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Campeonato de Parejas

Aritz Laskurain cuela a Xala por la puerta de atrás

Sufrieron para ganar a Bengoetxea VI-Apraiz y dejaron fuera de la liguilla de semifinales a Irujo-Barriola.

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XALA-LASKURAIN 22

BENGOETXEA-APRAIZ 20

Jon ORMAZABAL

Acostumbrado a hacerlo con Sebastien Gonzalez en los dos últimos campeonatos, Aritz Laskurain aprovechó la oportunidad que se les presentó, de improviso y a última hora, para colar a un Xala muy alejado de su mejor versión a la liguilla de semifinales, donde no ha quedado sitio para unos Martínez de Irujo-Barriola que parecían fijos en la lista de invitados.

Meterse entre los cuatro mejores gracias al average particular con respecto a Irujo-Barriola, logrado justo en uno de los partidos en los que Gonzalez sustituyó al de Ibero, no tiene el glamour esperado de todo un campeón manomanista -además de ser, junto a Irujo, el pelotari en activo con más txapelas del Parejas-, pero las carambolas se dan para aprovecharlas y, ahora mismo, parten con las mismas opciones que el resto de parejas con una trayectoria mucho más solvente.

Tampoco se puede obviar que, tras una primera fase tan larga, un solo tanto, el del average particular entre Irujo-Barriola y Bengoetxea VI-Apraiz, que dejaba sin ninguna opción para ayer a los de Asegarce, también tuvo su gran importancia en el partido decisivo de Eibar.

Errores tras riesgos

Y es que, la ausencia de tensión que tan bien les había ido la víspera a Berasaluze VIII-Albisu en el Labrit, no benefició para nada a sus compañeros ayer en La Catedral. Competir sin nada en juego sí que sirvió para que el de Leitza y el de Gernika tomaran riesgos que difícilmente habrían asumido en otras circunstancias. De hecho, Oinatz Bengoetxea tuvo uno de sus días más inspirados en ataque con hasta una docena de tantos en juego logrados pero, asimismo, la osadía trajo también consigo demasiados errores, y ahí estuvo la clave de la victoria de los colorados ayer en Eibar.

Porque el agujero creado entre las seis pelotas perdidas por el delantero y las cinco francas que perdió Apraiz -tres de ellas se le escaparon a la contracancha- fue el mayor sustento de los de Aspe, entre quienes el agarrotamiento era evidente.

Y eso que Xala tuvo un comienzo de partido esperanzador, activo y haciendo daño con ese gancho de zurda que, cuando le funciona, lo convierte en extremadamente peligroso.

Sin embargo, el de Lekuine fue perdiendo fuelle a partir del pelotazo que mandó al rebote en el 6-5, al igual que gracia las pelotas y tuvo que ser, una vez más, Laskurain, el que tomara el peso de la pareja. El de Soraluze no pegó quizá pelotazos muy largos -estuvo algo tenso- pero se mantuvo muy seguro durante todo el partido y esa entereza mostrada les sirvió para volver a meterse, de hurtadillas, en la liguilla de semifinales.

 

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