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Paliza a Unicaja

Tarde de solaz contra un exequipo

Los baskonistas rompieron el partido en el primer cuarto y lo cerraron al regreso de los vestuarios.

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CAJA LABORAL BASKONIA 90

UNICAJA 68

 

Arnaitz GORRITI

Definir la victoria de ayer tarde del Caja Laboral Baskonia sobre Unicaja como un «entrenamiento con público y cámaras de televisión» es ser cruel, ciertamente, pero no es faltar a la verdad. Los de Dusko Ivanovic no solo ganaron, sino que se dieron un homenaje a costa de un exequipo que tiene un aspecto y un hedor de descomposición la mar de preocupante. Los gasteiztarras rompieron el partido cuando quisieron y, pese a las enérgicas indicaciones de Ivanovic, pudieron tomarse las cosas con tranquilidad, hasta el punto que hasta Unai Calbarro tuvo sus instantes de gloria.

El duelo de ayer no es representativo de nada de cara a calibrar el nivel de los baskonistas, pero al menos no deja de ser una victoria fácil. Lástima que enfrente no hubiera rival alguno, sino un quinteto -aleatorio en cuanto a nombres, salvo excepciones- de gente vestida de verde. Con todo, hay que agradecer la profesionalidad de jugadores como Prigioni -definitivamente, sus detractores yacen en el fondo del mar... y así sea- y Teletovic, así como la disposición de Lampe de aprovechar este partido para tratar de ponerse a tono. Por parte malagueña, solo se puede rescatar la vergüenza torera de Valters y las ganas de Freeland y el debutante DeVries. Todo lo demás, incluyendo la joven sensación Abrines, mejor si no se hubieran levantado de la cama.

Y, sobre todo, mejor si Chus Mateo no se hubiera levantado de la cama. El técnico de Unicaja pudo ver cómo los suyos recibían un escandaloso correctivo en el primer cuarto. El Baskonia salió con ansias de defender, y cargando el rebote con fuerza. Solo con eso les valió para irse 8-2. A partir de ahí, la renta gasteiztarra superó los 10 puntos siempre, empezando por el 20-6 del final del primer cuarto, acabado con un mate de Lampe.

Unicaja, con un patétito Rowland en el banquillo, quiso reaccionar, y de la mano de Valters al menos logró empezar a anotar. Sin embargo, su defensa no era nada sólida. Tras el 44-32 del descanso, el Baskonia no quiso ninguna complicación y puso la apisonadora en marcha. Con Teletovic y Lampe haciendo sangre, y Oleson, que después de dar el susto del día con un golpe en la rodilla se desmelenó en su faceta anotadora, los de Ivanovic abrieron la brecha hasta un máximo de 29 puntos, al llegar a ponerse 65-36.

En los últimos minutos, Unicaja quiso maquillar el resultado. Pero una vez acercados a 15 puntos, 83-68, el Baskonia aceleró para mostrar quién manda.

 

 

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