Representantes del Sindicato Médico de Euskadi (SME), del sindicato de enfermería Satse, la Federación de Facultativos de Hospitales de Euskadi (FFHE), el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) y la Unión de Técnicos Sanitarios (UTESE) se concentraron ayer frente al Hospital de Cruces en protesta por la reforma laboral y por los recortes en Osakidetza. Los congregados llamaron a participar en la huelga genereral del 29M.

Estos sindicatos matizan que su llamamiento es «independiente» de la convocatoria de huelga general para intentar ser «apartidistas» y porque, además de rechazar la reforma laboral, tienen «razones propias» para movilizarse por los «recor- tes» en sanidad.

La jornada de huelga en la sanidad de la CAV, a la que han llamado a secundar tanto al personal de la sanidad pública como privada, pondrá fin a una «primera etapa» de movilizaciones en este ámbito, que se inició la semana pasada en Donostia.

Las movilizaciones continuarán el próximo día 27 de marzo frente al hospital gasteiztarra de Txagorritxu y el día 28 en los centros de salud y ambulatorios de la CAV. Cuando se presentaron esta movilizaciones los responsables del SME, Satse, FFHE, SAE y UTESE afirmaron que representan a la «inmensa mayoría» de los facultativos, enfermeros, fisioterapeutas, técnicos y auxiliares de la sanidad de la CAV, y denunciaron «la política de restricciones» del departamento de Sanidad.

Recortes en Osakidetza

En la enumeración de datos que ofrecieron para confirmar los recortes que se están produciendo en Osakidetza citaron rebajas salariales, «colapso» de los servicios de urgencias hospitalarios, reducciones en la sustitución del personal ausente, contratos de mala calidad, cierres de plantas de hospitalización por falta de personal, adelgazamiento de los efectivos de guardias en hospitales o reducción de la plantilla de enfermeras en la atención primaria.

Por contra los sindicatos critican que «no falten recursos para financiar proyectos-estrella» del departamento. Pusieron como ejemplo «los millones de euros» invertidos en el sistema SUPRE -Sistema Integral de Gestión Informática para la emisión de recetas-, cuya implantación «se está haciendo franca- mente mal» ya que, en su opinión, los profesionales tardan más en hacer una receta a máquina que a mano.