Lucha en desventaja por la pluralidad
Hay muchas formas de limitar el derecho de información y, como consecuencia, el reflejo de la pluralidad de una sociedad y la libertad de expresión. En un sistema democrático esos derechos están regulados legalmente, si bien ello no significa que sean respetados. En Euskal Herria, a diferentes niveles dependiendo de sus administraciones, una obvia y flagrante discriminación es la que padecen los medios de comunicación en euskara, en ocasiones incluso en contra de la propia legalidad. Un ejemplo reiterado es la arbitraria denegación de licencia a Euskalerria Irratia por parte del Gobierno navarro. A punto de concluir el plazo de presentación a los concursos públicos para obtener licencias de FM en la CAV y Nafarroa, diversas radios vascas, tanto comerciales como comunitarias, han denunciado la clara ventaja con la que concurren los grandes grupos de comunicación con sede en Madrid.
No obstante, esas radios no renuncian a presentar su oferta comunicativa, apostando por que la pluralidad social y lingüística del país tenga su reflejo en el dial. De este modo, varios proyectos propios, programaciones elaboradas íntegramente en Euskal Herria, competirán con los grandes grupos empresariales en clara desventaja tanto económica como tecnológica, si bien en Nafarroa las alegaciones presentadas por Euskalerria Irratia lograron al menos que la mitad de la puntuación corresponda al proyecto comunicativo, aunque las referidas al euskara fueron rechazadas.
En el panorama radiofónico vasco, el derecho de información, la pluralidad en la que todos los sectores de la sociedad se vean reflejados es sencillamente inexistente, de ahí la importancia de la apuesta de las radios vascas, entre las que se encuentran las que parten de una situación de alegalidad y con pocos medios, pero con un proyecto que surge de la demanda popular y que reivindica la necesaria democratización de la información. Emisoras y proyectos que merecen todo el apoyo de quienes creen que el derecho de información es algo más que poder encender un aparato de radio. Es un derecho de esas radios y, sobre todo, de toda la ciudadanía.