En pretemporada preveíamos un inicio de temporada algo impredecible. En Malasia, el factor meteorológico constituye un componente aleatorio adicional. Lo que nadie se esperaba era una victoria de Ferrari en la segunda carrera, ni mucho menos el 2º puesto de Pérez. Tampoco lo esperábamos el sábado, a pesar de la probabilidad de lluvias que anunciaban las previsiones. Sabíamos que las carreras en Sepang son generalmente caóticas, principalmente debido al alto riesgo de fuertes precipitaciones a la hora que se celebra la prueba. El resultado fue una carrera impredecible, aunque no por ello carente de emoción.

Formidable el fin de semana de Pérez, que confirma la velocidad del Sauber. Como ya veíamos en los tests, están por delante de Ferrari en cuanto a ritmo de carrera. Alonso lo sabe mejor que nadie. El sábado fueron rivales directos en la Q3. En carrera Pérez fue el primero en montar el set de lluvia extrema, una apuesta arriesgada (sin contar con Karthikeyan, que salía ya con extremas y sin nada que perder). En la vuelta 4 veíamos que era la opción correcta, cuando rodaba 3s/vuelta más rápido que la cabeza. A 7 vueltas del final, Pérez se acercaba a Fernando a un ritmo imparable de 1s/vuelta y con neumáticos más frescos que los del asturiano. Segundos después de que el equipo le pidiera calma, recordándole el importante valor del 2º puesto, un leve error de pilotaje le alejaba de la lucha por la victoria.

Me alegro enormemente por todo el equipo Sauber, en especial por el grupo de aerodinámica, con quienes tuve oportunidad de trabajar en algunos de los conceptos que se han puesto en práctica por primera vez en este coche. Sin embargo, me quedo con la duda: ¿qué habría pasado cuando Pérez alcanzara a Alonso? Espero tener la posibilidad de verlo a lo largo de este año. Como también espero ver a Pérez en Sauber al menos un año más. A quienes alimentan los rumores que sitúan al mexicano en Ferrari, por la razón que sea, les diría que no se olviden de un nombre: Robert Kubica.

Las diferencias entre los 5-6 primeros equipos se han reducido y, en cuanto uno de los pilotos de cabeza falle, equipos como Sauber, Lotus, Williams, quizás Force India, pueden estar ahí para llevarse los valiosos puntos. Decepcionante el ritmo de carrera de Mercedes. Son rápidos el sábado, pero el domingo pierden puestos, en parte debido a sus problemas con los neumáticos.

Al final del día, lo que cuenta es la clasificación del domingo, los puntos. Esto lo sabe perfectamente Alonso. Como también sabe que este fin de semana el Ferrari no ha sido competitivo, ni tampoco lo fue el anterior, lo dijo él mismo en la rueda de prensa. Una vez más, demostró que es el piloto más completo. Es verdad que esta vez la suerte jugó un poco en su favor, adelantando a Hamilton en boxes por un error del piloto británico, y conservando el primer puesto gracias al error de Pérez. De todas formas, en mi opinión Alonso es uno de los pilotos más equilibrados de la parrilla, especialista en minimizar daños y maximizar resultados, tenga lo que tenga entre manos.

Lo que ya podemos confirmar después de las dos primeras carreras es que el McLaren es el coche a batir en estos momentos. Claramente, son quienes mejor han sabido adaptar su diseño a la prohibición de los difusores soplados. El RedBull es el coche que más rendimiento ha perdido, puesto que el de 2011 estaba concebido alrededor del difusor soplado.

Este sistema era una especie de control activo del equilibrio del coche, y este año han perdido este control y les está costando solventarlo. Sufren una variabilidad incontrolada del equilibrio, lo cual deriva en un comportamiento variable en distintas partes del circuito. Es decir, ahora se trata de un coche bastante más difícil de conducir al límite.

Parece que, haciendo una lectura particular del reglamento, existen todavía algunas fórmulas para orientar jets de aire frío hacia el difusor, usando parte del motor como bomba de aire. ¿Es esto lo que están haciendo los McLaren? ¿Cómo ha conseguido McLaren recuperar la falta de equilibrio sin el difusor soplado? Probablemente porque sus diseños anteriores no dependían tanto de ellos.

De todas formas, los dos McLaren no van igual. Ambos corren mucho y son idénticos, pero me refiero al plantemiento del fin de semana. No se trata solo de configurar el coche para hacer la pole el sábado, sino también pensando en la carrera, porque no está permitido tocar los reglajes de sábado a domingo. En más de una ocasión, Button ha ajustado su coche con más ala delantera que Hamilton, pensando en cuidar los neumáticos en carrera, sacrificando para ello la pole.

Alonso lidera el campeonato por primera vez desde Brasil 2010. La reflexión lógica nos invita a pensar que es anecdótico, o quizás no. En la F1 las lógicas pueden cambiar en muy poco tiempo. La próxima carrera será dentro de tres semanas, y por tanto los equipos disponen de tiempo para buscar rendimiento en el coche.

El Ferrari parece un coche bastante sensible, con un diseño llevado muy cerca del límite, lo cual deriva en un comportamiento extremo, a veces extremadamente positivo, otras extremadamente negativo, dependiendo de las condiciones. Cuantas más vueltas, de más información dispondrán sobre el coche, y mejor conocerán la ventana de equilibrio ideal del coche. Esa ventana puede ser triangular, rectangular o quizás pentagonal. Pero el tiempo que Ferrari necesite en descubrir la forma del marco de esa ventana es lo que tardará Fernando Alonso en volver a estar arriba en condiciones normales. Y tres semanas son mucho tiempo.