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Herrira exige «soluciones urgentes» basadas en los derechos humanos

La concentración de 24 horas realizada en Bilbo por la libertad de los presos con enfermedades graves concluyó ayer con una manifestación. Herrira puso el acento sobre una situación «que requiere soluciones urgentes». La iniciativa ciudadana pidió que prevalezca el respeto a los derechos humanos y no sea «mezclado con otros debates». Mientras, la preocupación crece entre familiares y amigos de Txus Martín, porque su estado síquico se complica cada día.

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Nerea GOTI | BILBO

Tras 24 horas de concentración ininterrumpida en la plaza Elíptica de Bilbo para exigir la puesta en libertad de Txus Martín y otros catorce presas y presos políticos con enfermedades graves, más de un millar de personas participó ayer en una manifestación que arrancó en la misma plaza y concluyó ante el Arriaga.

Durante 24 horas, cientos de personas -principalmente llegadas de Basauri, localidad natal de Martín, y la vecina Galdakao, pero también de otros municipios de Hego Uribe y de distintos puntos de Bizkaia- se acercaron a una plaza donde se hicieron notar las altas temperaturas de este fin de semana.

Desde Herrira destacaron las muestras de solidaridad recibidas, así como el interés mostrado por muchos ciudadanos por conocer de primera mano cuál es el estado de salud de Martín y exigir que se cumpla la ley y se acabe con el trato «cruel e injusto» que se aplica a los prisioneros vascos. De hecho, una de las citas que más interés despertó el sábado fue la intervención de representantes de Jaiki Hadi, asociación que agrupa a profesionales de la salud, que explicaron los efectos que tiene la política penitenciaria sobre la resistencia física y síquica de los prisioneros.

Los familiares de Txus Martín fueron los principales receptores de las muestras de apoyo. «Nos está llamando mucha gente que ni siquiera conocemos», señaló a GARA la compañera del preso basauriarra al final de la manifestación, entre abrazos y expresiones de ánimo.

«Está más estresado»

La última vez que vio a Martín fue el pasado miércoles. «El nivel de preocupación ahora mismo es el más grande que se pueda tener, porque se encuentra cada vez más nervioso», explicó su pareja. La noticia de que será juzgado próximamente, con los consiguientes traslados, y su salida a una nueva visita médica son dos elementos que desestabilizan su delicada salud. Estos movimientos son «una tortura para él». «No hace más que darle vueltas: `igual me llevan'. Teme que le vuelvan a dejar solo, que no vuelva a estar acompañado de kides, que son los que para él representan confianza y seguridad. La cosa es no estar solo. Para él estar acompañado por un kide es como tener al lado un familiar», subrayó.

De hecho, sus familiares señalan que actualmente el principal soporte para Txus Martín en la cárcel de Zaballa es el preso Ekaitz Samaniego, cuyo acompañamiento es fundamental para desarrollar la actividad diaria en prisión, además de cumplir con el protocolo de acompañamiento antisuicidio, que no siempre asegura la compañía de un compañero.

El otro problema tiene que ver con la medicación que le están administrando en prisión, que no hace sino tranquilizarle. «El problema es que muchas veces no se la dan, porque dicen que se les han acabado las pastillas», indicó su compañera. El sábado, por ejemplo, no le administraron la medicación y, según apuntó su pareja, ni siquiera se acordaba de la movilización que se iba a celebrar al día siguiente. «Él es muy consciente de su enfermedad. El problema es que cuanto más estresado está menos controla qué es su enfermedad y es cuando está en el disparadero», puntualizó, para agregar que «desde Madrid la degradación de su salud es más que evidente».

«Ha perdido mucha capacidad de concentración, no es capaz de estar con más de dos personas, porque ya con tres no puede mantener la concentración para llevar una conversación, leer le cuesta un mundo...», comentó para que se pueda entender la evolución que ha registrado la enfermedad en espacio de meses.

Ayer volvió a hablar por teléfono con Txus Martín. Ya le habían dado la medicación, a la que Kontxi pudo añadir un medicamento mucho más efectivo para el preso basauriarra. «Hoy (por ayer) ya se lo he contado todo. Hoy sí me ha preguntado cuánta gente ha habido, cuántas horas hemos estado... y eso sí le anima», puntualizó.

el 30 y el 31

Herrira recordó que hay dos citas próximas para reclamar respeto a los derechos de los presos políticos: el día 30, coincidiendo con las movilizaciones del último viernes de mes, y el sábado, en Iruñea, donde una manifestación reunirá fuerzas por la puesta en libertad de los presos gravemente enfermos.

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