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CONCESIÓN DE LICENCIAS DE FM

La pluralidad vasca puede ser cercenada

En breve, terminará el plazo para presentar la documentación que de acceso a los concursos públicos que otorgarán 34 licencias de FM en la CAV y 44 en Nafarroa. Aunque las bases de ambos concursos parecen favorecer a los grandes grupos comunicativos de Madrid, se percibe optimismo entre las radios vascas. En su opinión, es el momento de reflejar en el dial la pluralidad social y linguística vasca. Aunque los obstáculos son evidentes, confían en la solidez de sus proyectos.

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Alvaro HILARIO

La consejera de Cultura de Lakua, Blanca Urgell, manifestó que el decreto que da origen al concurso público de la CAV servirá para reorganizar el espacio radiofónico. Este está saturado, habiendo más de 60 emisoras en el dial de cada capital de Hego Euskal Herria. Parece difícil, por lo tanto, que la concesión de 34 licencias en la CAV y 44 en Nafarroa pueda arreglar este caos. Más difícil parece aun que estos repartos den vuelta a la situación actual caracterizada por el predominio de radios comerciales con sede en Madrid y donde la oferta de radios en euskara descansa, casi en exclusiva, en el sector público. De hecho, las bases de ambos concursos están hechas sin atender a la realidad sociolinguística vasca. También está por ver si se reconocerá la deuda contraida con las radios sin ánimo de lucro (libres y comunitarias) que, sin ser las únicas, llevan lustros emitiendo desde la alegalidad.

Las radios vascas, tanto las comerciales como las comunitarias, son conscientes que estos concursos están hechos a la medida de los grandes grupos comunicativos con razón social en Madrid. A pesar de ello, van a participar en ellos. Con grandes dificultades para competir en lo económico y técnico con los grandes grupos empresariales como Planeta o Prisa, basan su oferta en el propio proyecto comunicativo, en su oferta radiofónica. «Habrá a quien le parezca raro que Hala Bedi y otras similares se presenten a este tipo de concursos. Pensamos, sin embargo, que radios como la nuestra representan a un importante sector de la sociedad, que damos un importante servicio a la comunidad. Somos necesarios y queremos que todo esto, que la pluralidad social vasca, se vea reflejada en el dial», señala Gaizka Amondarain, de la gasteiztarra Hala Bedi. «Pero, avisamos: con licencia o sin ella, seguiremos emitiendo», agrega.

Obstáculos económicos

El sistema de puntuación da gran importancia a la parte económica y tecnológica de los proyectos. El baremo está especialmente desequilibrado en la CAV, donde las propuestas económica y tecnológica suman 100 puntos, la mitad del total. En Nafarroa, sin embargo, la «oferta radiofónica» (programación) supone el 50%. La misma participación en los concursos es un problema económico para las radios pequeñas, ya que cada solicitud debe ir acompañada por una fianza que, dependiendo de la potencia de la frecuencia deseada, puede ser de 6.500 u 8.000 euros. «Una radio que quiera optar a las cuatro frecuencias de más de 4.000 kilowatios de Bilbo, por ejemplo, deberá aportar 24.000 euros en garantías», explica Mieltxo Monfort, coordinador de Bilbo Hiria Irratia. Hay, además, que presentar unos informes muy complejos (plan de inversiones, plan financiero y de negocios y análisis de mercado). «Es mucho trabajo y radios como la nuestra deben encargar la redacción del proyecto a empresas especializadas, lo cual aumenta los costos de salida», confiesa Monfort. De hecho, algunas radios libres se han mancomunado para afrontar este gasto.

Así como en la CAV las alegaciones presentadas por Aralar al borrador del decreto que da origen al concurso (euskara, programación y baremo o las comunitarias) fueron desestimadas, mejor suerte corrieron las que Euskalerria Irratia hizo en Nafarroa. «Hicimos una alegacion pidiendo que se diera centralidad al proyecto comunicativo. Se ha reflejado en parte: la mitad de la puntuación la dará la oferta de programación», cuenta Mikel Bujanda, director de Euskalerria. Gotzon Muneta, gerente de Onda Vasca, lo tiene claro: «Nosotros vamos a apostar por la programación que está íntegramente hecha aquí. A la vista está la cantidad de oyentes que tenemos». En los dos concursos se valora que la programación esté hecha en Hego Euskal Herria, que los contenidos esten relacionados con la realidad y que se aporte novedad y pluralidad en fondo y forma. Como decíamos, solo en Nafarroa puede ser decisivo este apartado. Aun así, la falta de entes reguladores hace que, muchas veces, esa programación presentada no se cumpla.

Mikel Estarrona, coordinador de Tas Tas Irrati Librea (Bilbo) nos presenta otro aspecto importante: «Esperamos un reparto justo. Si las 34 licencias van a las comerciales nos pondríamos en un 70 a 0, ya que las 36 concedidas hace 20 años fueron a parar a ellas. La Ley General de Comunicación Audiovisual española habla de que toda la ciudadanía tiene derecho a recibir información por medios comerciales, públicos y comunitarios. Y comunitarios, de momento, no hay. Debemos poner esto en valor: la ciudadanía va a estar ahí; el asociacionismo que apoya a Tas Tas va a estar ahí y nuestra oferta va ligada a la sociedad civil. Ese derecho a acceder a los medios para poder informar debiera bastar para que estemos en el dial fuera de la alegalidad». En la misma dirección apunta Gorka Altuna, Consejero Delegado de EKHE, empresa editora de GARA: «Vamos a optar a licencias. Nuestro proyecto está arraigado en un importante sector de la sociedad vasca que debe quedar reflejado en este reparto. La sociedad exige pluralidad para ser informada. Una nueva radio bilingüe será incorporada a nuestro proyecto comunicativo autóctono».

Tiempos y euskara

En tiempos del Gabinete Ibarretxe, Lakua preparó un borrador de decreto que regulara el reparto de licencias: «La cosa, para nuestra preocupación, no tiraba para adelante. Y así fue: sin la izquierda abertzale, en las elecciones del 2009 se impusieron PSOE y PP. En otoño de 2011 ya tenían el borrador sin más discrepancia que Aralar y para marzo de este año ya teníamos las bases», cuenta Mieltxo Monfort. Gotzon Muneta apunta otra polémica en esta línea: «Más allá del baremo, del modelo de concurso, habría que preguntar a Lakua por qué este concurso se hace ahora y no antes, por ejemplo». Las elecciones autonómicas pudieran tener algo que ver.

Mikel Bujanda aventura otra hipótesis que explique la elección de fechas: «Las directivas europeas protegen la libertad de expresión. Tener en un cajón guardadas las posibilidades técnicas de legalizar radios y aumentar la pluralidad en el dial está tipificado como `restricción injustificada de las posibilidades de expresión'. Es posible quehayan dado un toque a nuestros gobernantes».

El trato recibido por el euskara es otra de las críticas comunes de toda las radios consultadas por GARA. Más allá de la oferta pública, la EITB, tres radios comerciales en la CAV, la Nafarroako Irrati Euskaldunen Sarea (NIES) y las radios libres, el espectro radiofónico vasco está copado por radios que emiten únicamente en castellano. En la CAV se reserva un tercio de las licencias para radios que emitan íntegramente en euskara en las ciudades de más de 100.000 habitantes; el porcentaje puede llegar al 50% en localidades de menos población. «Esto es así siempre que haya suficientes radios euskaldunes que aprueben los distintos apartados del informe y, en algún caso, es posible que esto no se dé y esas licencias se superpondrán con las de castellano. Creemos que no se ha tenido en cuenta la realidad del dial y tampoco la realidad sociolinguística vasca», explica el coordinador de Bilbo Hiria, Mieltxo Monfort. En ese sentido, es difícil explicar que en Durango y Legazpi, con dos licencias para cada ciudad, la mitad esté reservada al castellano. No olvidemos la situación previa a estos concursos. Parecidos casos se dan en Gernika o Azkoitia.

Mikel Bujanda se lamenta que las alegaciones referidas al euskara no se hicieran hueco: «Una de las cosas que han hecho mal en Nafarroa ha sido la falta de contextualización. En nuestro caso, no han mirado el panorama radiofónico de Iruñerria. Debían haber hecho la oferta en base a la sobreoferta y a las carencias existentes y cómo hacerles frente. A partir de esa realidad debían haber hecho el baremo». Recordemos que Euskalerria Irratia es la única radio euskaldun de Iruñerria. Además, la concesión de licencias de 1998, en la que fueron marginados, ha sido anulada dos veces en los tribunales. Hoy, se encuentra en el Supremo por obra de los recursos interpuestos por el Gobierno de Nafarroa. La relevancia del euskara en los baremos es, por otra parte, ridícula. Mikel Bujanda habla de jibarización: «Aquí, para llevarse los 10 puntos de la zona vascófona o los 5 de la mixta, es suficiente con que un 20% de la programación propia, no de la programación total, sea en euskara. Por otro lado, hacer toda la programación en euskara no da más puntos».

Se desconoce qué frecuencias son las supuestamente reservadas para emitir en euskara, algo que genera muchas suspicacias. Además de la poca puntuación que dan las emisiones en euskara, de la falta de contextualización, también el concurso público de la CAV tiene sus trampas: «Pongo un ejemplo: en la CAV una radio musical, una radio fórmula, puede conseguir una licencia en euskara emitiendo dentro de un horario determinado un 75% de las canciones en euskara. El resto se obvia, claro está», dice Mieltxo Monfort.

Aunque los concursos son un traje hecho a medida de los grandes, reina el optimismo en las ondas vascas: «Tenemos un proyecto comunicativo cargado de razones. Además, el Gobierno navarro no tendrá argumentos si nos niega la licencia ahora», dice Mikel Bujanda. Recordemos que solo en parte pueden estos concursos modificar el monopolio de las radios comerciales españolas.

ARRAIGO

Gorka Altuna, Consejero delegado de EKHE, empresa editora de GARA, señala que una radio bilingüe se incorporará a nuestro proyecto comunicativo.

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