Bobadas alpinas

Grietas

KIKE DE PABLO

Vuelvo a mi yuyu, que ya somos muchos en este planeta y sobre todo muchos escalando y haciendo montaña. Lo mío es el elitismo, para qué andarme con circunloquios. Y es que ¿por qué tiene que gustarle a tanta gente lo que me gusta a mí? Eso siempre devalúa la cosa. Es como el libro que te impresionaba y luego deviene en un “best seller” o la película que te encandilaba y pasa a ser éxito de masas. Marco Scolaris, el presidente de la Federación Internacional de Escalada Deportiva declara que se estiman ¡quince millones! de practicantes de este deporte en todo el mundo! No va a haber roca para todos. ¿Y alpinistas, cuantos hay? Demasiados seguramente. Me viene a las mientes el constante aumento de accidentes y el rescate del lunes pasado en el Valle Blanco del macizo del Mont Blanc, en el que un alpinista desencordado de su compañero se queda retrasado haciendo fotos para acabar al cabo de media hora llamando por teléfono a su  adelantado colega para hacerle saber. 1º: que está bien, 2º: que está en el fondo de una grieta. Como estos agujeros no tienen nombre ni número y el accidentado no tiene teléfono de última generación con GPS y demás, los gendarmes se ven obligados a registrar todas y cada una de las grietas que ven hasta acabar dando con el interfecto. 24 horas se llama la película. Como el clima se va engorilando mientras aumenta el número de practicantes, llegara un momento en que no habrá grietas para tanto montañero. No habrá equivocación posible para los grupos de rescate.