FÓRMULA UNO Gran Premio de Malasia
Cuate, aquí hay un caballo rampante
El asturiano Fernando Alonso (Ferrari), primero y líder del Mundial, y el mexicano Sergio Pérez (Sauber), segundo y que logró el primer podio de su carrera, fueron los grandes dominadores en una jornada marcada por la lluvia. Lewis Hamilton (McLaren) finalizó tercero.
Imanol CARRILLO
Rayos, truenos, centellas y... sobre todo agua. Todos estos elementos de la naturaleza se alinearon en el GP de Malasia disputado en el circuito de Sepang para ofrecernos un verdadero espectáculo dominado por Fernando Magic Alonso (Ferrari) y Sergio Checo Pérez (Sauber).
A pesar de que sus monoplazas no parecen ser los más fiables del momento, asturiano y mexicano demostraron que sobre el agua se adaptan mucho mejor que el resto de sus rivales.
Ambos pilotos lograron hazañas personales destacables. El de Ferrari se situaba como líder del Mundial tras las dos primeras pruebas del año y, con su triunfo número 28, se convertía en el quinto piloto con más victorias de la historia, solo por detrás de Schumacher (91), Prost (51), Senna (41) y Mansell (31). Por su parte, el de Sauber alcanzaba el primer podio de su corta carrera en la Fórmula Uno, que comenzó la pasada temporada.
Este doble resultado podría adelantar acontecimientos ante los rumores que llegan desde el paddock, que dicen que el propio Pérez podría sustituir en plena temporada a Felipe Massa a los mandos del Cavallino Rampante, siempre dependiendo del nivel que ofrezca el brasileño. Por ahora podría ser probable, ya que Massa suma un abandono en el GP de Australia y un decimoquinto puesto en Malasia.
De unas gotas a lluvia torrencial
Ni Alonso ni Pérez esperaban cosechar tales éxitos tras la clasificación del sábado. El español había declarado que prefería una carrera en seco para lograr entrar, como mucho, entre los cinco primeros. Sin embargo, apareció la lluvia y la magia del asturiano hizo el resto.
Ya antes de la salida comenzó a gotear sobre Sepang, aunque ello no impidió que el semáforo se apagase y los coches arrancasen. Alonso realizó una gran salida, colocándose en quinto lugar provisional, mientras que Michael Schumacher (Mercedes), que hacía más de cinco años que no arrancaba entre los tres primeros, perdió el control de su coche, dio un trompo y perdió doce posiciones.
La lluvia seguía siendo protagonista, y también el baile de paradas en boxes para cambiar el tipo de neumáticos. De hecho, la lluvia fue incrementándose hasta provocar la salida del coche de seguridad en el sexto giro, e incluso la interrupción de la prueba después del octavo.
Después de 51 minutos de interrupción, se volvió a reanudar la carrera con el siguiente orden: Hamilton y Button (McLaren), Pérez (Sauber) -que había salido desde la novena plaza-, Webber (Red Bull) y Alonso (Ferrari). Button se salió de pista, lo que aprovechó Sergio Checo Pérez para ascender hasta el segundo escalón. Y Alonso arrebató a Webber la tercera plaza.
Tras la segunda parada en talleres, el asturiano de Ferrari tomó el liderato en la decimosexta vuelta, con el mexicano en segunda posición y Lewis Hamilton -que había realizado una mala parada- en la tercera.
Sobre un asfalto mojado, y que tardaba más de lo normal en secarse, Alonso comenzó a marcar vueltas rápidas. En el ecuador de la carrera llegó a contar con siete segundos y medio de ventaja sobre Pérez, 15 sobre Hamilton y 23 sobre Vettel.
Sin embargo, el mexicano fue recortando su diferencia de manera considerable. Tras una nueva parada en boxes, el ritmo del mexicano seguía siendo mejor, hasta tal punto que tuvo a tiro al Ferrari. Experiencia y osadía se vieron las caras, pero fue la entereza del bicampeón Alonso quien le aseguró el triunfo, ya que Pérez pecó de inexperto al salirse de la trazada cuando quería superar al asturiano.
A pesar de la maniobra, ambos llegaron a meta. Primer piloto de Ferrari e integrante del programa de conductores jóvenes de la escudería italiana, uno detrás del otro. ¿Llegarán a formar dúo en Ferrari algún día?
Después de situarse como nuevo líder del Mundial al ganar en Malasia, Fernando Alonso se mostraba feliz y asombrado ante los medios de comunicación. «Aun cuando ha terminado la carrera, no me lo creía. Ha sido una carrera tremendamente caótica, con condiciones muy extremas, pero hemos tomado las decisiones en el momento justo y el equipo ha estado fantástico como siempre» señaló el piloto.
De hecho, el asturiano reconoció la labor de Ferrari: «Los pit stops fueron perfectos y no puedo más que felicitar al equipo, porque creo que merecían esta victoria en unos momentos difíciles para nosotros». En este sentido, agregó que «después de una victoria irán mañana a las ocho de la mañana a trabajar con una sonrisa y eso puede que nos dé algunas ideas».
El otro protagonista, Sergio Pérez, indicó que «hubiese sido un sueño para mí haber ganado en estas condiciones a Fernando. Hubiera sido mi sueño. Sé que algún día llegará esta victoria». No quiso olvidarse de nadie en sus agradecimientos: «Le dedico esta carrera a Frida, mi perrita, que se murió hace poco, a toda mi familia, a la gente que me ha apoyado en las buenas y en las malas... A Carlos Slim, que ha hecho un gran trabajo para que yo esté aquí. Y en especial a Dios y a mi familia. Muchas gracias». GARA
El jefe de la escudería española HRT, Luis Pérez Sala, reconoció tras la prueba que su equipo alcanzó dos objetivos el fin de semana. Si en la primera carrera ninguno de los dos pilotos pudo participar al no alcanzar el tiempo necesario en la clasificación, ayer tanto De la Rosa como Karthikeyan lograron acabar la prueba.
El finlandés Kimi Raikkonen (Lotus) invitó a helados a los medios de comunicación antes de comenzar el GP. Y es que la imagen de «Iceman» comiéndose un helado en el GP de Malasia 2009 -que concluyó mucho antes de lo previsto, debido a la lluvia torrencial que caía en el circuito malayo- dio la vuelta al mundo.