Existe una teoría futbolística que no mucha gente conoce, tan solo los que más sabemos de esto (es decir, Clemente, Naranjito y yo). No se trata de otra que de la `Teoría del central', y dice así: si transcurridos los 90 minutos de partido, el jugador de tu equipo que más ha tocado la pelota es uno de los centrales, estás jodido. Ayer contra el Sporting, nuestro jugador que más contacto tuvo con el balón fue Amorebieta, que lo aprecio mucho y tal, pero con la salida de balón no es precisamente Beckenbauer. Y claro, así la cosa... imposible sacar los tres puntos.

Estamos jugando peor que el Osasuna de Camacho fuera de casa, esto no puede ser. Esa chispa que teníamos hace unas semanas ha desaparecido, lo que curiosamente ha venido de la mano de mi ausencia de minutos. Está claro Bielsa: no Toquero, no `party', y eso lo sabe todo el mundo en Bilbao. La primera parte fue tan mala que lo más destacable fue la pifia de Muniain en el penalti; muy mal, Iker, de toda la vida un penalti se chuta como si el balón fuera la cabeza de tu jefe. Cómo se echa de menos a Larrazabal, un verdadero Toquerista chutando penaltis.

La segunda parte estuvimos un poco mejor, pero muy lejos de ese Athletic de hace unas semanas que podría haber ganado a la `Naranja Mecánica' de Cruyff jugando sin botas. De Marcos metió un buen gol, y cuando el partido parecía ganado... sí, de nuevo esa gran bestia del Athletic esta temporada: el `Descuentato'. En una jugada más inocente que Iniesta en los autos de choque, el Sporting metió un gol sin saber cómo y se llevó un punto a casa. Nos pasó como a Javier Arenas en Andalucía, cuando lo veía ganado... pum, a tomar por culo todo. En fin, a ver qué hacemos contra el Schalke... Los alemanes tenían su propia arma secreta, aquellas bombas V de la II Guerra Mundial; en el Athletic me tienen a mí. Tiembla Raulito...