GARA > Idatzia > Euskal Herria

Errenteria hace frente a la crisis apostando por la cultura

El Ayuntamiento de Errenteria -municipio con casi 40.000 mil habitantes- ya tiene la vista puesta en el futuro. Su alcalde, Julen Mendoza (Bildu), apuesta por un pueblo «muy vivo» y dinámico empapado en cultura, entendida esta en su sentido más amplio.

p015_f01.jpg

Ana ABARIZKETA

Tuvieron que pasar 28 años para que llegase el cambio al Ayuntamiento de Errenteria. El 11 de junio del 2011, Julen Mendoza salía al balcón del consistorio con la makila en alto. Abajo le esperaban cientos de vecinos para compartir aquellos momentos tan especiales. Ya era el responsable máximo de gestionar durante los próximos cuatro años Orereta. Nueve meses después, Mendoza nos recibe en su despacho, desde el cual se pueden observar los anárquicos tejados que cobijan a los habitantes del tercer municipio más poblado de Gipuzkoa, tras Donostia e Irun.

Mendoza explica que fueron dos las sensaciones más fuertes que sintió en aquel momento, ya que, a los magníficos resultados obtenidos por Bildu en toda Euskal Herria y en especial en Gipuzkoa, se sumaba el «cambio ilusionante» que supuso para Orereta, ya que según cuenta «quizás algunos esperaban un PSE para toda la vida».

Reconoce que los inicios de la legislatura han sido «muy duros» debido a la crisis económica, que ha acarreado tomar decisiones difíciles. Por eso, la primera iniciativa que llevó la coalición abertzale y de izquierdas a pleno el mismo mes de junio y que fue aprobada por unanimidad -Bildu cuenta con 8 representantes, PSE 7, EAJ 3, PP 2 y Ezker Anitza 1- fue la de reducir un 30% el gasto político. Los dos primeros meses sirvieron para situarse y crear comisiones. Ya en setiembre, reunieron a unos 1.500 vecinos y vecinas en las quince asambleas de barrio, teniendo como objetivo disponer de una radiografía general de la localidad. Para ello también se sentaron con empresarios, agentes sociales o comerciantes. Finalmente, el 3 de diciembre llegó la presentación del programa «Herri Bizia», el plan municipal en el que se basarán durante la legislatura. Y lo hicieron ante 300 agentes, con la intención añadida de dar un repunte a Oarsoaldea.

A su vez, hasta diciembre tuvieron que gestionar los presupuestos que el anterior gobierno, liderado por Juan Carlos Merino (PSE) durante ocho años, había aprobado el 20 de mayo de 2011, esto es, dos días antes de que se celebraran las elecciones municipales. Con el año nuevo pudieron, por fin, atenerse a unos presupuestos propios, que fueron aprobados sin un solo voto en contra, por lo que, como resalta Mendoza, es ahora cuando los vecinos empezarán a palpar cuál va a ser la práctica política de Bildu.

Hay otra cuestión relevante que plantea el alcalde al ser preguntado sobre el cambio, ya que a lo largo de estos últimos meses su labor también se ha centrado en transformar ese «búnker» en el que se había convertido el Consistorio, planteando la participación ciudadana como «riqueza». Ahora se realizan asambleas en cada uno de los barrios cada dos meses. El alcalde confiesa que es «muy laborioso», porque la reestructuración que necesita la institución tiene que ir unida a cambios profundos en las costumbres de la ciudadanía.

Otro de los grandes retos de este gobierno es intentar dar la vuelta al estado de las arcas del Ayuntamiento, que tiene una deuda heredada que podría llegar a los 4,5 millones de euros, lo que Mendoza achaca a tres operaciones urbanísticas «muy malas», además de un sobrecoste de la Administración que se situaría en cerca de 1,5 millones de euros, relacionados con indemnizaciones en el capítulo del personal, entre ellas las provocadas por cuatro casos de acoso laboral en el Ayuntamiento, algunas ya con sentencia.

Vuelta de estructura

Ante esta situación, Errenteria ha apostado por invertir más en cultura, a la vez que baja el gasto en grandes obras, demasiado caras para estos tiempos. Esa inversión en cultura, entendida en su concepto más amplio, al igual que en servicios sociales, se ha debido a la necesidad de dar «un salto», situando al conjunto de Oarsoaldea junto a Donostia pero buscando su propia referencia.

Al pedirle que nos describa su localidad menciona dos aspectos. Uno, la capacidad que ha demostrado para organizarse, ya desde los movimientos asamblearios de 1977, que tenían su propia idiosincrasia. El segundo punto es la diversidad y su aportación a la cultura. Añade, además, la capacidad que ha demostrado a lo largo de su historia para curarse de sus propias heridas, reflejo de la relación actual que se vive en el Ayuntamiento entre los diferentes grupos políticos. Nuevo tiempo también para Orereta, que tiene ya la vista puesta en el futuro.

 

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo