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Raimundo Fitero

La hucha

En brazos de un fornido participante como público en el plató de «Sálvame», baja las escaleras Paz Padilla, a la sazón presentadora, cuando el hombretón de origen africano, da un traspiés, trastabillea y cae de bruces, soltando de manera refleja a la presentadora lo que significa que se da un superlativo golpe allí donde se guarda el teléfono móvil en el bolsillo trasero del pantalón. Momentos de confusión, se levanta de manera automática, con esa sonrisa que se queda cuando suceden estos accidentes. El intentar convencer a los demás de que no ha pasado nada, de que ha sido bastante menos de lo que realmente ha pasado. Pero el culetazo fue mayúsculo, y conforme la adrenalina se iba colocando en su lugar iba apareciendo el dolor, y tuvo que ser atendida en un costado de ese plató, y entonces soltó algo que nos dejó con el titular hecho. «Mamá me'dao un golpe en la hucha».

Desde ese momento en mi mente atrofiada se reproducen las palabras, las imágenes, las dudas y preguntas. ¿A qué llama Paz Padilla hucha? ¿Es una manera de referirse al trasero en su familia, su entorno, su pueblo? ¿O no se refería al culo? ¿En qué capítulo freudiano se archiva el unir el culo con la idea de hucha? Porque sí, se pueden hacer muchas interpretaciones, que sea un buen lugar para asegurarse un buen futuro económico. O que con una buena hucha es todo más fácil, que condiciona el futuro por forma, gravedad y volumen. En fin, sobre todas esas cosas cafres que se acumulan tras los cambios horarios, de clima y de cerveza.

Porque resulta que horas antes, Mercedes Milá, en la misma cadena, le hizo un «calvo», es decir le mostró el culo, eso sí bien amortajado en unas medias muy labradas, a un concursante recién expulsado de la casa de GH, le hizo tocar sus pechos, reiteradamente, con el único fin de demostrarle que una mujer de su edad también puede «estar buena». Es decir, el culo de la Milá, puede considerarse una hucha de ahorros de audiencia, o para invertir en el futuro inmediato, aunque deberíamos ahora plantearnos si la hucha de Paz Padilla se rompió o mantiene su estructura molecular, metafísica y congresual. Más fútbol, por favor.

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