La exposición obscena que desató la furia católica
La galería de arte madrileña La Fresh Gallery ha venido sufriendo desde mediados de febrero el acoso constante de los grupos ultracatólicos por una exposición de fotografías firmadas por el artista canadiense Bruce LaBruce, en las que aparecen conocidos artistas españoles ataviados de monjas y curas en actitudes premeditadamente obscenas.Mikel CHAMIZO | MADRID
El viernes se clausuraba en una pequeña galería de Madrid, situada muy cerca del Parque del Retiro, una exposición de fotografía que ha dado mucho que hablar en las últimas semanas en los medios estatales e internacionales. Paradójicamente, Topacio Fresh, dueña de La Fresh Gallery y artista transgénero, ni siquiera pudo estar presente en la clausura de la muestra expuesta en su galería.
La Policía, que cada viernes desde mediados de febrero ha desplazado efectivos hasta la entrada de La Fresh Gallery, le pidió que no se personase allí ese día de la semana, por motivos de seguridad. Y es que cada viernes, a eso de las ocho de la tarde, un numeroso grupo de católicos radicales, convocados por el partido de ultraderecha Alternativa Española y con el apoyo de asociaciones como la antiabortista Unidos por la Vida, se han estado reuniendo frente a La Fresh Gallery para rezar un «rosario reparador» por la ofensa blasfema que suponía para ellos la exposición que cobijaba la galería. En realidad, algo más que rezar, pues sus oraciones iban acompañadas de sermones -el pasado viernes había por lo menos tres curas entre los manifestantes- en los que, entre otras lindezas, se tildaba de «degenerados» y «monstruos» a los responsables de la galería. Pero la cosa no ha quedado aquí: los galeristas han tenido que soportar amenazas telefónicas, intentos de agresión a alguno de sus clientes e, incluso, el que a mediados de febrero alguien les tirase por la ventana tres bombas de fabricación casera, que no llegaron a detonar. ¿Y todo esto por qué?
El cineasta canadiense Bruce LaBruce es uno de los 18 artistas que representa actualmente La Fresh Gallery. LaBruce, un director de culto con una estética muy cercana al punk y al porno, tiene previsto rodar su nueva película «Santo el Obsceno» este año en el Estado español, y pidió a La Fresh Gallery que le organizase un casting fotográfico con actores y artistas del país con los que le interesaba colaborar. A la convocatoria de LaBruce acudieron sin dudarlo nombres tan conocidos como Alaska, Rossy de Palma, Pablo Rivero o Carlos Díez, entre otros muchos, a los que LaBruce fotografió ataviados como monjas, curas, ángeles, también como Jesucristo y María Magdalena, en actitudes obscenas que varían desde el consumo de drogas a la exhibición de los genitales. Según LaBruce, «las vidas de los santos están llenas de actos extáticos y sublimada sexualidad que se expresan de las formas más perversas y sexuales». «Obscenity» -que es el nombre que tomó esta colección de imágenes extraídas del casting- presenta una serie de retratos que ilustran esta convergencia divina entre lo sagrado y lo profano.
Ofensivas, no
Lo cierto es que la exposición de LaBruce no es tan provocadora como se podría imaginar: no hay sexo explícito, no es vulgar, los retratos están tomados con una técnica preciosista y una elegante gama de colores claros y oscuros. En cuanto a provocación, no le llega a la suela de los zapatos a lo que pudo ser, hace casi treinta años, una película de temática similar como «Entre tinieblas», de Pedro Almodóvar, con sus monjas lesbianas y heroinómanas. «Yo misma soy cristiana -reconoce Topacio Fresh, dueña de la galería- y nunca me pareció que las imágenes fueran ofensivas, aunque obviamente sí son iconoclastas. Desde luego, nada como para suscitar una reacción tan violenta».
Israel Cortés, socio de Topacio en el negocio, cree que se ha dado un retroceso social y que hace treinta años era más fácil presentar una exposición de este tipo. «Realmente parece que estemos volviendo atrás en el tiempo con la proliferación de este tipo de protestas. Y no sólo por nuestro caso, pienso también en lo que ocurrió en Arco con la estatua de Franco en la nevera de Eugenio Merino, la retirada de la foto de Asier Etxeandia en el Festival de Mérida, la polémica por la misma foto en el Teatro Español... Nosotros nunca hemos hecho una exposición para provocar o molestar a nadie -defiende Cortés-, tan solo nos limitamos a ofrecer apoyo a nuestros artistas para que se expresen con total libertad».
Pablo Rivero aparece en «Obscenity» caracterizado en una versión sexy-malévola del ángel del cartel de la película «El cielo puede esperar», de Warren Beaty. «Participé en el casting porque conozco la obra de Bruce y estéticamente me interesa, me gusta -reconoce el actor-. Tampoco conocía el resto de las imágenes, por mi parte mi participación era un guiño al propio ámbito del cine. Por eso entiendo que algunas imágenes hayan podido tocar la sensibilidad de mucha gente, pero no hay que tomárselo tan en serio. Creo que Bruce lo que ha intentado es evocar y jugar con unos iconos más que mandar un mensaje muy explícito».
Juego de códigos
El actor de «Cuéntame» y «La caída de los dioses» quita hierro al asunto. «La provocación es una herramienta que a menudo usan los artistas para llegar hasta la gente y remover sus conciencias. Pero seguro que luego LaBruce es mucho más respetuoso con estos temas. Estoy convencido de que no tiene la menor intención de destrozar a la Iglesia, como tampoco la tenía Madonna con alguno de sus videoclips. Se trata más bien de un juego de códigos y estéticas en las que se debe leer entre líneas».
Aunque «Obscenity» iba a seguir expuesta dos semanas más, la galería ha decidido clausurarla antes de tiempo. «Me da miedo lo que podría pasar si seguimos hasta la Semana Santa -confiesa Topacio Fresh-. Son capaces de quemarnos la galería». Está cansada y quiere pasar página con esta situación de angustia permanente que han tenido que superar en solitario, pues no han recibido el apoyo del gremio. «No ha habido ni un solo comunicado de ninguna Asociación de Galerías denunciando el acoso que hemos sufrido o mostrándonos su apoyo. Tampoco del Ministerio de Cultura ni el del Interior. Nos hemos sentido completamente desprotegidos», se queja Fresh, quien se lo pensará dos veces antes de volver a exponer fotos que contengan motivos cristianos. «No por censura, ni mucho menos -explica-, sino por no volver a exponer a los comercios vecinos a la situación peligrosa y desagradable que les ha tocado vivir por culpa de esos indeseables».
«Realmente parece que estemos volviendo atrás en el tiempo con la proliferación de este tipo de protestas. Y no solo por nuestro caso, pienso también en lo que ocurrió en Arco con la estatua de Franco en la nevera de Eugenio Merino», explica Israel Cortés, de la galería.
Para el cineasta canadiense Bruce LaBruce, un director de culto con una estética muy cercana al punk y al porno, las vidas de los santos están llenas de «actos extáticos y sublimada sexualidad que se expresan de las formas más perversas y sexuales».