Segundo triunfo foráneo de la temporada
Pegada, tranquilidad y un sueño
Los rojillos volvieron a ser ese equipo con mucha eficacia e incómodo para el rival, que defiende desde el primero hasta el último y que encuentra en Andrés Fernández a su mejor baluarte para mantener la portería a cero. Raúl García volvió a ser el motor del equipo.
LEVANTE 0
OSASUNA 2
Natxo MATXIN
La palabra «permanencia» tiene que quedar desterrada en lo que queda de campaña. La consecución de la segunda victoria visitante permite que Osasuna alcance los 43 puntos y se sitúe en puestos de Europa League -sextos- con una ventaja de tres sobre el siguiente. Ocho jornadas para que el entorno rojillo pueda soñar nuevamente con rememorar recientes hazañas en el viejo continente.
La ilusión se debe gestar desde la gran alegría que supuso ganar en el Ciutat de Valencia, una salida que no se presagiaba precisamente como de las más fáciles, a tenor de la similar y gran temporada que está firmando el Levante. Curiosamente, ya fueron los rojillos quienes frenaron la gran dinámica que llevaban los granotas en la primera vuelta y ayer volvieron a demostrar que los de Juan Ignacio Martínez se les dan bien a la escuadra navarra.
Y este segundo triunfo foráneo se forjó desde las señas de identidad que han hecho esta temporada a Osasuna un equipo poco vistoso, pero al que es casi imposible ganar, lo que se ha traducido en que todas las jornadas, menos seis, acabe sumando. Eficacia suprema en ataque, aburrir al rival tapando cualquier vía y seguridad defensiva, con las llaves de su portería en los guantes de un Andrés Fernández cuya campaña no va a pasar desapercibida para otros clubes que buscan echar el cerrojo a su meta.
Una vez más, sobre el murciano y sobre la figura de Raúl García se fraguó el décimo triple de la presente temporada. Uno, con sus flamantes paradas, manteniendo el arco rojillo a cero -dos goles encajados en las últimas cuatro jornadas- y el otro llevando el peso del ataque y soltando peligrosos chispazos que acaban en las redes del adversario, sin olvidarse que es la primera línea de presión.
A ello hubo que unir ayer otro dato destacado y es que, después de mucho tiempo, Nino despertó de su somnolencia goleadora para cerrar un choque en el que los rojillos rubricaron una primera media hora de las mejores a domicilio del año. Una fase que finalizó a raíz de que el Levante decidió embarcarse en una intentona de remontada, a la vista de que su inicial disposición de esperar al rival y salir rápido a la contra de bien poco le iba a servir ante un Osasuna que no dejaba fisuras ni permitía concesiones.
Un agobiante cuarto de hora
Fue ese último cuarto de hora de la primera mitad cuando peor lo pasaron los de Mendilibar. Hasta siete ocasiones sumaron los anfitriones en ese intervalo de tiempo. Se le acumulaba el trabajo a Andrés Fernández, que se convertiría en protagonista con nombre propio tras el descanso. El cuadro encarnado se defendía como gato panza arriba -no ha sido la única ocasión esta campaña-, ante un acoso local que no obtuvo frutos.
Cierto que Osasuna ya no inquietaba tanto a Munúa, pero los rojillos fueron durmiendo el choque con la llegada de la segunda mitad, y cuando los valencianos quisieron despertarlo, ahí estuvo el cancerbero murciano para aplacar sus ánimos, como en el cabezazo de Xavi Torres (m.55) o en el mano a mano con Koné (m.66), que fue la última llegada con peligro de los granotas a sus dominios.
De hecho, el último cuarto de hora fue rojillo, con el gol de Nino y el aviso previo del hiperactivo Raúl García, que remató de cabeza dos minutos antes.
Como si fuese una especie de talismán o consigna para no levantar demasiado ruido y seguir anclados en la parte noble de la tabla, el técnico rojillo, José Luis Mendilibar, prefirió seguir evitando hablar abiertamente de meterse en la pelea por entrar en puestos europeos, una vez alcanzada matemáticamente la permanencia. «Con 43 puntos nos hemos salvado, pero no nos planteamos objetivos», observó explícito.
Al menos, el preparador vizcaino reconoció que el objetivo prioritario ya está conseguido porque «el de la permanencia era el reto principal del club en esta campaña y ahora vamos a ir partido a partido, por lo que solo vamos a pensar en el encuentro de esta semana con el Real Madrid».
Un partido que siempre se espera con muchas ganas en Iruñea y que en esta ocasión no llegará con los ahogos de pasadas campañas, sino todo lo contrario. Los rojillos podrían convertirse en auténticos jueces del campeonato liguero. Una victoria sobre los merengues y el hecho de que tengan que visitar el Camp Nou podría dar un vuelco a la competición de la regularidad.
«Ante el Real Madrid saldremos a tope. Son uno de los mejores equipos del mundo y espero que se vea al Osasuna que siempre sale con fuerza ante ellos en Pamplona. Son un equipo que solo con su nombre anima a rendir al cien por cien. Ese esfuerzo por nuestra parte no faltará», señaló el de Zaldibar.
Mendilibar alabó la labor realizada en el Ciutat de Valencia, especialmente en el caso de Raoul y Manu, «que han hecho tan buen partido como el resto del equipo». «Al final supimos matar el partido con el segundo gol y evitamos el riesgo de que nos pudiesen empatar. Tenemos los pies en el suelo y no debemos venirnos arriba. Lo que tenga que llegar llegará», insistió.
En cuanto al entrenador granota, Juan Ignacio Martínez, admitió que «la afición se va disgustada, pero enfrente tuvimos un equipo que no se destapa nunca y estamos contentos con el juego, pero no con el resultado. Nos ha pesado el 0-1 y al final de la primera parte pudimos empatar, pero su portero estuvo muy bien». N.M.
Con su goleada sobre el Stadium Casablanca (4-1), el equipo juvenil de División de Honor se afianza en la cuarta plaza. El resto de conjuntos del fútbol base consiguieron un pleno de victorias, con especial atención en las goleadas de los dos equipos cadetes, por 0-8 y 11-0.
Después de una semana muy cargada y tras conseguir la victoria en el Ciutat de Valencia, Mendilibar dio descanso por partida doble a sus hombres. Así, la plantilla regresará a los entrenamientos el miércoles a las 10.30 en Tajonar para preparar la visita del líder.
La marca que está imprimiendo Mendilibar a este Osasuna es que es un equipo muy difícil de batir. Con sus apenas seis derrotas, los rojillos solo son superados en este aspecto por los todopoderosos Real Madrid y Barcelona, que han perdido dos encuentros cada uno.