucha independentista timorense José Ramos-Horta, actual jefe de Estado, José María «Taur Matan Ruak» Vascon- celos, exjefe de las Fuerzas Armadas, y el izquierdista Francisco «Lu-Olo» Guterres, excomandante guerrillero del Fretilin -ahora primera fuerza de la oposición-. Los sondeos auguraban el paso a la segunda ronda de Ramos-Horta y Vanconcelos, aunque no se sabrá hasta principios de la próxima semana.

Todo es «normal y se desarrolla con tranquilidad», señaló a Efe un portavoz del Ejecutivo timorense. «No ha habido violencia», destacó con una enorme sonrisa Ramos Horta, de 62 años y que en 2008 estuvo al borde de la muerte por un atentado, en referencia a la situación que marcó las presidenciales de 2007.

Personas descalzas, jóvenes madres con bebés o hasta mujeres de edad a quienes era necesario ayudar depositaron sus votos en las urnas de plástico azul ofrecidas por la ONU, antes de retirarse de la escuela con los dedos coloreados por tinta indeleble para evitar el fraude.

A diferencia de las votaciones anteriores que fueron organizadas por la ONU, en esta ocasión fueron las autoridades locales de esta joven nación, independiente desde 2002, las que se han hecho cargo del proceso.

Los tres principales candidatos son bien conocidos por el electorado porque desde el exilio o en la jungla, lucharon contra la ocupación indonesia de Timor Lorosa'e tras la retirada de Portugal, en 1975. Hace cinco años, Ramos-Horta venció a Guterres en la segunda vuelta y ahora aspira a renovar su mandato, lo que le resul- tará difícil sin el apoyo del CNRT, partido mayoritario de la coalición de Gobierno que lidera el primer ministro, Xanana Gusmao, y esta vez respalda a Vasconcelos.

Las rencillas políticas persisten y los detractores de Ramos-Horta le responsabilizan del creciente desempleo, de desinterés por combatir la corrupción y de haber amnistiado a personas que cometieron crímenes durante la ocupación y la transición.

Timor Lorosa'e, que celebra en mayo el décimo aniversario de su independencia, estuvo al borde de una guerra civil en 2006, lo que obligó el retorno de la misión de paz de la ONU para ayudar a controlar la violencia y organizar las elecciones celebradas un año después.

Desde entonces, la presencia de una millar de cascos azules ha contribuido a mejorar la situación, aunque deberán abandonar el país durante este año.

Antes, en 1999, la ONU intervino para poner fin a 24 años de ocupación por parte de Indonesia, país que invadió el territorio apenas tres días después que éste declarara su independencia de Portugal. La ocupación indonesia diezmó más de un cuarto de la población timorense.

En 2002, Timor Lorosa'e declaró formalmente su independencia y se convirtió en la más joven democracia del mundo.